Perfect

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Jonathan

Después de comer algo rápido y asearnos, al fin salimos de la casa alrededor del mediodía.

— ¿Entonces? ¿A dónde nos dirigimos? —Le pregunto a Kathia.

—Tú solo conduce —Me dice mientras se pone unos lentes de sol y me dedica su sonrisa más sincera—. Acaban de abrir una nueva plaza a las afueras del centro, ¿por qué no vamos? Necesito algo de ropa.

—Como usted diga y mande —digo y aceleró. Llegamos a la plaza en 20 minutos.

Es más grande que las demás de la ciudad y hay muchas tiendas nuevas. Kathia da pequeños saltitos cada vez que entramos a una nueva tienda.

Después de 2 horas, mil tiendas y 50 mil blusas, nos sentamos a comer un helado.

—Esto está delicioso —dice Kathia mientras se come su helado de triple chocolate.

—No entiendo porque las mujeres necesitan tanta ropa, es decir, si tienes la ropa suficiente, ¿por qué querer más? —digo terminado mi helado.

—A ti igual te falta ropa, deberías de comprar algunas cosas —se le cae el helado encima y empieza a gritar— ¡demonios! Es mi blusa favorita.

—Ahora tienes otras mil favoritas —digo señalando las bolsas de nuestros pies.

—Es verdad, es un buen momento para estrenar ropa —Empieza a buscar entre las bolsas y saca una blusa blanca de tirantes y escote—, ahora vuelvo —Se levanta para ir al baño y cambiarse. Empiezo a reunir todas las bolsas del piso y me levanto de mi asiento.

A lo lejos visualizo a una chica, de cabello negro hasta la cintura y los ojos más azules que e visto en mi vida. Y no es la primera vez que veo a esta chica. Rebeca va con un chico alto que la toma de la cintura mientras ella le sonríe. Él se acerca y le da un pequeño beso en los labios.

Aquí vamos de nuevo...

No puedo creer que siempre me pase esto. Siempre me agarran de su idiota.  

— ¿Cómo me veo? —dice alguien a mi lado. Es Kathia. No la miro. Sé qué si hago contacto con ella, me desmoronaré y no le diré a Rebeca todo lo que quiero que escuche—. ¿Jonathan estás bien? —Me dice nuevamente.

Rebeca y su nuevo noviecito vienen directo hacia mí. Y en cuanto me ve se para en seco y su sonrisa desaparece del mundo.

—Hola Rebeca —digo mientras camino hacia ella.

—Hola Jonathan. Yo ammmm —Empieza a decir—, él es un amigo de la escuela es Jake —Me extiende la mano, pero no me muevo—, ¿qué haces aquí? —Me pregunta nerviosa y enojada al ver a Kathia.

—La pregunta es para ti, ¿qué haces aquí con él? Y no es tu amigo, acabo de ver cómo lo besabas.

—Ok, cálmate ¿sí? Es solo un amigo, ¿quién es ella?

—Soy su amiga —dice Kathia a la defensiva

—Claro, y ¿dónde estuviste anoche? Tu mamá me llamo preguntando si estabas en mi casa y obviamente no estabas ahí —dice cruzando los brazos.

—Estaba con ella. Pase la noche en su casa —Agarro a Kathia por la cintura y la acerco a mí. Rebeca abre los ojos como plato y se le ponen llorosos.

—No creo que sea lo mejor —dice Kathia susurrándome.

—Ósea que te pones a reclamarme que estoy con Jake mientras tú pasaste la noche en casa de esta tipa.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora