16. All you did was make it worse

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Narra Kellin

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Narra Kellin

En cuanto Vic salió de la habitación, traté de dormir un poco más, pero simplemente no podía. Sabía que era muy temprano para que mi esposo saliera, y mientras una parte de mí gritaba que estaba mintiendo, otra decía que debía confiar en él.
Sin poder tener la duda por más tiempo, tomé mi teléfono y llamé a Mike; sólo necesitaba asegurarme de que Vic no mentía.
—¿Kellin? ¿Qué mierda? ¿Sabes la hora que es? —gruñó Mike del otro lado de la línea. Desde ese momento, supe que algo estaba mal.
—Uh, ¿no estabas con Vic? —pregunté, sintiéndome estúpido después de hablar; era claro que no lo estaba y mi esposo me había mentido.
—No, ¿Por qué? ¿Él te dijo que estaría conmigo?
—Sí, pero ahora veo que no es verdad —murmuré, sintiendo como las hormonas me hacían una mal jugada y las lágrimas comenzaban a deslizarse por mis mejillas.
Él no dijo nada más y colgó, pero en cuestión de segundos lo tenía tocando en mi puerta.
Bufé antes de levantarme de la cama y dirigirme a abrirle, aunque si tan sólo hubiera sabido que haríamos, hubiese deseado no hacerlo.
—Kellin, puede que esto sea sólo una estupidez, pero creo que mi hermano te está engañando —dijo apenas abrí la puerta.
Tuve que contener el impulso de reír en su cara, ¿Vic engañándome? Eso nunca pasaría.
—Mike, no porque haya mentido en eso significa que está engañándome —murmuré, aunque era más para mí que para él.
—¿Estás seguro? —preguntó, aunque era clara la respuesta—. Sólo necesito que vengas conmigo, si no es lo que pienso, te traeré de vuelta.

No sabía si era lo correcto. Debía tenerle confianza en mi esposo, pero él había estado tan extraño estos días que simplemente no podía hacer eso.
Terminé por aceptar y apenas lo hice, Mike me arrastró fuera del hotel.
—¿A dónde vamos? —dije, rompiendo el incómodo silencio que se había creado en su auto.
—Al departamento de Danielle —Después de eso, no quise hablar por el resto del camino.
Quería creer que Mike sólo estaba haciendo suposiciones estúpidas, pero en el fondo sabía que lo más seguro era que tuviera razón.
Para mi desgracia, el camino fue demasiado corto y en cuestión de segundos estuvimos entrando en la recepción del edificio.
A medida que el elevador subía, también lo hacían mis nervios y no podía dejar de repetirme inútilmente que todo estaría bien.
—Ojalá esté equivocado —susurró a mi lado mientras caminábamos por el pasillo, y yo deseaba lo mismo.

Tal vez lo mejor hubiese sido nunca haber llamado a Mike. Tal vez lo mejor era seguir ignorando la verdad. Tal vez vivir una mentira era mucho mejor. Tal vez, sólo tal vez, si las cosas hubieran sido diferentes aquella mañana, en ese momento no estaría tan destruido.

Lo que vi rompió mi corazón en cientos de pedazos. La persona a la que le había entregado todo de mí, cada segundo de mi tiempo, cada sonrisa, cada 'te amo', cada pensamiento, cada parte de mi corazón, saliendo de aquel apartamento.
Nunca pensé que Vic en verdad sería capaz de engañarme. Siempre había confiado más en él que en mí mismo, pero al parecer ese había sido mi único error.
Mi vista se nubló por las lágrimas que corrían libremente por mis mejillas y el dolor en mi pecho se hacía cada vez más insoportable.

Ni siquiera me había dado cuenta de en qué momento me había detenido, pero ahora Vic me miraba con una expresión en blanco; claro que no esperaba verme.
Sentí como Mike también se había quedado parado a mi lado, casi tan confundido y decepcionado como yo.
—¿Ke-Kellin? —preguntó con voz rota. Traté de decir algo, pero era como si mi garganta se hubiese cerrado.
No pude contestar y simplemente di la media vuelta, marchándome con el corazón roto.

Lo único que quería era estar solo y dejar todo atrás, aunque parecía que Vic no entendía eso. Sus labios se movían mientras me seguía al estacionamiento, pero no quería escuchar nada de él.
—¡Por favor, déjame explicarte! —suplicó. Las lágrimas corrían por sus mejillas y su voz estaba entrecortada, y en cualquier otra situación lo hubiese consolado, pero ya no, nunca más lo haría de nuevo, no después de lo que había hecho.
—¿¡Qué me vas a explicar!? ¿¡Que me engañas con Danielle!? ¿¡Que no te importa una mierda nuestra familia!? —grité—. Vic, es demasiado tarde para explicaciones.
Aunque me doliera, esa era la verdad. Ni yo ni nuestros bebés le importábamos, o al menos no tanto para ser los únicos para él.
—Kellin, te prometo que no es eso, sólo... —Intentó decir y hubiese terminado, si no hubiera sido por mi puño en su mejilla.
—¿Por qué no dejas de mentir? —dije, tratando inútilmente de contener mis sollozos.
—Juro que no estoy mintiendo. Kellin, te necesito —Colocó su mano en mi vientre hinchado—. Los necesito.
—Nosotros no te necesitamos a ti, ya no —mentí. En ese momento lo único que quería era que me rodeara en sus brazos y me dijera que todo estaría bien, pero eso no pasaría.
Antes de que pudiera decir algo más, quité el anillo de bodas de mi dedo y se lo entregué, ganando una mirada llena de dolor de su parte.
—No quiero volver a verte —dije, tragándome el dolor y dejando que las palabras se deslizaran de mis labios.
—Pe-Pero... yo te amo —sollozó.
Me limité a negar con la cabeza; él no podía amarme, porque una persona que amaba a otra no le hacía daño, y mucho menos de esta manera.

Por suerte no tuve que fingir que no quería estar junto a él, ya que Mike llegó y apartó a Vic, logrando que pudiera subirme al auto antes de que él hiciera lo mismo y comenzara a conducir.
En todo el camino de regreso, Mike no dejaba de darme miradas de lástima y estuve a punto de gritarle que parara, pero él no merecía que desquitara mi ira con él, no cuando fue quien me hizo ver la verdad.

En cuanto llegué al hotel, no pude evitar derrumbarme. Hice mi mejor esfuerzo para no llorar hasta estar en la habitación, pero me era imposible.
Nunca me había sentido tan vacío, perdido, traicionado y solo. Vic era mi mundo, la única persona en la que podía confiar, pero a la primera oportunidad, me dejó.
¿Acaso no había sido lo suficientemente bueno? ¿Él nunca me había amado? ¿Siempre había sido un juego para él? ¿Así se había sentido Austin cuando hice lo mismo con él? Había dejado todo por Vic, pero ahora él me había dejado a mí, solo, roto, con el corazón hecho pedazos y sin nadie a quien contarle lo hundido que estaba.
Lo único que quería era desaparecer; dejar el dolor que sentía en mi pecho, dejar las lágrimas, dejar la sensación de haber sido usado, dejar todo atrás. Pero no podía. Por más que trataba de alejar los malos pensamientos de mi mente, esta no cedía y no paraba de recordarme lo idiota que había sido.

Ahora no podía entender porque lo había amado tanto, ¿acaso había una razón? ¿Había sido porque él fue el único que logró hacerme sentir querido y especial? Durante mucho tiempo creí que Vic sería la persona con la que pasara el resto de mi vida, y maldición, incluso estaba esperando dos hijos de él. Pero ahora parecía que me había equivocado en todo.

El recuerdo de mi madre diciéndome una y otra vez que Vic no era "el indicado" para mí, me hacía querer reír amargamente; ella siempre había tenido razón. Ella sólo trataba de protegerme, pero la había alejado por alguien que no valía la pena. Pero el problema era que ya nada valía la pena, ya nada importaba.
Tomé mi maleta y comencé a empacar toda mi ropa sin molestarme en organizarla. Sabía que era injusto para los demás chicos dejar la gira de esta forma; sin decirle a nadie, sin decir siquiera un adiós, pero en verdad quería alejarme de todo.
Ya no podía seguir sintiendo esto más y sólo había un lugar a donde podía ir.

Dancing With A Wolf | Kellic mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora