Narra Vic
Las palabras de Kellin lograron tranquilizarme un poco, sólo un poco; siendo sincero, tenía miedo de que mi esposo me engañara tal y como lo hizo con Austin. Sabía que no debía sentir desconfianza, él me ama tanto como yo a él, pero era imposible hacer desaparecer ese miedo. Principalmente temía que me dejara por alguien más; que se diera cuenta que merece mucho más que yo, porque, no sé qué haría sin sus besos, sin sus caricias, sin sus "te amo"; en este momento dependía completamente de él.
—Para —pidió, sabiendo en que pensaba; me conocía tan bien—. Aunque Austin, o cualquier otro tipo intentara algo conmigo, yo no le haría caso, ¿No te queda claro que sólo te amo y amaré a ti? Dios Vic, sino estuviera seguro de mi amor por ti, o si planeara dejarte, no estaría formando una familia contigo, tienes que confiar en mí, recuerda que una relación se basa en la confianza, tú mismo me lo dijiste hace tiempo. Ten confianza en mí y en mi amor hacia ti.Él tenía razón. Si no era capaz de confiar plenamente en mi esposo, entonces no lo merecía; no merecía que arriesgara su vida sólo por formar una familia conmigo.
—Lo siento, créeme que confió en ti completamente —dije, más para convencerme a mí mismo que a él—. Te amo.El murmuró un 'yo también' antes de besarme. La sensación de sus labios moverse contra los míos era algo que no cambiaría por nada del mundo. Podía sentir la mirada de Austin y la de Alan sobre nosotros, pero no me importaba que nos vieran. Mis manos bajaron a su cintura y apegué más su cuerpo al mío, rodeó mi cuello con sus manos, profundizando el beso.
—Creo que mejor nos vamos Austin —susurró Alan, a lo que él le dio la razón. La puerta se cerró y me separé un poco de Kellin, a una distancia en la que nuestras narices rozaban.
—¿Hiciste eso para que se fueran? —rio.
—Puede, pero también lo hice porque quería besar a mi esposo —No mentía del todo, aunque principalmente si lo hice para que se fueran y nos dejaran solos.
—Te amo, nunca cansaré de repetirlo —susurró. Era increíble como esas simples dos palabras podían hacerme sentir completo.
—Yo también te amo —respondí, besándolo de nuevo. Poco a poco fui levantando su cuerpo del suelo, haciendo que enrollara sus piernas en mi cintura.
—¿No fue suficiente con lo de hace rato? —preguntó sin separar del todo nuestros labios.
—Si se trata de ti nunca será suficiente —dije, antes de llevarlo hasta nuestra habitación.—¿Quieres ir a dar una vuelta? —pregunté, viendo como mi esposo cambiaba los canales de la televisión sin encontrar nada bueno. Nuestra vida podía ser muy agitada, pero sólo cuando estábamos de gira, porque cuando no, no tenemos nada que hacer, literalmente.
—Sí —dijo con mucho entusiasmo, supongo que estaba esperando que lo dijera desde hace mucho tiempo. Era un poco malo con las indirectas.
Tuve que esperar cuarenta minutos para que por fin pudiera estar: dios, este hombre tarda la vida en arreglarse, ¿Por qué no podía ser como yo de agarrar lo que sea y arreglarse en cinco minutos? Sin embargo, la espera había valido completamente la pena, porque se veía hermoso.
—Te ves perfecto —admití, sin sentir vergüenza al mirarlo de arriba abajo una y otra vez.
—Gracias —murmuró con las mejillas sonrojadas. Eso era una de las cosas que me gustaban de él; a pesar de tener cinco años juntos siempre terminaba sonrojándose con mis cumplidos, esa era una de las razones por la que nunca perdí la costumbre de decirle lo hermoso que es.
—¿Nos vamos? —dije, viendo como buscaba algo como loco por toda las estanterías de la cocina.
—Espera, no encuentro mis vitaminas.
—¿Vitaminas?
—Sí Vic, no es de lo más fácil preparar a tu cuerpo para tener un bebé ¿sabes? —Por un momento había olvidado que el doctor se las había recetado para que las cápsulas pudieran funcionar de mejor manera.
—Dios, ya es mañana Vic, tengo miedo —dijo, refiriéndose a que mañana tendríamos que ir al consultorio para ver si la matriz se había desarrollado correctamente; por fin sabría si tendría la oportunidad de formar una familia junto a la persona a la que amo, o si perdería todo lo que tengo.
—Todo saldrá bien —aseguré, más para tranquilizarme a mí mismo que a él.Nos subimos en el auto y conduje hasta el centro comercial. En cuanto llegamos un par de personas nos reconoció, entre ellas dos chicas, una de cabello castaño y otra rubia.
—¡Dios! ¡Son Kellin Quinn y Vic Fuentes! ¡Evgenia, trae la cámara! —chilló la rubia.
La otra, al parecer Evgenia, con sus manos temblorosas la saco. Nos pidieron una foto y nosotros aceptamos gustosos, en serio amo tanto a nuestros fans.
—¡Son nuestra pareja favorita! —Yo no pude evitar reír un poco; desde que Kellin y yo decidimos hacer pública nuestra relación, mucha gente nos decía eso.
—Algún día quiero encontrar a alguien que me mire como tú miras a Kellin —admitió la de pelo azul, sin saber que la otra chica la miraba de la misma forma.
—Creo que ya lo encontraste, sólo no quieres ver —dije, haciendo que la pelirroja se sonrojara y fijara su mirada al suelo. Al parecer no entendió muy bien lo que dije, pero aun así nos agradeció a ambos después de abrazarnos.
—¿Y cómo me miras Vic? —preguntó Kellin, tomando su mano en la mía.
—De la manera que eres; mi mundo entero, lo que más quiero y me importa.
Él me agradeció, pero no entendí por qué; sólo había dicho la verdad.Estuvimos paseando por todo el centro comercial, a veces deteniéndonos para tomarnos una foto con nuestros fans, pero eso no nos quitaba más de cinco minutos, en cambio, cuando pasamos frente a una tienda de artículos para bebé, sus ojos brillaron y fue como si sus pies se quedaran clavados en el piso frente a la tienda. Pensar que dejaríamos de ser una pareja para ser una familia me entusiasmaba; no podía esperar a tener a un pequeño bebé entre nuestros brazos.
—¿Quieres entrar? —pregunté. Él asintió frenéticamente.
La tienda era enorme sin exagerar, por donde mirara había cunas, carriolas, mamelucos, de todo. Las próximas dos horas nos la pasamos ahí, viendo cada una de las cosas, y eso que aún ni siquiera sabíamos si tendríamos la oportunidad de ser una familia.
La hora de llegar a casa y tuve que arrastrar a Kellin para que se subiera al auto.
—Regresaremos después cariño, lo prometo —le dije.
—¿Por la garrita?
—Por la garrita.El día tan esperado llegó, hoy sabríamos si la matriz artificial se había desarrollado correctamente en el vientre de mi Kellin. No podía ocultar mi emoción; sólo esperaba que todo haya salido bien. Las manos me temblaban ligeramente cuando iba manejando, pero en comparación con mi esposo yo parecía la persona más tranquila del mundo.
El tiempo pasó tan rápido para mí que sin darme cuenta ya estábamos frente al doctor, con los papeles del estudio que le habían hecho a Kellin minutos antes para ver si todo había salido bien.
—Felicitaciones, todo se desarrolló de maravilla y ya sólo habría que esperar a que Kellin quedé embarazado, aunque no creo que será un problema, ¿cierto?
—Créame que no lo será —dije, tomando la mano de mi esposo y acercándome para susurrarle—. No sabes cómo deseo llegar a casa.
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Dancing With A Wolf | Kellic mpreg
Fanfiction¿Quién te va a escuchar cuando te quedes sin mentiras? 「 Esta no es una historia de omegaverse, el título es por la canción de All Time Low 」