C A P Í T U L O 9

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Stefanos: 


 La voz de la novia de Antonio lamentablemente detuvo nuestros maravillosos besos, Elina me empujo lejos de ella, solo consiguió moverme unos centímetros con esas pequeñas manitos.

 - Stella no y..o yo no le digas a mi padre porfavor - se acerco a la señora que aun parecía en shock, honestamente no me importa que nos haya visto, desde que vi a Elija hablando con ese niñato sentí una rabia inmensa una indescriptible, simplemente no podía sacarme a Elina de la cabeza desde que la conocí y es que es tan hermosa, tan delicada, tan pequeña que me da unas ganas de protegerla por siempre. 

 - Elina yo quiero que me quieras pero como guardo un secreto así soy muy chismosa de la nasa se me sale el chisme sin que me de cuenta te prometo que lo intentaré cariño - es muy sincera eso debemos aceptar, miro a Elina que tiene una cara de vergüenza, yo por mi parte no puedo apartar mis ojos de ella. 

 - Bueno familia que esperan a comer, Stella te envié para que les dijeras rápido no para que te quedes a hacer conversación - mira a Stella con diversión pero al ver que nadie sonríe - pasa algo? Vamos.

 - Vamos Antonio, no pasa nada o si Señoritas? - me giro mirando a Elina luego me fijo en Stella que parece estar debatiéndose sobre decirlo o no, ellas asienten y pasan delante de nosotros.

 La cena transcurre con normalidad aunque no me gusta cuando Elina evita mi mirada, no me sonríe como hace unas horas, no me quiere hablar y lo entiendo pero porque ser tan borde.

 Muchos piensan que mi vida es fácil, si hago lo que me gusta pero hay momentos que mi vida personal es una completa mierda, tengo muchas presiones, tengo muchas limitaciones, cuando formé una relación con Theodora pensé que seria enamorarme y salir un poco de mi vida monótona pero nada de eso sucedió todo fue un fracaso no me enamoré, no me sentí libre, no es la mujer que quiero para mi, no es la indicada, ahora llega esta chica que con solo conocerla días necesito proclamada como mía y es algo muy posesivo pero no puedo evitarlo es algo que nunca me había sucedido, ella es tan segura, inteligente, no le importa si soy famoso o no, si tengo dinero o no, me trata como a los demás, no es presumida, ella es simplemente lo que buscaba pero al parecer no puedo tener, en cuanto termine este torneo regresaré a Montecarlo, quizá no la vea nunca más pero necesito conocerla antes de que tenga que irme. Me arrepiento de lo que le dije hace un rato todo era falso ella me dio el mejor beso de toda mi puta vida y yo como todo el crabrón que soy la hice sentir jodidamente mal y se nota por como me ignora hasta el momento.

La bese por segunda vez y ella me respondió pero fui tan estúpido de pensar que con eso ella me disculparía, parece que se molestó aún más, necesito hablar con ella. 

Por otro lado el padre de Elina es muy gentil y gracioso, el y Stella son tan iguales por lo que se llevan demasiado bien, Elina apenas habló en toda la cena y cuando llegó el momento de irme, me despedí de Antonio y Stella sin antes tomarnos una foto por pedido de Antonio que prometió enmarcarla y ponerla en la sala de su casa, en cuanto me acerque a Elina. 

- Tenemos que hablar - le susurre al oído cuando me acerque a darle un beso en la mejilla, me miro - porfavor Elina  - asintió y miro a su padre. 

- Lo acompañaré afuera, entro en unos minutos - le doy mi casaca negra para que vuelva a ponérsela porsiacaso no estén vigilando y me pongo mis lentes y gorro . 

- Claro Eli

Salimos de la casa y me acerco a mi auto rápidamente, le abro la puerta del copiloto y ella entra, en cuanto entro la miro y ella parece estar nerviosa me voltea a ver. 

LA RECOGEPELOTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora