20. I'm crawling back to you

2.7K 256 37
                                    

Narra Kellin

En cuanto llegué a mi habitación, no pude evitar sentirme horrible. Me había permitido olvidar todo por un momento, pero cuando regresé a la realidad fue incluso peor.
Estaba harto de tener que fingir tener rencor hacia Vic, porque no lo hacía. Sí, estaba herido, pero no quería que mi esposo se alejara de mí, sino que me consolara a pesar de que él había sido quien comenzó todo.
No podía seguir soportando no estar a su lado, pero algo me impedía perdonarlo; era como si una parte de mí tuviese miedo de que si lo hacía, volvería a engañarme, y no estaba seguro de si podría soportar eso de nuevo.

Escuché varios golpes en la puerta, pero no tenía ánimos de escuchar las excusas de Vic. Él siempre insistía en que tenía una explicación, y en verdad quería creer que era lo suficientemente buena como para poder olvidarnos de esto para siempre y seguir adelante.
No pude evitar llevar mis manos a mi vientre hinchado; mis bebés merecían tener a su padre con ellas, sin importar los errores que él había cometido. Pero, ¿era capaz de volver con Vic sólo por nuestras hijas? Sabía cómo era tener una familia rota, y no quería que ellas lo supieran también.

Traté de distraerme viendo la televisión, pero al ver solamente anuncios de navidad, resultó hacer lo contrario. Ver a las familias felices me hacía recordar que la mía estaba jodida por completo.
Lo único que deseaba en ese momento era volver hacia el pasado, cuando Vic y yo pasábamos la navidad juntos, abrazados y recordándonos cuanto nos amábamos. Pero ahora ni siquiera podíamos estar en la misma habitación sin gritarnos o pelear; ya no quería que las cosas fueran así, pero todo era tan complicado.

Suspiré antes de levantarme de la cama con esfuerzo y dirigirme a la puerta para abrirla. Cuando lo hice, Vic cayó de espaldas e inmediatamente se levantó para verme con expresión de sorpresa.
—No creí que abrirías —admitió.
—Será mejor que comiences a explicar todo antes de que me arrepienta de haberlo hecho —murmuré, dejando que pasara a la habitación.
Él me miró durante varios segundos, como si estuviera pensando en qué decir, antes de comenzar a hablar.
—Kellin, sé que fui un idiota al alejarte de mí y no puedo culparte por estar enojado e incluso odiarme, porque me lo merezco. Sí, lo admito, me acosté con Danielle, pero —En ese momento lo único que quería era desaparecer; sabía lo que había hecho, pero escucharlo de él me rompía aún más el corazón—, sólo fue una vez y yo... estaba drogado.
—¿Estabas qué? Vic, prometiste que no volverías a esa mierda —dije, sintiéndome decepcionado de él, de nuevo.
—Sólo... déjame seguir explicando —pidió, y yo sólo asentí con la cabeza para que continuara, mordiendo mi lengua para no comenzar a gritarle por ser tan estúpido—. No quise volver a hacerlo, pero Danielle puso algo en mi bebida y...
—¿Qué hacías con ella? —gruñí, sintiéndome celoso en cuanto dijo su nombre.
—Estaba tratando de pedirle que me dejara en paz; Kellin, sabes que ella ha logrado que joda todas mis relaciones anteriores, y no quería que eso pasara con la nuestra, así que fue con ella para dejarle eso en claro, aunque resultó al revés —dijo, dejando que las lágrimas corrieran por sus mejillas—. Te juro que yo no tenía la intención de hacerlo, tú mejor que nadie sabe que cuando estoy drogado no puedo reaccionar, y sé que eso no es una excusa. Bebé, me equivoqué, lo aceptó, pero nunca quise romper tu corazón, nunca quise destruir nuestra familia. Y yo te sigo amando como antes, incluso mucho más. Te necesito más que a nada; tú y nuestras hijas son todo lo que tengo. Por favor, dame una segunda oportunidad Kellin, te prometo que nunca más volveré a fallarte.
Tomó mi mano en la suya, haciendo que mi corazón latiera mucho más rápido de lo normal. Tenía tantas ganas de besarlo y decirle que entendía lo que había pasado, pero apresurar las cosas no serviría a convencerme a mí mismo de que él no volvería a engañarme.
—Yo... necesito pensarlo —dije, tratando de no tomar una decisión apresurada sólo por sus palabras.
—Está bien, espero que puedas perdonarme —murmuró, antes de tomar mi rostro entre sus manos para colocar un beso en mis labios.
A pesar no se lo haya dicho, hubiese deseado que el beso durara más que tan sólo unos segundos. Después de separarse de mí, salió de la habitación, no sin antes recordarme que me amaba. Quise decirle que yo también lo hacía, pero no pude.

En cuanto estuve solo, no pude evitar suspirar; tenía que pensar muy bien antes de tomar mi decisión.
Necesitaba tanto a Vic y lo que más quería era tenerlo a mi lado, pero, nada me aseguraba que estuviese diciendo la verdad. Antes él tenía toda mi confianza, pero ahora tenía que convencerme a mí mismo de que él no volvería a engañarme, y sí lo hacía, que no sería el fin de mi mundo. Tenía que aprender a vivir sin Vic, aunque no quisiera hacerlo. Pero sobre todo, tenía que arriesgarme a perdonarlo y ser feliz, sin que importara una mierda el pasado.
Sí, él había jodido todo, pero se arrepentía y prometió no volver a hacerlo, además, hemos estado tanto tiempo juntos que era estúpido romper nuestra relación por un error suyo; si yo estuviera en su situación, querría que él me entendiera y perdonara. Mi decisión era muy clara.

Sabía perfectamente lo que haría, y estaba seguro de que era lo correcto.
Bajé las escaleras lentamente y en cuanto llegué a la sala de estar, me encontré a Vic. Podía escuchar sus sollozos desde donde estaba y logré ver como cubría su rostro con sus manos, repitiéndose lo estúpido que era una y otra vez.
Mentiría si dijera que no me había dolido verlo así, y más sabiendo que era por mí.
—¿Vi-Vic? —susurré, provocando que diera un pequeño salto antes de levantarse y comenzar a caminar hacia mí.
—Kellin yo...
Antes de que pudiera continuar, estrellé sus labios contra los míos, sintiéndome mucho mejor en cuanto me besó de vuelta. Había extrañado tanto el dulce y adictivo sabor de sus labios, que ni siquiera cuando el oxígeno empezó a hacerme falta, me quería separar, pero tuve que hacerlo.
—Entonces, ¿me das una segunda oportunidad? —preguntó, con una enorme sonrisa adornando su rostro. Pude notar como el brillo en sus ojos había vuelvo, a pesar de que estos estuvieran un poco rojos por llorar.
—Sólo bésame idiota —ordené, y así lo hizo.
Su boca buscó la mía y a penas lo hizo, su lengua pidió acceso, el cual le di sin dudarlo. Recorrió cada centímetro, como si estuviera tratando de memorizar cada rincón. En cuanto nos separamos, no pude evitar abrazarlo.

Escondí mi rostro en su cuello, aspirando su aroma único mientras el acariciaba mi vientre, susurrándome al oído que me amaba una y otra vez. Fue entonces cuando supe que no quería estar en otro lugar que no fueran sus brazos; no quería estar con otra persona que fuera él; y nunca me daría por vencido en mi relación con Vic. 


Dancing With A Wolf | Kellic mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora