El punto de vista de Donny:
Donny se sintió culpable una vez más mientras se encogía en el baño, preguntándose si volvería a vomitar. Se había disculpado abruptamente incluso mientras huía de la habitación, ignorando la mirada desconcertada de Leo y la mirada de Raphael. Se había frotado la cara dos veces, pero no podía detener el agotamiento y la angustia palidecidos que lo hacían parecer tan pálido y viejo.
Los dedos de Donny se cerraron sobre el trozo de papel que sostenía en su mano apretada y temblorosa. La última carta de Mikey aún no había sido leída, aún estaba metida en su sobre, aún no había sido abierta. Gruñó, furioso por su propio descuido, por arrugar el precioso último trozo de Mikey.
Había guardado la carta metida en el cinturón, metida debajo de la almohada, apretada como la piel. Se miró las manos, estúpidamente, preguntándose por enésima vez cómo, hace menos de una semana, había cosido la cabeza de Mikey, sostenido a su hermano mientras se estaba muriendo y, sin embargo, ahora...
Ni siquiera digáis una última mirada a los restos de Mikey. ¿Cuál era el punto ahora? Donny había pasado demasiadas horas mirando ese rostro pálido y veteado, observando cómo los ojos se ennegrecían, se aplanaban con la descomposición y finalmente se hundían en las cuencas. Había visto cómo la piel de Mikey pasaba de verde a gris, las extremidades iban de flojas a rígidas, y la última vez que lo había mirado, Donny salió de la habitación y se dirigió directamente al baño. Allí, en ese refugio diminuto y bien embaldosado, Donny había abierto el lado de la ducha para ahogar cualquier ruido. Casi cayó de rodillas cuando levantó la tapa del inodoro. Y luego, Donny vomitó hasta que no quedó nada más que esas agonizantes arcadas secas, ese desesperado ahogo por respirar mientras sollozaba. Recordó empujar sus manos sobre su rostro, empujando las palmas sobre sus ojos para detener el dolor, para detener la horrible imagen del cadáver de Mikey fuera de la memoria.
Donny se balanceó hacia atrás, sintió la pared contra su caparazón y finalmente permitió que sus piernas se doblaran, mientras se deslizaba hacia abajo y se detuvo cuando estaba sentado en el suelo. Dobló las rodillas, cruzó los brazos sobre las rodillas y miró fijamente el azulejo azul, aturdido.
¿Qué tan fuerte tendría que golpear su cráneo contra la pared para quedar inconsciente? ¿Sería capaz alguna vez de cerrar los ojos y no ver ese cuerpo destrozado? ¿Sería capaz de recordar a Mikey sin ver la sangre, las convulsiones y recordar ese gruñido torturado y estrangulado antes de que Mikey muriera?
Donny hizo una mueca, sintiendo la bilis subir hasta el fondo de su garganta una vez más. Tragó saliva y se obligó a tragar. No iba a estar enfermo.
Afortunadamente, las ganas de vomitar se calmaron lo suficiente como para soltar el brazo sobre el plastrón, empujar las palmas de las manos contra el azulejo y levantarse sobre sus temblorosos pies.
¿Cómo demonios iba a superar esto? Los labios de Donny se adelgazaron.
Si esto fuera una máquina, un problema técnico... ¿qué estaría haciendo ahora?
Donny ignoró el zarcillo de culpa que se enroscaba en su estómago. Por un lado, se sintió repugnante reducir la muerte de Mikey a una serie brutal de pasos a seguir. Se sentía tan mal dejar de lado toda la agitación emocional, la culpa, la angustia y, peor aún, el vacío que lo abarcaba todo y que dejaba a Donny más destrozado que cualquier otra cosa.
Por otro lado, más lógico, más factible, funcionó. El desapego, la capacidad de separarse de la tormenta emocional para poder hacer algo... tal vez.
Donny había hecho lo mismo cuando Mikey había muerto, e hizo muchísimo bien. Mientras sus hermanos estaban acurrucados y sollozando juntos en el refugio perverso de la incredulidad inocente, Donny se había encontrado absolutamente solo.
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Cortado [Reescritura Cancelada]
FanficAl final, todo lo que podíamos hacer por nuestro hermanito era asegurarnos de que no se fuera del mundo solo. Todo lo que podíamos hacer era asegurarnos de que dejara el mundo sabiendo cuánto lo amábamos. Lo último que sintió Mikey fue la mano de Sp...