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Kathia

—¿Con quien hablabas? —Carlos está detrás de mi. Acabo de colgar el teléfono, estaba hablando con Jonathan.

—Con mi madre —miento, doy media vuelta y camino hasta él. Tiene los puños apretados al igual que los labios. Lo abrazo y le doy un beso en la comisura de los labios—. Confía en mi  —Le doy otro beso pero esta vez en la mejilla y me alejo.

Lo tomo de la mano y caminamos de vuelta a la boda.

Mientras caminamos, las personas y las cosas a mi alrededor se empiezan a desvanecer lentamente. Llegamos a la pista de baile y nos movemos al ritmo de una canción lenta. Estamos solos y la música se escucha como eco.

Escucho ruido detrás de mi y veo que es la novia con el marido que chocan las copas en el brindis. Se sonríen mutuamente y después se dan un tierno beso. Se nota que se aman mucho. Algún día espero casarme con alguien que me ame muchísimo, tal vez esa persona sea Carlos, pero no lo se. Lo miro y tiene la mira fija en mi. Le pongo las manos en el cuello y lo beso en los labios. Me devuelve el beso y me acerca más a él.

Me separo cada vez mas y ya no estamos en la boda, estamos en el cuarto que nos asignaron en la casa de su tía. La casa es enorme y no les importo darnos un cuarto para nosotros solos.

Carlos se acerca a mi de manera seductora aun con el traje, se ve tan guapo. Me besa de nuevo, pero esta vez de manera más salvaje y lleva las manos a mi espalda donde baja el cierre lentamente y deja caer el vestido. Me carga y pongo mis piernas al rededor de su cintura. Le quito el saco y lo beso. Le desabrocho los botones de la camisa lo más rápido que puedo.

Me empuja contra la pared y aun ahora me besa mas apasionadamente.

—Nena, te deseo tanto —dice contra mis cuellos.

—Carlos... —digo su nombre en forma de gemido cuando muerde uno de mis pezones por encima del brasier. Empiezo a bajar mis manos buscando su pantalón y lo desabrocho con dedos hábiles. Dejo al descubierto su erección y tomo su miembro en mi mano. Gime. Su erección se siente cada vez mas grande. Pasa su dedo por encima de mis bragas y me estremezco cuando pasa por mi clítoris.

—Quiero hacerte mía... —dice en mi oido.

—Esta bien —Me arranca las bragas y empieza a entrar dentro de mi muy lentamente—. Estas tan apretada, no voy a aguantar mucho —Me da un beso apasionado.

Sus embestidas cada vez son mas rápidas y creo que yo tampoco aguantare mucho.

—Katia... —dice y se que esta por terminar. Empiezo a gemir y terminamos al mismo tiempo. Siento como se libera dentro de mi. Lo abrazo y cierro los ojos.

Abro los ojos y vamos en la moto. Son como las 2:30 de la tarde y ya casi llegamos a la ciudad. Llevamos casi 2 horas de viaje.

Carlos empieza a acelerar mas y las cosas a mi alrededor pasan muy rápido.

—Baja la velocidad!! —Le grito y acelera a aun mas.

—Baja la maldita velocidad!!!! —gritó de nuevo pero dudo que me escuche. Le empiezo a dar de golpes en la espalda y las cosas se empiezan a ver en cámara lenta.

Cierro los ojos y los aprieto lo mas fuerte que puedo.

Empiezo a ver una luz muy pequeña y brillante a lo lejos. Escucho que gente habla al rededor de mi diciendo cosas que no entiendo. La luz se va haciendo cada vez mas grande y cierro los ojos para que no me lastime. Y de pronto las voces se dejan de escuchar y hay silencio absoluto. Los abro y estoy en un campo. Miro mis manos y se ven brillantes, junto con todo mi cuerpo. Empiezo a caminar y recuerdo este lugar de mi infancia. Una vez vine con mis papa aquí a hacer un día de campo. Una niña como de 6 años pasa corriendo junto a mi, avanza unos metro más y mira al cielo dando vueltas con los brazos extendidos. Después de unos momentos se deja caer al piso y comienza a reírse.

Una pareja de adultos que van agarrados de la mano. Van con la niña y se sientan junto a ella. Uno de ellos lleva una mochila no muy grande y saca unos sándwiches y les da uno a cada quien. Me acerco a ellos y unas lágrimas empiezan a salir de mis ojos. Somos mi familia y yo. Reímos y platicamos sobre cosas sin sentido. Me dejo caer de rodillas en el pasto y pongo las manos sobre mis ojos, había olvidado los tantos momentos felices que habíamos vivido como familia. Lloro sin parar.

Abro los ojos y estoy en mi habitación. Me levanto y la puerta esta medio abierta y me estoy asomando de ella. Salgo del cuarto y bajo las escaleras. Mis padres discuten como era de costumbre.

—Pues entonces lárgate de mi casa!!! —Le grita mi mama mientras llora.

—Puedes quitarme todo, pero sabes que ganaré la custodia de la niña —dice mi padre desafiante

—No te llevaras a mi hija a ningún lado —dice mi madre limpiándose las lagrima—, bien sabemos que ella ya esta grande para elegir —dice mi madre firmemente. Mi padre se pone serio—, jamás has sido un padre ejemplar para ella, nos dejas solas 2 años y ahora vienes con la cola entre las patas —Le vuelven a salir lagrimas de los ojos— tu no eres nadie en esta casa. —Mi padre le da una cachetada a mi madre. Maldito.

—Vete de mi casa —Le grita mi madre y mi padre lo hace, sale de la casa dando un portazo.

Mi madre se deja caer sobre la alfombra y llora aun mas.

Las cosas se vuelven a desvanecer a mi alrededor.

Doy un suspiro y abro los ojos, hay una luz brillante encima de mi y muchas personas a mi alrededor.

Alguien con un cubre bocas me mira y se lo quita con la mano. Se acerca a mi oído.

—Bien echo, tu puedes —no me puedo mover y de nuevo hay oscuridad a mi alrededor.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora