El celo de Harry llegó, el Alfa se levantó de la cama cuándo sintió su erección doliendo y el sudor por todo su cuerpo. Rhian hizo un puchero entre sueños cuándo el calor de su Dada desapareció, pero no sé desperto.
Harry caminó hasta el baño, algo mareado y con su lobo gruñendo, se sostuvo del lavamanos, tratando de alcanzar el frasco con pastillas. Eran supresores de Alfa, controlaba sus celos bastante bien, había estado haciendo eso durante cuatro años, no iba a negar que varias veces, durante los años había ido a burdeles, conseguido a un Omega y follado en su celo.
Pero, debía cuidar de Rhian y entonces los supresores para Alfa habían aparecido en su vida. Había usado la receta del doctor durante dos años, los demás, simplemente había dejado de ir a sus chequeos de cada tres meses y había empezado a comprarlos sin receta.
Le ayuda bastante, lo mantenían cuerdo todo el día y el dolor se iba. Quedaba el hambre de sexo, pero podía luchar con ellos.
Tomó dos pastillas, las sintió pasar por su garganta y suspiró, se vio al espejo, necesitaba ducharse. Se metió a la ducha, quitándose la ropa antes, observó su cuerpo, su erección seguía ahí.
Harry llevó su mano a su miembro y empezó a masajearlo, tratando solamente de bajar la erección porque sabría que en ese momento el agua fría no le ayudaría. Suspiró de placer cuándo pasó su pulgar por el glande.
Su mente produjo imágenes para ayudar con la liberación. De rodillas, frente a él, con su pene en la boca estaba Louis. Casi podía olerlo, el agua caía por su cara haciéndole ver jodidamente caliente, podía ver el trasero del Omega, grande, y redondito, esperando por él.
Louis no dejaba de verlo mientras hacía su excelente trabajo en el pene del Alfa, Harry jadeo, sus ojos se apretaron más tratando de mantener ls concentración ne esa imagen. Mordió su labio y sintió su mano caliente por la corrida que acaba de tener, el orgasmo lo atacó sin aviso.
Su mano bajó más a su base, sostuvo el nudo dando la sensación de que estaba dentro del Omega. Abrió sus ojos, jadeando aún, se metió debajo del agua y se apuró a terminar de bañarse.
Cuándo salió, Rhian seguía durmiendo, vio la hora, eran las cinco de la mañana, bufo algo malhumorado por haber tenido que llegar su celo tan temprano.
Se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua, cerró los ojos mientras sentía el agua pasar por su garganta, odiaba los celos muchísimo.
Se sentó en el sillón a ver un poco de televisión, ese día estaba lloviendo, escuchaba las gotas de lluvia golpear la ventana, em volumen del televisor estaba bajito porque mucho ruidos de varios lugares le causaba ansiedad en sus celos.
──¿Dada?... ──Rhian venía tallado un ojito mientras abrazaba un osito de peluche que Liam le había regalado hace bastante.
──Hey, mi amor. ──lo tomó de las axilas, subiendolo a su regazo. ──¿Tienes hambre?, estás despierto muy temprano.
En el reloj de la pared ya eran las siete de la mañana. Rhian se acurrucó en el pecho de su padre, moviendo su cabecita para lograr impregnarse del olor.
Los cachorros solían ser más dependientes de sus padres en el celo, tal vez porque presentía por el lazo paternal o maternal lo que los adultos sufrían. Harry no lo sabía com exactitud pero Rhian siempre estaba con él en todo el período que pasaba el celo.
A Harry le duraba veinticuatro horas, eran posiblemente las más largas y tortuosas para él. Cómo indicaba antes, la fiebre y dolor de abdominal y de la cabeza podía manejarlo con los supresores para celo.
Pero el deseo sexual era difícil. Tenía erecciones constantemente dónde pasaba duchandose con agua fría todo el día, le pesaba bastante, porque se sentía cansado y tenía a su cuidado a un cachorro que solía ser bastante imperativo a veces. Cómo ese día.
Harry, luego de darle de comer había ido a bañar a Rhian, éste ahora no quería salir de la bañera improvisada que Harry había hecho para el niño.
──Cachorro. ──llamó Rhian volteó a verlo mientras hundía su patito en el agua. ──Debes salir ya, cogeras un resfriado, Rhian.
──Dada el agua está tibia. ──chapoteo un poco. ──Mira, el patito va a salvar a la vaca.
──No creo que eso sea posible de ningún forma. ──murmuró bajito. ──Basta, se acabó el baño.
Lo tomó de las axilas para sacarlo de la mini bañera, el cachorrito pataleo mojando la ropa de su padre.
──Styles.──lo llamó por su apellido. ──Cálmate.
──Dada, pero quiero jugar, ¡el patito! ──lloriqueo.
──Nada de llanto, Rhian. Enfermaras por estar tanto tiempo ahí dentro. ──lo trató de secar con la toalla pero Rhian constantemente se movía queriendo liberarse. ──Deja de ser tan rebelde, niño.
──El patito, Dada. ──lloró.
──Si no paras de llorar en este instante voy a regalarle todos tus jueguetes a otro niño. ──amenazó, Rhian frunció su ceño enojada y sus mejillas se inflaron, aparte que cruzó sus bracitos.
Molesto, estaba molesto, un niño de cuatro años. Harry sonrió disimuladamente, le recordaba a Jax cuándo se molestaba por la falta de atención de Harry.
──No te molestes.
──Dada malo.
──¿Yo? ──Harry rió. ──Trató de cuidar la salud de mi pequeño bebé.
Rhian rió cuándo Harry le hizo cosquillas y frotó su nariz con la de él.
──Dada te ama demasiado, Rhian.
──¡Yo también, Dada!
All the love 💗
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Umea 》Omegaverse
Romance𝖀𝖒𝖊𝖆 || Harry Styles es un padre soltero de un cachorrito de cuatro años, quién logra volverse a enamorar de ese Omega bonito que aparece todos los días por la cafeteria en la que trabaja. "El destino te puso en mi camino cómo una brillante taza...