— ¡Mierda!.— Exclamó él castaño mientras veía la sangre salir de su dedo índice.
Kazutora se quedó petrificado, sin saber reaccionar, sólo viendo la sangre esparciendose por la tabla de madera y la zanahoria que estaba cortando Chifuyu. Retrocedió algunos pasos sin poder quitar la vista de la sangre y el dedo herido, pero a la vez sentía muchas náuseas, las ganas de vomitar volvieron a él. Chifuyu tenía una expresión de dolor mientras buscaba algo. Se dio la vuelta, encontrándose de frente con Hanemiya, que parecía asustado o más bien horrorizado. El más bajo volvió a ver su herida y allí comprendió el porqué de la expresión de Kazutora.
Buscó algo por la lacena, hasta que pareció encontrarlo. Con una servilleta que había allí cubrió su dedo, que rápidamente se fue tiñendo de rojo. Miró a Kazutora, que seguía con esa expresión de terror, así que salió de la cocina y rápidamente fue al baño. Sacó el botiquín otra vez, buscó el desinfectante y vertió un poco en la herida, viendo como algo del líquido se fundía con su sangre y caía manchando el blanco y limpio lavabo. La herida parecía algo profunda, pero no quería salir a un maldito hospital a esta hora, así que sólo optó por envolver su dedo en una gasa y una venda y ya. Guardó todo de vuelta y se dio la vuelta para salir del baño, tapándose con Kazutora bajo el marco de la puerta y con su mirada pegada al suelo, como un perrito que acababa de ser regañado.
— Lo siento...— Murmuró. Chifuyu apenas pudo oírlo, pero con sólo verlo de esa forma, jugando con sus dedos a la altura de su regazo, le hizo sentir culpable.
— No fue tu culpa, sólo fue un accidente.— Respondió con serenidad. Kazutora se sintió un poco más aliviado de ya no oírlo molesto.
— Te hice enfadar, lo siento. Dejaré de ser tan molesto.— Volvió a disculparse sin levantar la cabeza. Chifuyu empezó a sentir esas ganas de abrazarlo.
No lo hizo.
— No me hiciste enfadar, Kazutora.— La seriedad del castaño le hizo tragar salíba a Kazutora. No se atrevía a mirar esos azules ojos y encontrarse con una gran frialdad reflejada en ellos. Tal vez ya estaba siendo muy molesto y debería irse.— Y no, no me molestas. No pienses así, eso sí me molesta.— Los ojos color miel de abrieron ampliamente por la sorpresa y por fin tuvo el valor de levantar la mirada. Ojos pacíficos y tranquilos, igual que el mar, eso fue lo que se encontró.— Tengo que terminar la cena.— Dijo mientras se acercaba al chico.— ¿me ayudas?.— Los ojos de Kazutora parecieron iluminarse por la pregunta.
Sólo pudo asentir mientras se quitaba del medio de la puerta para que el chico pudiera salir. Lo siguió por detrás luego de apagar la luz del baño y cerrar la puerta. Ambos terminaron en la estrecha cocina, con Peke J entre sus pies pidiendo comida. Chifuyu se negó a darle, pues había comido hace unas horas, pero al final cedió, dándole sólo un poco más. A veces detestaba lo caprichoso y testarudo que era su gato.
Al cabo de aproximadamente una hora, terminaron la cena y se sentaron en la mesa a comer. Al igual que cuando estaban cocinando, ninguno decía nada, todo estaba en un perfecto silencio que ponía algo incómodo a Kazutora, aunque a Chifuyu no parecía importarle, sólo se mantenía mirando su plato mientras comía, sumergido por completo en sus pensamientos. Kazutora suspiró, tal vez era mejor dejar tranquilo a Chifuyu, por más que no pudiera olvidar lo bien que habían pasado la noche anterior cenando. Tal vez, sólo fue algo de esa noche.
Después de todo, Chifuyu no hacía nada de eso por él, lo hacía por Baji.
— Siento estar tan callado.— Finalmente, escuchó la voz del chico sentado frente a él, que seguía sin levantar la mirada de su plato.— No estoy enojado contigo... estoy enojado conmigo mismo.— Kazutora abrió sus ojos ampliamente, sorprendiéndose por aquella revelación. Chifuyu suspiró, luego subió su mirada hacia los ojos miel del contrario — Es que... odio lo que es ToMan ahora, odio en lo que se convirtió, en lo que... dejé que se convirtiera. Sé que lastiman personas a diario como si fuera parte del día a día y odio eso...— Kazutora observó como Chifuyu apretó sus puños entorno a los palillos en sus manos, sus nudillos se volvieron blancos.— Odio en donde estoy ahora. Realmente no debí quedarme en ToMan esa vez que hablé con él, debí irme, como tenía planeado, pero él me convenció, Micky dijo que no me fuera.— Oh, Micky. Chifuyu aún se sentía muy confundido respecto a él.
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No quiero perderte // Kazufuyu
FanfictionChifuyu trata con todos sus esfuerzos que ToMan salga de ese pozo en el que está hundido para recuperar lo que era antes, para cumplir el sueño de Baji y que sea esa ToMan que solía ser. Sin aliados, sin ayuda, se verá obligado a recurrir a su últim...