𝟷𝟹 || 𝚎𝚛𝚛𝚘𝚛𝚎𝚜

2.7K 280 29
                                    




─── 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍
❛ errores 




     Procesar el hecho de que mi parte de vampiro había salido a la superficie fue complicado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Procesar el hecho de que mi parte de vampiro había salido a la superficie fue complicado. Tras darme cuenta de lo que había ocurrido, tuve que sentarme en el sofá bajo la atenta mirada de todos los Cullen. Lejos de sentirme intimidada por ellos, me sentí completamente diferente. Las inseguridades estaban escondidas, mi postura más recta y me sentía mucho mayor. Como si hubiera madurado de golpe.

     Todos abandonaron el salón, a excepción de Edward, Bella, Carlisle y Renesmee. La pequeña me pidió tomarla en brazos, y así lo hice, sentándola en mis piernas. Su cabeza se apoya sobre mi hombro y rodeo su pequeña cinturita con mis brazos. Observo a las tres personas frente a mí, con una sonrisa triste.

     —No tienes que estar triste, Keira, esto iba a ocurrir tarde o temprano—asegura Bella, con una sonrisa tranquila—. Han borrado tu memoria lo suficiente como para apagar tu parte de vampiro por un tiempo, pero como dijo Renesmee, sigue siendo un instinto que acaba volviendo a la superficie.

     — ¿Cómo te sientes? —pregunta Carlisle.

     —Abrumada por la diferencia en los sentidos, incluso creo que he crecido y me he convertido en una mujer, es extraño.

     —No lo es, tu naturaleza al completo ha salido de un lugar escondido de tu mente, es lógico que te sientas tan distinta—dice Edward, sonriendo—. Lo sorprendente es que controlas tus instintos sin problemas, respondiste a la llamada de Carlisle, aunque él simplemente susurró tu nombre.

     —El vampiro que te ha estado instruyendo toda tu vida lo ha hecho bien, aunque haya estado borrando tu memoria—comenta Carlisle—. Es sorprendente incluso para mí, no hay ninguna duda de que eres exactamente como Renesmee, mitad humana y mitad vampiro.

     — ¿Puede que esa sea la razón por la que nos sentimos tan conectadas? —pregunto, sopesando la idea.

     —No es que pueda, es que esa es la razón. No hay casos como los de vosotras en miles de décadas, el único que conocemos tiene unos 150 años más o menos y supimos de su existencia el año pasado.

     Los ojos chocolate de Renesmee se posan sobre los míos, provocándome paz.

     — ¿Recuerdas algo de lo que ocurrió ayer? —pregunta Carlisle, con extremo cuidado. Frunzo el ceño ante su pregunta, sin comprender—. Alguien te atacó cuando...

     Los recuerdos del día anterior se proyectan en mi mente de inmediato. La figura del chico sobre la carretera, la fuerza que me golpeó contra una roca y mi huida de la casa hasta el acantilado. Incluso soy consciente entonces de que salté desde el acantilado hasta la carretera para tomar aquella camiseta rota y empapada de sangre.

     —Encontré a un chico en la carretera, incluso utilicé un salto enorme para encontrar su camiseta—relato, bajo su atenta mirada—. Una fuerza desconocida me golpeó con tanta violencia que me estrelló contra unas rocas, perdí la visión y cualquier voz se oía a kilómetros de distancia. Lo último que recuerdo fue pensar que tenía sed...

     —Ese pensamiento lo escuché—reconoce Edward—, era yo la persona que te intentó levantar, pero no pude hacer nada, te desmayaste. Advertí a Carlisle y preparó ese vaso de sangre para cuando despertaras, no nos equivocamos al pensar que tu lado inmortal saldría una vez que volvieras a abrir los ojos.

     — ¿Y quién es el chico? ¿Está bien o fue una visión?

     —Bueno, el chico...

     — ¡Keira, cuidado!

     La voz de Alice se cuela por mis oídos, pero no puedo reaccionar a tiempo. Edward es más rápido, toma a Renesmee y a mí y nos aparta de la trayectoria de algo sin identificar. Los cristales del salón han sido destruidos por culpa de algo. Edward nos saca de la casa y nos lleva a varios kilómetros de distancia, a lo que parece ser un claro. Renesmee se aparta de los dos para mirar al frente.

     — ¡Te he dicho que te largues, joder!

     La voz que pronuncia aquellas palabras me deja atónita, pues la reconozco casi al instante. Observo su espalda musculada, y poco después, se gira. Sus ojos se fijan en los míos, como si fueran imanes que necesitan conectarse. Todo a mi alrededor desaparece, no escucho nada más, no veo nada más, solo sus ojos.

     Mi cabeza me da vueltas, como si estuviera en una especie de sueño, pero no pierdo el equilibrio. No puedo separar mis ojos de los suyos, hasta que un dolor conocido para mí hace acto de presencia. Esta vez escucho mi grito de dolor, que retumba en todos los lugares posibles. Sujeto mi cabeza con ambas manos y mis rodillas tocan el suelo.

     "La imprimación es como la gravedad. Tu centro cambia, de pronto no es la tierra lo que te sujeta, darías cualquier cosa y serías cualquier cosa que ella o él necesitara. Un amigo, un amante, un hermano o un protector."

     "Estás conectada a Jacob."

     "La razón de ello es interesante."

     "Todo mi cuerpo se retuerce de dolor, no soy capaz de controlarlo."

     — ¡Keira, no!

     La voz de Edward se cuela a través de las imágenes, y lo siguiente que noto es una fuerza en mi estómago. Noto que vuelo y caigo sobre el pasto. Me doblo por el dolor, abrazando mi vientre para tratar de calmarlo.

     — ¡A ella no te atreves a tocarla!

     Inmediatamente mis ojos le encuentran. Observo como Jacob se transforma en un lobo de gran tamaño, imponente y hermoso. Este camina en dirección a alguien, la persona que me ha golpeado. Observo la túnica de color rojizo y negro, hasta que veo su rostro.

     Aro.

     —Vaya, vaya, pero qué tenemos aquí—dice, sonriendo—. Resulta que el lobo débil y triste se ha imprimado de la extraña Keira Wright.

      Le repudiaba, le odiaba y quería que dejase de existir. Pero una pequeña parte de mí lo sabe: Aro es invencible.

     —Aro, ¿a qué mierda viene todo esto? —estalla Bella, llegando en ese momento junto al resto de los Cullen y los lobos.

     Mi mirada cae al verlos a todos reunidos, formando una línea frente a mí. Han cumplido sus palabras, están todos aquí para protegerme, porque de verdad me quieren y se niegan a dejarme morir a manos de Aro.

     —No es justo que toda la familia al completo, incluyendo a los lobos, hayan hecho acto de presencia en esta pequeña reunión—dice, negando con la cabeza—. Yo solamente necesito realizar una pequeña acción.

     —Olvídate de tocarle un solo pelo a Keira, tendrás que pasar por encima de todos nosotros—gruñe Edward, visiblemente enfadado.

     —Vuestro error más común es darles protección a las personas más peligrosas, ¿cómo os las podéis apañar, Carlisle?

     Pestañeo una única vez, dos milisegundos, y Aro ha desaparecido. Miro para arriba, observando como este desciende del aire portando un cuchillo. Me tapo con ambos brazos por inercia, agachando mi cabeza. Cierro los ojos, esperando lo peor.

     —Y el tuyo es dar todo por hecho.

     Vuelvo a abrir los ojos al escuchar esa voz desconocida que aparece de la nada, observando el momento exacto en el que Aro traspasa varios metros debido a un golpe. Frente a mí se para una mujer, que respira con dificultad, y las lágrimas se acumulan en mis ojos.

     —No debiste dar por hecho que permitiría que asesinases a nuestra hija.

     ¿Cómo?

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 ━ jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora