Patience

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Jonathan

Las clases que tenemos el día de hoy son extremadamente aburridas. Ha pasado una semana desde que Kathia me dijo que no podía jugar con ella y desde entonces solo me ha saludado. Ya tengo un par de amigos aquí, uno de ellos se llama Roberto, es un chico de la misma estatura que yo, de piel blanca y cabello negro. Es simpático y es algo tímido, pero es buena onda. Luego esta Alonso, que es un chico "popular" alto, cabello largo negro y hace mucho ejercicio.

También he conocido a algunas chicas, pero no recuerdo el nombre de la mayoría. En fin, creo que hoy invitare a salir a Kathia, de nuevo, a ver si me acepta. No es como si quisiera volverla mi novia ni nada de eso, solo quiero platicar y así. Al fin y al cabo, ayer termine con Lola. Ella no lo tomo tan bien, ya que estábamos afuera de mi casa y se puso a llorar y a gritarme que era un idiota y que porque la dejaba así nada más y más cosas. No es como que lleváramos mucho, íbamos a cumplir 2 meses, pero ella se lo tomo muy mal. Al final, la lleve a su casa en mi auto para que no le pasara nada malo. Cuando llegamos, salió de mi auto y camino hacia su casa, pero antes de llegar regresó y me pego una cachetada, soberbia. Cuando llegue a mi casa tuve que ponerme hielo para que no se me viera tan mal.

Todos en mi familia me felicitaron porque dejara a Lola. No entiendo porque les caía tan mal. Ok, si, es amigable con los hombres y esas cosas, pero nada más. En fin, se terminó.

Durante la última clase pienso en mi estrategia para detener a Kathia y que salga conmigo. El plan es simple, debido a que estoy a 3 sillas de ella, mientras guarda sus cosas caminare lo más rápido posible hacia la puerta para encontrarla allí. Después, le diré que se ve linda, la haré reír con algún chiste malo y después la invitare a tomar un café, no se podrá resistir a mí. Hoy traigo puesto un pantalón negro, tenis negros y una camisa de AC/DC. Trato de poner atención a lo que resta de la clase.

Cuando el maestro de álgebra dice que nos podemos ir, agarro mi libreta, mi lapicero y salgo corriendo hacia la puerta, entre la multitud de adolescentes tratando de salir. Cuando al fin lo logro, volteo y veo que Kathia aún guarda sus cosas, se ve tan tierna.

Me quedo allí recargado en la pared esperándola. Ella es la última en salir y cuando me vea, pone los ojos en blanco

—Hola nena —Le digo con mi voz seductora.

— ¿Qué quieres? —Me dice seria y fría, es dura como una piedra.

—No mucho. Tenemos 3 clases en común, no me veras mucho por aquí. En fin, quería hacerte una pregunta... ¿Puedo? —digo indiferente.

—La acabas de hacer —dice dando un paso hacia la izquierda tratando de irse. Hago lo mismo para evitar que se vaya.

—¿Te gustaría ir a comer algo? —digo sin más.

Se me queda viendo de manera fría. Se ve tan linda con ese pantalón azul obscuro y ese suéter negro delgado y su cabello peinado en una coleta de manera imperfecta.

— ¿Por qué crees que iría contigo? — dice al fin. Creo que estoy cerca de que diga que si.

—Por favor —digo con ironía— Sabes que no te puedes resistir a mi — digo acercándome a ella. Pone os ojos en blanco.

—Si estuviera sola en un desierto, y fueras el ultimo refresco, prefiero morirme —dice divertida.

—Sabes que correrías a mi —Da un paso atrás.

—Ni loca. No gracias —dice evitándome.

—Por favor, sal conmigo —digo caminando detrás de ella.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora