Capítulo 27

169 28 32
                                    

Sábado 8 de noviembre de 2017.

La mañana llegó sintiéndose algo cálida a pesar de la ligera brisa que corría afuera. Era otoño, hacia algo de frío, pero el frío no entraba entre las sábanas, ni entre los brazos de Kazutora, que estaba abrazando la cintura de Chifuyu con cariño, acariciando suavemente su abdomen desnudo mientas oía la relajada respiración del chico y sentía su cálida y también desnuda espalda contra su pecho.

— Me hace cosquillas, Tora.— Murmuró removiéndose un poco entre sus brazos. Kazutora rió por lo bajo.

— Buenos días ¿no?— Murmuró cerca de su oído, dejando un dulce beso en su cuello, sacándole algunas pequeñas risas.

— No es tan bueno si no me dejas dormir hasta tarde.— Chifuyu arrastraba las palabras al hablar, parecía cansado, y con razones en realidad.

— Ni que anoche nos hubiéramos acostado tan tarde.— Respondió el pelinegro delineado la cadera del contrario.

— Joder, anoche creo que eran las cinco de la mañana cuando por fin me dejaste dormir.— Kazutora volvió a reír.

— Oye, no puedes quejarte ahora, anoche no parecía desagradarte.— Las mejillas de Chifuyu se pusieron rojas mientras se daba la vuelta y se escondía en el pecho de Kazutora.

Chifuyu no dijo nada al respecto del contrario, sólo se quedaron así por un largo rato y luego tuvieron su típica rutina de despertar entre besos y caricias, para luego levantarse finalmente, ducharse, desayunar juntos entre risas y pequeños coqueteos para que así finalmente Kazutora despidiera a Chifuyu para que este fuera a trabajar. Aunque esta vez, Chifuyu no fue al trabajo.

Todo el día fue sólo para ellos, dedicado a besos, suaves y dulces toques y amor, mucho amor. Chifuyu se preguntaba como haría luego para ir a aquella reunión en ToMan luego de la "alocada" tarde. Y en menos de lo que pudieron acordar, ya eran cerca de las 18:00 p.m. Takemichi le había mandado un mensaje horas antes a Chifuyu diciéndole que lo esperaba en su casa a las 18:30 para ir juntos a la reunión, ya que él tampoco había ido a trabajar.

Cerca de la hora acordada, Chifuyu recién estaba despidiendo a Kazutora. Ambos estaban envueltos en los brazos del otro disfrutando de la hermosa calides que le proporcionaba el cuerpo ajeno.

— Por favor cuídate.— Murmuró Kazutora oliendo la hermosa fragancia que desprendía el cabello de Chifuyu.

— Lo haré, tu ten cuidado con lo que hagas.— Kazutora soltó una pequeña risa.

— No cometeré una locura si tu no lo haces.— Chifuyu se removió un poco entre sus brazos, para así mirarlo directamente a los ojos.

— Kazutora, si algo pasa, sigamos ¿si? Quiero decir, uno sin el otro.— Había sonado duro, tuvo que esforzarse para decirlo todo sin flaquear. Aquello le cayó algo mal a Kazutora, tanto que su mal presentimiento seguía sin desaparecer.

— Te he dicho que no digas cosas tan tristes.— Chifuyu apretó sus labios por el tono tan triste de Kazutora.

— Sólo... promételo.— Ambos estuvieron mirándose por largos segundos. Kazutora seguía pensando en si en realidad era bueno prometer aquello, pero la azul mirada de Chifuyu siempre sería su debilidad.

— Está bien, lo prometo.— Sonó tan bajo y tan dudativo, que apenas sonaba convencible, pero ya lo había dicho, lo había prometido.

Chifuyu sonrió, para luego unir sus labios con los de Kazutora, eran tan dulces y adictivos, le daba un nuevo sabor a su vida, le hacía olvidar todo, incluso su propio entorno y se fundía junto a él en sus besos y abrazos cálidos como tarde de verano.

No quiero perderte // Kazufuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora