Six Weeks

35 1 0
                                    




Jonathan

Lo primero que tengo en mi campo de visión es al tipo más feo y horrible que he conocido en mi vida. Su nombre es Eduardo, creo que lo he visto solo dos veces en mi vida, la primera cuando el mismo Luis me lo presento y la segunda cuando nos lo encontramos en una fiesta el año pasado. Es un maldito drogadicto fumador y bebedor. Es el tipo más agresivo que he conocido en mi vida, en la fiesta del año pasado, me acuerdo como le rompió la cara a un chavo porque le tiro su bebida por accidente.

Luis lleva puesto un pantalón de mezclilla y una camisa tipo polo color negra, lleva el pelo peinado hacia atrás y tiene los ojos rojos. En la mano lleva un vaso rojo y un cigarro. Mariana lleva una mini falda color negro con una blusa de tirantes que le llega un poco arriba del ombligo, lleva el pelo suelto sobre los hombros y unos zapatos de piso.

Luis se acerca a su oído y le dice algo, la chica se empieza a reír y le quita el cigarro a Luis y se lo pone entre los labios.

Eduardo está de pie a unos metros de Luis. Esta tenso y puedo ver las venas de su cuello saltarse. Se ve que hace ejercicio por cómo se le saltan los músculos cuando aprieta los puños.

Sigo caminando entre la gente y tomo un sorbo del vaso que me ha dado Mauricio. Es vodka con refresco. Me lo término de una sola vez y dejo el vaso en una mesa.

Llego hasta donde esta Luis y le toco el hombro.

—Eh amigo, te he encontrado al fin —Lo jalo un poco para mantenerlo alejado de la chica lo más que pueda.

— ¿Qué haces aquí? Creí que no te gustaban estas fiestas —dice y me da un abrazo. Apesta a Marihuana.

—Claro que me gustan —digo tratando de no sonar nervioso. Siento la mirada de Eduardo a mi espalda, pero lo paso por alto.

—Mira, te presento a mi nueva amigaaaaaa —dice arrastrando mucho la última palabra—, ella es Mariana, ¿no es sexy? —La chica se sonroja un poco y le da otra calada al cigarro.

—Viejo, creo que debemos irnos —Le paso el brazo por la cintura y el trata de apartarme.

— ¿Qué te pasa? acabo de llegar ¿verdad bombón? —Le dice a Mariana y ella se ríe y pone los ojos en blanco.

— ¿A quién le dices bombón? —escucho una voz ronca detrás de nosotros y espero que me equivoque, pero sé que es Eduardo. Aparto a Luis y damos media vuelta. Eduardo está a unos centímetros de nosotros, tiene los puños apretados, los ojos y la cara rojos por la rabia y puedo notar por debajo de su camisa como su respiración es agitada.

—A nadie, nosotros ya nos íbamos —digo y agarro a Luis por la camisa, pero se libra de mis manos.

—A esta chica tan sexy que tengo enfrente —dice Luis y señala a Mariana con el dedo. Mariana tiene los ojos como plato y no dice nada—. ¿Qué no ves lo sexy que es? —pregunta Luis acercándose a la chica, pero ella lo aparta.

—Si, sé que es sexy, es mi novia —dice Eduardo con los dientes apretados. Luis voltea a ver a Mariana y luego a Eduardo y se echa a reír.

— ¿De verdad andas con este hijo de puta? —dice entre risas.

—Luis cállate y vámonos —digo tratando de agarrarlo de la camisa, pero antes de que pueda hacerlo, Eduardo le pone una mano en el cuello y lo estampa con la pared más cerca. Luis cae al piso y se levanta como puede.

Eduardo se acerca a él de nuevo, le tira un golpe en la barbilla y cae de nuevo al suelo. Lo toma por la camisa y lo levanta del piso para tirarlo de nuevo sobre una mesa llena de vasos rojos, la mesa emite un crujido y esta vez cae al piso con Luis sobre ella. Mi amigo gira sobre la mesa con las manos sobre el pecho y el estómago, tiene sangre por toda la cara y la ropa se le rasgo un poco.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora