Más allá de mí [+18]

capitulo XXIV

Naseem.

Y  por tercera vez en la seman era niñera de Jass borracha, cuidaba que ella no perdiera su poca dignidad —si es que todavía le queda— porque su estúpido novio que por cierto era mi mejor amigo se había quedado dormido en una de las habitaciones de arriba de la casa y ella solo quería bailar o flotarse contra un grupo de chicas que con una de ellas casi de besa.

—Bien, van a ser las cinco de la mañana y nos vamos a casa.

—Pero yo no quiero ir, estoy bien acá con mis nuevas amigas del momento.

—No, nos vamos— le dije y ella cruzó los brazos como niña pequeña.

—Cinco minutos más y además los otros no están acá.

—Bien, voy a buscar a los otros y cuando vuelva nos vamos— dió un pequeño chillido y fui en busca de Aidan y Kenn que los había visto había un par de minutos en la barra.

—Hola Nasi.....¿Querés hacerme compañía?— Emma apareció a mi lado.

—No, estoy buscando a mis amigos— Emma se había vuelto un poco pesada últimamente, ya no preguntaba más por Sam sino por mí, me invitaba a tomar helado y cosas si y siempre decía que era una cita pero no formal, igual la esquivaba.

—¿Estás seguro que no quieres pasar un rato contigo? Tu noviecita desaparecida no se va a enterar de las cosas que haríamos— Me pasó los brazos por el cuello y se pegó más a mi.

—Ya te dije que no— Le saque los brazos de mi cuello y me di vuelta para irme.

—Pues…..tu te pierdes de un buen polvo, no como los de ella.

—Pues, los de ella son muchos mejores que los de una que se está ofreciendo— me volví a dar la vuelta para irme.

—Ya vas a venir conmigo, cuando te des cuenta que la estúpida e idiota de tu novia no va a volver, lo más seguro que se esté enrollando con otro, igual no me sorprendería de ella, ella es así— Me di la vuelta y me pare enfrente de ella.

—Mas te vale no volver a hablar así de ella, porque sería la primera vez que le pegare a una mujer.

—Puedes pegarme todas las veces que quieras, pero no eso desquita que ella es una cualquiera — Tuve que contenerme las ganas de pegarle, con los puños y la mandíbula tensa me di vuelta en busca de Dylan que estaba dormido en una de las habitaciones de arriba.

Al subir estaba dónde tal cual lo había dejado, en una habitación que tenía más de siete colchones en el piso y en uno de esos estaba durmiendo, le patie una pierna y solo protesto.

—Dylan levántate sino querés que tu novia termine lesbiana allá abajo.

—Mamá ya te dije que yo no queme el televisor— dijo casi en un murmuro y volvió a sonar un ronquido.

Bien no quisiste por las buenas entonces será por las malas.

Lo agarré de la campera que llevaba puesta y lo levanté, hacer pesas las últimas semanas me había hecho de mucha utilidad y olvidarme un poco de ella.

—Que eres un pesado— protestó arreglándose la ropa.

—Y tu eres un inútil, vamos antes que tu novia se haga lesbiana— El abrió los ojos y empezó a caminar.

—Y más te vale que aparezca tu novia antes que nos mates a todos uno por uno.

—Y ganas de matarlos no falta— Bajamos las escaleras casi corriendo y mientras yo iba en busca de Aidan y Kenn, él iba a buscar a Jass.

Buscar a Aidan y Kenn no fue nada difícil, estaban cerca de la salida y eran los únicos dos hombres que se estaban besando.

—Bien, pueden seguir besándose en el auto tortolitos— los separe a la fuerza y empecé a cambiar con ellos uno de cada lado hacia el auto.