Narra Vic
Llevaba esperando a mi esposo en nuestra habitación durante más de media hora. Él se había encerrado en el baño con la bolsa que le había dado, dijo que se probaría la ropa, y si tenía suerte, me mostraría como le quedaba, pero ya había perdido las esperanzas de que eso pasara. Cuando estaba dispuesto a levantarme de la cama y salir a dar la vuelta, se abrió la puerta del baño, mostrando a mi Kellin.
Apenas lo vi y pude sentir como los pantalones comenzaban a apretarme en el área de mi entrepierna.
Se veía jodidamente caliente con sus mejillas sonrojadas, un corset que acentuaba mucho más su cintura, unas bragas de encaje negro junto con unas medias que hacían lucir sus largas piernas.
—¿T-Te gusta? —murmuró, dando un giro frente a mí. No pude evitar centrarme en su trasero, el cual con la ropa interior femenina se veía mucho más levantado y la prenda sólo cubría la mitad.
—Mierda... me encanta —admití—. Acércate.
Él me obedeció, empezó a caminar lentamente hacia mí, moviendo su cadera más de lo que debía, haciéndome desearlo aún más.
Llegó hasta mí y se sentó sobre mi regazo, envolviendo sus piernas en mi cintura.
—Parece que alguien está feliz de verme —susurró antes de morder mi lóbulo. No pude evitar soltar un gemido en cuanto comenzó a molerse contra mi erección; sentía como mi miembro rozaba con su entrada haciéndome enloquecer.
Busqué sus labios, atrapándolos en un beso lleno de lujuria. Mi lengua pidió acceso a su boca y recorrió cada parte de ésta. Cuando nos separamos, no pude evitar morder su labio inferior, haciéndolo soltar un gemido de dolor. Bajé hasta su cuello, donde comencé a dejar pequeños besos y mordidas que dejarían marca. Poco a poco desabroché el corcel, bajándolo lentamente antes de dirigirme a sus pezones. Pasé mi lengua por uno de estos antes de morderlo de forma suave. A medida que pellizcaba y mordía sus pezones podía sentir como crecía su erección tras esas pequeñas bragas, por lo que decidí acostarlo en la cama antes de bajar la prenda.Mis besos bajaron hasta sus muslos, donde quité las medias para poder dejar más marcas en su pálida piel. Mi lengua tanteó su entrada, provocando un fuerte gemido de mi esposo que me impulsó a meterme en él. Hacía movimientos circulares en su interior mientras Kellin se retorcía de placer.
—P-Por favor Vic —gimió.
—¿Por favor qué?
—Te... te necesito dentro de mí —Sonreí ante sus palabras.
Tomé la botella de lubricante que había en la mesita de noche y vertí una gran cantidad en mi miembro. Kellin colocó sus piernas alrededor de mi cintura, dándome un perfecto acceso a su trasero.
Poco a poco fui metiéndome en él hasta el fondo y después de unos minutos me pidió que me moviera.Lo obedecí, saliendo y entrando a un ritmo lento, el cual fui aumentando cada vez más hasta que tenía a Kellin gritando por más.
—Mi-Mierda Vic... Ugh ¡Más rápido! —pidió.
Sus manos se dirigieron a mi espalda, aferrándose y enterrando sus uñas en ella. Sentí un ardor en cuanto me rasguñó, pero eso no impidió que siguiera penetrándolo con más rudeza y rapidez que antes.
—To-tócame —gimió, dándome a entender que estaba cerca al igual que yo.
Llevé mi mano hasta su pene y comencé a masturbarlo al ritmo de mis embestidas.
No tardó mucho para que mi esposo se corriera sobre nuestros pechos y tiempo después yo en su interior.
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Dancing With A Wolf | Kellic mpreg
أدب الهواة¿Quién te va a escuchar cuando te quedes sin mentiras? 「 Esta no es una historia de omegaverse, el título es por la canción de All Time Low 」