You Be Love

23 2 0
                                    

Kathia

—Hola cariño, ¿qué te trae por aquí? —dice casi susurrando y cerrando la puerta detras de el como si no quisiera que mirara el interior.

—Que curioso que lo preguntes, ¿esperas a alguien más? —pregunto algo irritada.

—La verdad es que si —Siento un dolor en el pecho. Me cruzo de brazos— Es una vieja amiga de mi hermana —Se rasca la nuca y sé que está mintiendo.

—Y ¿puedo quedarme a conocerla? o ¿por qué tanto suspenso estos dias? —Trato de no llorar.

—Es algo así como algo familiar y no quiero incomodarte —dice serio.

—Si me voy ahora, no me vuelves a ver —Me mira preocupado— Nunca —Siento como se me van llenando los ojos de lágrimas.

—Cariño, tengo que arreglar un asunto muy importante ahora ¿sí?

—Y ¿por qué tanto misterio en tus asuntos que no puedo saber? —Siento la rabia subiendo por mi cuerpo— ¿Acaso me estas engañando? —digo con la voz quebrada.

—No, claro que no —Intenta tocarme, pero me alejo— solo quiero resolverlo antes de decírtelo, ¿está bien? —Me mira pidiendo piedad.

Doy media vuelta y regreso a la camioneta, escucho la puerta abrirse a mi espalda.

Me subo y me quedo ahí un momento.

— ¿Estas bien? —Me pregunta mi amigo.

—No —Enciendo el motor y por el retrovisor veo un carro aproximándose. Se estaciona detrás de nosotros y una chica sale del carro.

Se que la conozco. La he visto alguna vez, pero no recuerdo donde.

Va con un vestido de flores que le llega hasta la rodilla y parece que está un poco gorda por cómo se le ajusta el vestido en la parte del abdomen. Es bastante raro, porque de haber subido de peso, se le reflejaría en todo el cuerpo. A menos que...

Me quedo paralizada y helada un momento mientras la veo caminar hacia la casa de Jonathan.

Toca la puerta y cuando Jonathan la ve, se acerca y la abraza. No puedo creer que esto esté pasando. No puedo creer que me haya engañado todo este tiempo. Que tonta he sido.

Apago el motor del carro y me bajo.

—Kathia, espera —Escucho que alguien me grita y a continuación una puerta abriéndose detrás de mí.

La rabia, la ira y la decepción se apoderan de mi con cada paso que doy.

Cuando Jonathan me ve acercándome hacia él, se queda helado.

— ¡¿Que significa esto Jonathan?! —digo señalando al abdomen de la chica.

—Yo, Kathia, puedo explicarlo —dice tratando de articular palabras.

—Lo siento, ¿tú quién eres? —dice la chica.

—Ahora, soy su ex novia —Siento las lágrimas rodando por mis mejillas—. No puedo creer lo estúpida que fui —Me acerco a él. Quiero causarle el mismo dolor que siento ahora. Siento que alguien me toma por los brazos y me jala— suéltame —Le grito a Abelardo.

—No sabía que tu noviecita no estaba enterada de nosotros —dice la chica con una sonrisa burlona.

—Cállate Rebecca —Le dice Jonathan apartándose de ella. Rebeca. Su ex novia.

—Kathia, vámonos —Me dice mi amigo en mi oído. Escucho que él también está molesto.

—Por favor Jonathan, tengo 3 meses de embarazo. Vamos a tener un hijo juntos, ahora me tienes a mí y ellos no te hacen falta —Siento como mi mundo se empieza a caer a pedazos. Estoy casi segura de que, cualquiera, en cualquier parte del planeta, puede escuchar como mi corazón se rompe en mil pedazos. Confié tanto en Jonathan, le di todo, y con esto me paga.

Dejo de luchar. No tengo más fuerzas. No tengo ganas de nada. Mis lagrimas siguen saliendo por mis ojos. Y de pronto, me siento como basura.

—Dije que te calles Rebecca —Le grita Jonathan— Kathia, puedo explicarlo.

—No te quiero volver a ver —Es lo único que logro decir y doy media vuelta.

Empiezo a caminar hacia la camioneta y subo al asiento del copiloto. Miro mis pies. Las lágrimas siguen saliendo sin control.

No puedo creer que me hiciera esto. Mi corazón se niega a creerlo. ¿Qué se supone que haga ahora que Jonathan no está? ¿Qué hare con mi vida? Nunca creí que hubiera un "después de Jonathan". Creí que tendríamos nuestro, "felices por siempre". Ya veo que no.

Miro al frente y veo que las cosas se mueven a mí al rededor. Empiezo a gritar a todo pulmón. Quiero sacar este dolor que siento. No quiero seguir sufriendo. Ya no. No sé cuánto tiempo e gritado, solo me detengo cuando siento la garganta seca y empiezo a toser.

Empiezo a sollozar más fuerte y me abrazo las piernas.

Empiezo a sentir ese vacío en el pecho. Ese que tanto odio. ahora me doy cuenta de que solo lo siento, cuando alguien importante en mi vida desaparece. No sé que hare. Tengo ganas de morirme.

Supongo que, me di cuenta de cómo es Jonathan realmente. Y es algo que no me gusto.

Al menos lo dejare en paz para que pueda ser feliz con su nueva esposa, y su hijo.

.

No sé por cuanto tiempo conduce Abelardo por la ciudad. Cuando miro de nuevo al frente, ya está anocheciendo. Me arden los ojos. Parece como si solo hubiesen pasado un par de minutos.

—Estas mejor? —dice preocupado. Miro sus manos en el volante, y veo que en los nudillos tiene sangre, pero la verdad, no quiero saber nada sobre eso. Sonrió un poco para mis adentros.

Trato de hablar, pero solo toso.

—Ten, toma esto —Me acerca una botella de agua. Dudo un momento en si debería tomarla. Al final lo hago. La tomo hasta el final. Baja la velocidad y se estaciona. Nos quedamos en silencio unos momentos— Siento mucho lo que estas pasando en este momento. Si pudiera hacer algo para que no sintieras eso, lo haría y lo sabes —Tengo necesidad de llorar otra vez, pero no me quedan más lagrimas— Jonathan es un imbécil que no te supo valorar —Siento un nudo en la garganta—, pero aun nos tienes a Chris y a mi y no dejaremos que te hagan daño de nuevo. Lo prometo.

Me siento tan miserable en este momento. Ni siquiera quiero regresar a mi casa. Todo en esa maldita casa me recordara a él. ¿Qué se supone que haga? ¿Mudarme? Claro. ¿A dónde me mudaría? A China solamente.

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora