3. Speaking like I'm bigger than my body

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Narra Kellin

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Narra Kellin

—¡Hey! Pero si son los tortolitos —gritó Oliver cuando entramos en la sala de estar.
—Sí, Sykes, ¿Y? —murmuré. Él no era precisamente mi persona favorita.
—Ugh, Vic, controla a tu fiera —Esperé que mi esposo me defendiera, pero lo único que hizo fue reírse con todos los demás.
—Serán dieciséis días —advertí. Sólo Vic logró entender y se calló de inmediato.
Me senté en el suelo entre Nick y Jesse. Era un poco incómodo tener a lado un nuevo integrante de la banda, y al otro uno antiguo. Pero a pesar de que Jesse ya no estaba en Sleeping With Sirens, seguía siendo un gran amigo.
—¿Quieren? —preguntó Mike con dos cervezas en las manos.
—Yo... no gracias —dije. A partir de ahora, me tendría que despedir del alcohol.
Vic también negó, cosa que me pareció muy extraño; él no tenía necesidad alguna de dejar de tomar. Lo miré pidiendo una explicación con la mirada y él simplemente sonrió antes de caminar hacia mí y quitar a Nick para sentarse a mi lado.
—Si tú no tomas, yo tampoco —susurró en mi oído. No pude reprimir una sonrisa ante su decisión.
—¿Sabes que no tienes que hacer eso?
—Sí, lo sé, pero no me importa.
Sentí el sabor dulce de sus labios sobre los míos, y antes de que siquiera pudiera profundizar el beso, los demás empezaron a hacer muecas y sonidos de asco. Tuvimos que separarnos, sino, Mike vendría con agua helada y nos la tiraría encima; lo sabía porque ya lo había hecho antes.

Estuvimos un largo rato hablando de lo que había sido nuestras vidas, ya que hace un par de semanas que no nos veíamos. Vic me hizo una señal, y supe que era el momento.
—Chicos... tenemos que decirles algo —dije, sintiendo como los nervios se apoderaban de mí.
¿Cómo iban a reaccionar? ¿Lo tomarían bien? ¿Lo tomarían mal?
—Nosotros... —Traté de decir, pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta. El nudo en ésta iba creciendo al igual que mis nervios, ¿Por qué era tan difícil decirlo? No era nada del otro mundo decir que planeaba embarazarme... Bueno, tal vez sí.
—Planeamos tener una familia —completó Vic al ver que no continué hablando.
La cara de todos era digna de una fotografía. La mayoría lo tomó con sorpresa, tanto que tardaron unos segundos en por fin decir algo. En esos momentos de absoluto silencio pude sentir como el pánico se apoderaba de mí; nunca fui de las personas que se tomarán muy bien el rechazo por parte de amigos o familia.

❝Por favor, que no tomen mal nuestra decisión❞

Rogué en mi interior. Y así fue.
—Wow, ¡Me alegro por ustedes! —gritó Hannah. Fue la primera en reaccionar y después de ella vinieron más felicitaciones por los demás.
—Mierda hermano, nunca creí que sería tío tan rápido —murmuró Mike—. Eso significa que ya estoy viejo.
No pude reír ante esto, ¿Mike? ¿Viejo? Por favor.
—¿Ves? A ver si así tomas el ejemplo de Vic —gruñó Alysha. No era un secreto para nadie que ella quería formar una familia, y Josh, bueno, quería seguir siendo "libre", según él.
No entendía del todo bien su expresión, un hijo no es un castigo o algún tipo de atadura, claro, siempre y cuando se quiera tenerlo; creía que Alysha no debía presionarlo si él no quería, eso era obligarlo a tratar de ser alguien que no quiere, porque definitivamente Mike, aunque era mi amigo, a pesar de sus treinta y un años era algo... ¿inmaduro? Sí, esa era la palabra. Era como un adolescente irresponsable atrapado en el cuerpo de un adulto.
—¿Y dónde van a adoptar? Ya saben, ¿en qué orfanato? —preguntó Josh, si supiera.
—Eh, nosotros no vamos a adoptar —respondí algo incómodo. Ahora venía la parte, porque, no era normal que un amigo te dijera algo como "Oh, ¿sabes qué? Planeo quedar embarazado a pesar de ser un hombre". No, eso no pasaba todos los días.
—¿De qué hablan? —Ben fue el primero en atreverse a preguntar. La cara de confusión de todos en la casa no tardó en aparecer.
Por un momento quise que me tragara la tierra y me llevara a un lugar muy lejos de aquí; sentía vergüenza ser el tema de atención por algo así. No quería causar mucho alboroto por mi embarazo, sí, era extraño, pero ¿y?
—Planeo embarazarme —dije de una vez por todas.
—Oh... —musitaron todos al unísono.
Comencé a morder mi labio y bajé la mirada para evitar que me afectaran los ceños fruncidos de mis amigos.
La mano de Vic se entrelazó con la mía, dándome apoyo.
—Tranquilízate —susurró en mi oído. Traté de hacerle caso, pero mis nervios no se iban.
—Eh... supongo que es raro, bien, no supongo, lo es, y como la mierda. Pero es su decisión y los apoyamos —murmuró Danny después de varios minutos de absoluto silencio. Sabía que él era probablemente la persona más sincera en todo el lugar, por lo que sus palabras me hicieron sentir mejor; no mentía para quedar bien con nosotros, decía eso porque lo sentía.

—Sí, mi Danny tiene razón —se le unió Ben, y después todo los demás. Claro que pidieron una explicación de cómo era eso posible, traté de explicárselos, pero después de mi tercer intento me rendí.
—Dios, no entiendo cómo es que se les ocurrió todo eso, pero... Kellin, me decepcionas, creí que tú serías el activo en la relación, ¡pero no! Me tenía que salir pasivo el niño —dramatizó Oliver fingiendo secar sus lágrimas falsas.
—Tú me decepcionaste también, creí que Josh sería el pasivo, pero ahora que veo como tratas de no sentarte... —contraataqué. Por su expresión, supe donde pegar. Inmediatamente se puso rojo mientras Hannah le dio un golpe en la cabeza, que hasta a mí me dolió.
—Si me llego a enterar de que haces esas cosas con Josh me vas a conocer Oliver —gruñó. No pude evitar reír al saber que yo lo había causado. Amaba a Hannah, era una de mis mejores amigas, pero sabía defender lo suyo.
—Tranquila amor, que sólo somos amigos —le dijo antes de abrazarla. Aunque por nuestro lado le guiñó un ojo a Josh, probando que se sonrojara.

Me parecía injusto lo que hacía Oliver con Josh; tenía a Hannah y aun así se la pasaba tratándolo como más que a un amigo, pero para él sólo era un juego, aunque claro, no sabía que para Josh no es un juego, para él lo era todo.
Me recuerda un poco a Vic y a mí al inicio de nuestra relación, cuando él no estaba seguro de sus sentimientos hacia mí, y bueno, aquí estamos cuatro años después. Sólo esperaba que ellos dos tengan tanta suerte como nosotros.
—¡Alysha y yo seremos los padrinos del bebé! —gritó Mike sacándome de mis pensamientos.
—¡No, seremos Ben y yo!
No pude mirar divertido ante la discusión entre el hermano de mis esposo y Danny. Aún ni siquiera estaba embarazado y ya estaban pensando en esas cosas.
—¡Hey! Calma, eso lo decidiremos después —reí.
A pesar de eso, siguieron peleando y a ellos se le sumaron Jack y Alex.
Ni siquiera me había dado cuenta de cuando habían llegado pero ya estaban frente a nosotros discutiendo.
—Sabes Lexi, no estaría mal que tomarás el ejemplo de Kellin. Te verías tan tierno embarazado —murmuró Jack.
—Eso dices porque no serías tú, ¿Qué te parece si mejor tú eres quien quedara embarazado?
—Oh, la adopción es tan hermosa ¿no crees? —Todos reímos ante su cambio de opinión tan "despistado".
—Hermano, no sé cómo fue que te atreviste a aceptar eso del embarazo, yo nunca tendría el valor para hacerlo —admitió Danny, provocando que me sintiera un poco avergonzado.
Yo había aceptado todo esto porque —además de que lo quería más que nada—, quería ver feliz a Vic; él fue quien dio la idea. Al verlo tan emocionado por la idea de formar una familia, no pude negarme, y bueno, ahora estaba aquí, prácticamente arriesgando mi vida por verlo feliz.
—Vic, ¿podemos ir a casa ya? Estoy algo cansado —pedí tomándolo del brazo.
Mi abdomen dolía como la mierda, y creía saber a qué se debía, eso sumándole el enorme cansancio que sentía.
—Claro, pero, ¿pasa algo? —preguntó con preocupación en su voz.
—No, no pasa nada cariño, sólo estoy cansado.

Nos despedimos de todos y salimos camino al coche. Ya era de noche y la única fuente de luz era el resplandor de la luna.
Hacía mucho frío y ahora me maldecía internamente por no haber traído un suéter. Sentí como el calor venía de repente a mí. Mi esposo había puesto su chaqueta sobre mis hombros.
—Mierda Vic, haces que parezca la chica en esta relación —murmuré con las mejillas sonrojadas.
—¿Y no lo eres?
—Idiota —mascullé antes de entrar al auto.
Estaba tan cansado que mis parpados se cerraron apenas y me senté en el asiento del copiloto.
Cuando desperté estaba en nuestra cama con Vic detrás de mí, con sus fuertes brazos alrededor de mi cintura y su rostro recargado sobre mi hombro. Sin duda, amaba a este hombre con cada parte de mí ser.

Dancing With A Wolf | Kellic mpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora