Narra Kellin
Todo estaba listo, tenía un poco de miedo a decir verdad, pero estaba más que seguro que valdría la pena.
—Perdonen que lo pregunte otra vez, pero, ¿ambos están completamente seguros de esto? Esto sólo se ha intentado muy pocas veces —preguntó el doctor frente a nosotros.
Vic y yo, mi pareja desde hace ya tres años, nos encontrábamos en un consultorio de maternidad. Habíamos decidido tomar el siguiente paso después de habernos casado; tendríamos un bebé.
—Más que seguros —dijo mi esposo tomando delicadamente mi mano.
—Bien, tengo entendido que tú —Fijó su mirada en mi—, serás quien tomé las capsulas de fertilidad ¿cierto?
Yo asentí algo nervioso, no era nada tranquilizante saber que dentro de poco tendría un bebé creciendo dentro de mí.
—Bien, les explicaré todo a profundidad; Kellin, después de haber tomado estas capsulas, tendrás un útero, ovarios, un cérvix uterino. Para que comprendas, las capsulas están compuestas, en su mayoría, de hormonas y células que formarán en tu vientre una matriz artificial. Dentro de quince días tus ovarios artificiales deben de terminar su desarrollo y a partir de allí tendrás cuatro días para practicar coito y quedar embarazado, de lo contrario, tus ovarios y matriz artificiales se degradaran y habría un derrame interno que nadie podría controlar.
Oh, genial, con sus últimas palabras me alentaba tanto, nótese mi sarcasmo.
—No hay problema bebé, te prometo que quedarás embarazado y no habrá ningún problema —susurró Vic en mi oído, al notar mis nervios.
—Oh, claro que no tienes problema en follarme, como tú no serás quien quedé embarazado —murmuré.
—¿Aun así quieren continuar? —Dios, ya era la enésima vez que nos preguntaba eso.
—Sí, sí queremos.
—Bien, firmen esto y todo estará listo —dijo, entregándonos un contrato donde decía que ellos no se hacían responsables si todo salía mal.—No puedo creer que en esos quince días no podamos tener sexo —se quejó Vic entrando en nuestra casa.
—¿Te preocupas por eso, pero no por la posibilidad de que no quede embarazado y muera? Dios, eres sin dudas el mejor esposo.
—Cariño, recuerda lo que dijo el doctor, hay un setenta por ciento de probabilidad que quedes embarazado. Debes de dejar de preocuparte por eso —sonrió, envolviéndome en sus brazos.
—Pero Vic... ¿Tú me seguirás queriendo a pesar de que este gordo?
—Kellin, yo te seguiré queriendo a pesar de todo. Te amo —murmuró antes de besarme delicadamente.
Sus labios se movían con lentitud contra los míos al tiempo que su lengua pedía acceso a mi boca, el cual se lo di. Exploraba cada rincón de ésta, como tantas veces había hecho antes.
El oxígeno se me estaba agotando, pero aun así no me separaba de Vic, porque quería sentirle cerca. Después de otros segundos más no pude aguantar y corté el beso, jadeando en busca de aire.
—Será mejor aprovechar un poco antes de que tomes las capsulas —dijo. Eso no había sonado para nada como una recomendación o petición, sino más bien como una orden, la cual no me importaba mucho obedecer.Unió nuestros labios de nuevo, pero esta vez en un beso apasionado y hambriento. Sus manos tocaban mis pernas por encima de mi pantalón, excitándome cada vez más.
Me empujó contra la pared, haciendo que quedara con la espalda pegada a esta y sintiera su erección en mi cadera.
Levantó mi muslo para que quedara en su cintura, inmediatamente entendí lo que quería; di un pequeño salto y mis piernas quedaron enrolladas en su cintura.
A pesar de que Vic era un poco más pequeño que yo, era mucho más fuerte, por lo que pudo cargarme sin problemas hasta nuestra habitación en la planta alto.
Ambos caímos en la cama, él encima de mí, como siempre. Nunca me dejaba tomar el control, y bueno, no es cómo si eso me molestara mucho.Sus manos se escurrieron por debajo de mi camisa, causándome escalofríos al sentir su piel fría contra la mía. Quitó mi camisa y comenzó a besar mi cuello, dejando pequeños mordiscos en él, los cuales seguro dejarían marcas por días.
Sus besos iban bajando hasta llegar a mis pezones, tomó uno en su boca, succionándolo y atrapándolo entre sus dientes, mientras que con sus dedos pellizcaba el otro.
Cuando su tortura terminó, su lengua recorrió todo mi torso y se detuvo en mi cadera, donde no tardó en quitarme el pantalón.Todo era tan injusto, yo me encontraba sólo en bóxer y el aún traía toda su ropa. En un rápido movimiento hice que el quedará debajo de mí. Gruñó ante el cambio de control, pero dejo soltar un pequeño gemido en cuanto mis labios hicieron contacto con su cuello. Dejé varias marcas, las cuales demostraban que era mío, sólo mío.
Quité su camisa al igual que su pantalón, haciendo que quedará en las mismas condiciones que yo.
Bajé su última prenda de una vez por todas, dejando libre su gran erección.Tomé en mis manos su miembro, dándole pequeños masajes con mis dedos.
—Kellin —gimió cuando comencé a lamer todo el largo de su pene.
Lo metí de lleno en mi boca, de modo que la punta tocaba la parte trasera de mi garganta, pero a pesar de eso aún quedaba mucho fuera. Lo que mi boca no alcanzaba a cubrir lo masajeaba de forma lenta con la yema de mis dedos.
Balanceaba mi cabeza adelante y hacia atrás mientras ahuecaba mis mejillas. Levanté mi mirada, encontrándome con la de Vic. Sus ojos derrochaban lujuria. Me miró un par de segundos, con la boca abierta en una perfecta 'o' antes de echar la cabeza hacia atrás gimiendo mi nombre y algunas maldiciones apenas entendibles.
—Agh... p-para, me vengo —Lo obedecí.
Tenía una gran sonrisa en mi rostro, sabía que sólo yo podía causar eso en él. Me besó una vez más antes de darme la media vuelta.Hizo que levantara un poco el trasero, de modo que estaba de rodillas pero mi cabeza apoyada sobre el colchón.
Creí que entraría en mí después de ponerse lubricante, pero no. Sentí como algo húmedo profanaba mi trasero.
No pude evitar jadear fuertemente, se sentía malditamente bien.
Su lengua hacía pequeños círculos dentro de mí, haciéndome gemir su nombre repetidas veces. Sentir como succionaba mis paredes interiores y pasaba sus dientes por estas hacía que miles de escalofríos recorrieran toda mi columna vertebral.Me dio otra vez la media vuelta después de un largo tiempo de placer.
Se colocó entre mis piernas y me dio una última mirada antes de entrar lentamente en mí.
Un dolor me invadió por completo; Vic no era pequeño —no era algo de lo que me quejara— por lo que sentía como mi interior intentaba estirarse ante su tamaña.
Pasaron unos cuantos minutos y me acostumbre, haciendo que la sensación de dolor se convirtiera a un de incomodidad. Comencé a mover mi cadera, dándole a entender que estaba listo.
Sus embestidas eran lentas y profundas, y cada una de ellas me volvía loco.
Arqueé mi espalda, sintiendo espasmos a través de todo mi cuerpo.Estaba cerca, y por lo torpe que comenzaba a embestirme, supe que él también.
En cuanto golpeó mi próstata por enésima vez no pude aguantar más y me corrí en nuestros abdómenes. Tiempo después de él lo hizo en mi interior.
Salió de mí y se acostó a mi lado. Me gire hacia él, recargando mi cabeza en su pecho.
—Te amo —susurró antes de besar mi frente.
—Yo también te amo.Tal vez piensen que la historia se está yendo muy rápido, pero no, la trama principal no es que los personajes se enamoren, sino describir su vida un poco antes, durante y después el embarazo, espero que entiendan.
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Dancing With A Wolf | Kellic mpreg
Fanfiction¿Quién te va a escuchar cuando te quedes sin mentiras? 「 Esta no es una historia de omegaverse, el título es por la canción de All Time Low 」