Its my life

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Jonathan

No tardo mucho en llegar a la casa de Luis, no queda muy lejos. Toco el claxon una vez para que sepa que soy yo, apago el motor y salgo del auto. Se abre la puerta y sale una chava con un mini vestido, tratando de arreglarse el pelo que lo tiene todo enredado. La chica es sexy. Tiene el cabello rubio y largo, lleva unas zapatillas como de 6 centímetros, tiene un cuerpo escultural y el vestido apenas y le cubre sus enormes nalgas. La observo y ella me sonríe.

Detrás de ella sale Luis con un pantalón de mezclilla, sin camisa, descalzo y todo despeinado. La chica da media vuelta y le planta un beso a Luis en los labios.

—¿De verdad quiere que me vaya? —dice mientras le pasa los dedos por el pecho.

—Si, tal vez vaya a tu casa más tarde Mónica. —Le guiña un ojo, le agarra el pelo de la nuca con una mano y con la otra la agarra del trasero y la acerca a él, le da un beso tan apasionado que me siento incómodo y me volteo a ver mi coche y a contar cuantas partículas de polvo tiene.

Escucho los tacones de la chica por las escaleras y pasa junto de mi dándome una suave nalgada.

—Adiós guapo —Me dice y se muerde el labio.

—Adiós Mónica —digo en un tono seco y la veo alejarse. Si que es sexy.

—Si no dejas de ver a mi chica te golpeare en la cara lo más fuerte que pueda —Me dice Luis con tono burlón, lo volteo a ver y camino hacia su casa, entramos y nos sentamos en el sillón.

Luis es mi mejor amigo desde hace 3 años. Es de mi estatura, tiene el cabello castaño claro y ojos color miel. Hace mucho ejercicio así que tiene el cuerpo que provoca que cualquier mujer se derrita ante él.

—¿Tú chica? Que paso con... Am... ¿Cómo se llamaba? —digo.

—Ammm creo que se llamaba Roxana ¿O era Cristina? —dice y se queda pensativo un momento—. Hay no sé, me termino hace como... —Se calla y mira su reloj—hace como 1 hora —dice y los dos estallamos en carcajadas.

Luis y yo somos igual de mujeriegos. Yo aprendí de mis primos y luego yo le enseñé a él.

—Y ¿Por qué te termino? —preguntó, aunque la verdad, no me interesa, quiero contarle de Kathia.

—No sé, dice que no le prestaba mucha atención o algo así, la verdad no entendí —dice y se levanta a prender el xbox, me pasa un control y empieza una partida de halo. Sabe que le tengo que contar algo—. Tú no vienes aquí sin avisarme, así que cuéntame lo que te aqueja —dice mientras se acomoda en el sillón.

—Si que me conoces bien, cabrón —digo y me río un poco—. ¿Recuerdas a Kathia?

—Mmmmm... ¿Kathia que? —Me pregunta pensativo.

—Kathia Hudson —digo esperando su respuesta—. Anduvo con Julio hace como 2 o 3 años.

—Me tengo que acordar de Kathia Hudson porque... —vacila, pero no dice nada más.

—No lo sé —Me encojo de hombros, aunque sé que no me puede ver—. La vi hoy.

—¿Y...? —Dice sin importancia— ¿Acaso viniste a mi casa para decirme que viste a Kathia Hudson? Alguien que, por cierto, no recuerdo.

Tiene razón. ¿Acaso vine a contarle que vi a alguien, que, ni Luis y yo hemos visto en años? Él ni siquiera la recuerda. ¿Qué hago aquí realmente?

—Tienes razón, no tiene importancia —digo recargándome en el sillón.

Terminamos de jugar la partida en silencio y decido irme. Me despido de Luis y salgo hacia mi coche. Cuando estoy por irme, volteo a ver a mi amigo y me despide con la mano, sonrío un poco y acelero.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora