No quiero perderte // Kazufuyu

Capítulo 14

Unos días habían pasado desde todo lo ocurrido, convirtiéndose así en semanas, en las cuales Kazutora y Chifuyu simplemente siguieron su día como siempre. Nada cambió mucho, solían desayunar juntos cuando Chifuyu tenía tiempo y Kazutora se despertaba temprano por sus pesadillas, luego Chifuyu trabajaba todo el día, mientras Kazutora a veces salía y otras veces se quedaba en el departamento, viendo películas o durmiendo. A la noche cenaban juntos, se bañaban y se iban a dormir, como una rutina a la que ya se habían acostumbrado.

Ahora, el día no estaba siendo diferente a cualquier otro. Eran aproximadamente las 18:00 p.m. El sólo se estaba poniendo en el horizonte, dándole un toque anaranjado al cielo. Kazutora estaba en el parque que quedaba cerca del complejo de apartamentos, sentado en un columpio meciéndose lentamente arrastrando los pies por la arena del suelo. Sus tenis se estaban ensuciando, pero estaba tan perdido en sus pensamientos que no lo notó aún cuando estaba mirando al suelo.

— Oh~ que pena, yo quería que hablemos sobre el pasado, ya sabes, ex miembro de la Tokyo Manji y ex miembro de los Black Dragons.— La irritante voz de Junpeke no salía de su cabeza, tampoco la conversación que tuvieron.

— Está bien, Junpeke, hablemos del pasado.— Había aceptado Kazutora.

Pasó bastante tiempo desde aquello, pero Kazutora aún lo seguía pensando, en toda la conversación, en lo que habló con aquél chico y de las cosas que se enteró sobre lo que pasó trece años atrás. Kazutora siempre pensó que los Black Dragons se metieron con él por vivir en su "territorio" pero al parecer, según dijo Junpeke, eso no había sido así.

— Yo le dije a la pandilla que fuera tras de ti por haberme traicionado.— Confesó el rubio de raíces pelinegras. Kazutora sintió mucha impotencia en ese mismo momento y aún la sentía al recordar aquella frase.

— Por esa estúpida mierda, creamos ToMan.— Murmuró Kazutora bajando la cabeza, ocultando sus vacíos ojos tras su cabello.

— ¿no es eso algo bueno?— Por un momento, Kazutora quiso reír por lo estúpida que era esa pregunta tan inocente.

— ¿tu sabes lo que es ToMan actualmente?— Chifuyu cruzó por la mente de Hanemiya, no le gustaba pensar en que estaba involucrado en toda esa mierda.

— ¡ja! ¿Quién no lo sabe? Una organización mafiosa, que comete todo tipo de delitos. Incluso asesinaron a una chica hace apenas unos días.— Junpeke se encogió de hombros, como si todo eso no fuera nada.— Quise entrar allí, sé que ganan mucho dinero, pero... no aceptan nuevos miembros.— Kazutora lo miró de pies a cabeza, con algo de repudio. El chico realmente era un desastre, parecía un vagabundo.

— Esa no es la verdadera ToMan...— Murmuró Kazutora mirando al suelo. Junpeke arqueó una ceja, con una mínima sonrisa.

— Pff ¿qué? ¿me dirás que la "verdadera" ToMan, es esa de buen corazón, que ayuda a los demás y jamás se metería en problemas como esos?— Era claramente una burla y Kazutora estaba perdiendo la paciencia.— Ni la novena generación de los Black Dragons en la que estaba era así, patético.— Y si, a Kazutora se le acabó la poca paciencia que tenía con ese chico.

Fue en ese momento que Junpeke terminó con un notable golpe en la mejilla y en el suelo, sobando aquél lugar que le dolía con los ojos cristalizados por el dolor. Kazutora no tuvo piedad con él de pequeño cuando lo golpeó junto con Baji el día de su cumpleaños y tampoco la tendría ahora. Junpeke siempre fue insoportable, creyéndose superior cuando siempre era el primero en esconderse tras los demás y Kazutora odiaba eso.

El chico se balanceó lentamente en el columpio, pero sin separar el pie del suelo. Miró el pequeño papel en su mano, junto con los nudillos de la otra, los cuales seguían algo rojos. Hace bastante no golpeaba a nadie y tampoco solía usar sus puños, sino más bien algún objeto como un fierro o algo parecido. Había curado sus nudillos cuando había ido a casa, pero el rostro de Junpeke era bastante delgado, por lo que terminó golpeando más huesos que nada. Suspiró mirando el papel otra vez, que tenía un número de teléfono. A pesar de haberlo golpeado, Kazutora se las había arreglado para que Junpeke le diera su número así seguían hablando luego.