— ¿C-Chifuyu?— Las mejillas de Kazutora no tardaron en teñirse de rojo. Chifuyu lo abrazaba fuertemente por el cuello y no sabía la razón.— ¿e-estás bien? ¿sucedió algo?— Hanemiya trató de pensar en algo que podría haberle pasado a Chifuyu, pero le costaba el siquiera pensar.
— No te vayas, Kazutora...— Murmuró contra su cuello.
La piel del más alto se erizó al sentir la adormilada voz de Chifuyu cerca de su oído, junto con su aliento acariciando su cuello. El chico estaba claramente medio dormido aún, seguramente se acababa de despertar algo desorientado hace algunos minutos. Kazutora, conmovido por la ternura de Chifuyu, correspondió su abrazo apegando el cuerpo del chico hacia el suyo, percibiendo ese característico olor a perfume caro que usaba, sintiendo la calidez que emanaba y notando lo bien que encajaban sus cuerpos. Sus brazos rodeaban perfectamente su cintura y se acoplaban bien a ella.
Pasaron unos minutos en esa posición, mientras la agitada respiración se Chifuyu se volvía tranquila otra vez, como si se hubiera dormido. Kazutora se separó un poco, sin romper el abrazo, viendo como los ojos azules del chico aún estaban abiertos, pero parecía estar perdidos en algún punto ciego. Kazutora se terminó por separar vagamente del chico, pues en realidad quería seguir abrazándolo sólo para apreciar lo bien que encajaban y lo cálido que era su cuerpo. Sin decirle nada a Chifuyu lo llevó hacia el sofá y allí lo recostó para luego dejar la bolsa que traía sobre la mesa.
— ¿compraste algo?— Preguntó Matsuno desde el sofá, Kazutora lo rodeo para sentarse en el suelo frente a éste.
— Si, con el dinero que sueles darme antes de ir a trabajar.— Respondió tomando la mano del chico.— Quería que desayunaramos algo rico, ya que no todos los días podemos desayunar juntos.— Kazutora apoyó su cabeza en el sofá, sin soltar la mano de Chifuyu.— ¿soñaste algo malo?— Preguntó finalmente.
Chifuyu apretó sus labios en una fina línea, volteando hacia otro lado para evitar responder. Kazutora no insistió, sólo se tomó la libertad y la confianza de jugar con la cálida mano de Chifuyu, acariciándola, apreciando sus articulaciones marcadas, viendo las verdosas venas a través de la blanquecina piel y jugando con sus dedos. Chifuyu sonrió, recordando cuando Baji hacia exactamente lo mismo cuando se aburría y no sabía cómo llamar su atención. El castaño miró de reojo al pelinegro, viendo lo entretenido que se veía jugueteando con su mano.
— Baji solía hacer eso...— Murmuró sin querer. Automáticamente Kazutora abrió ampliamente los ojos y apartó su mano, preocupando por tal vez haber incomodado a Chifuyu.
— ¿quieres desayunar?— Preguntó para tratar de desviar el tema. Chifuyu se reincorporó, sentándose en el sofá. Kazutora se sorprendió y levantó su cabeza para mirarlo.
— Si, quiero desayunar contigo.— Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, mientras apretaba sus puños entorno a las almohadas del sofá.
Ciuda a Kazutora.
Esa frase no lograba salir de su cabeza, Micky lo había dicho como si fuera una advertencia, como si se lo fuera a quitar, como si en cualquier momento alguien llegaría y se lo arrebataría para siempre. Daba pánico pensar en eso y más aún si estaba mirándolo directamente a esos ojos color miel tan grandes y hermosos, dulces como sólo la miel podría serlo. Tal no haya pasado mucho tiempo, sólo un mes como mucho desde que Kazutora había llegado, pero después de todo ese tiempo, Chifuyu sentía que algo había cambiado, que su rutina ya no era la misma de siempre, que ahora todo parecía más divertido y que pensar en que alguien estaba en casa esperando a que llegara, lo hacía sentir un poco menos sólo. Su mundo había cambiado gracias a Kazutora y perderle lo podría cambiar todo.
Ambos chicos desayunaron con tranquilidad esa mañana, junto con unas galletas que había comprado Kazutora y unas pequeñas tartas, sin hablar respecto al sueño de Chifuyu, pues en realidad no quería recordarlo, ni tener que hablar sobre Baji o Micky con Kazutora, sabía que no sería buena idea. Al terminar, lavaron los trastes juntos, como solían hacer. Chifuyu lavaba, Kazutora secaba y los guardaba. Luego se dieron una rápida ducha y se cambiaron para acomodar la casa, que tampoco estaba muy desordenada.
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No quiero perderte // Kazufuyu
FanfictionChifuyu trata con todos sus esfuerzos que ToMan salga de ese pozo en el que está hundido para recuperar lo que era antes, para cumplir el sueño de Baji y que sea esa ToMan que solía ser. Sin aliados, sin ayuda, se verá obligado a recurrir a su últim...