No quiero perderte // Kazufuyu

Capítulo 10

— Vamos, toma asiento.— La sonrisa perversa de Takemichi le ponía los pelos de punta al chico pelirrojo frente a él. Chifuyu se preguntaba cuando fue que la sonrisa de Takemichi había cambiado de una cálida y contagiosa, a una repugnante y egocéntrica.— Aunque realmente no quería llamarte aquí para esto.— Hanagaki desvió la mirada mientas Sendo se sentaba frente a él.— Es la orden de un superior ¿Realmente puedes culparme?— Chifuyu apretó los dientes, sabiendo que se refería a Kisaki. Miró de reojo a la cámara, aún seguía grabando.— Te llamé aquí por una razón.— La sonrisa de Takemichi se borró, cambiando a una cara de completa seriedad.— Quiero que cierta persona sea eliminada.— El rostro de Atsushi se tornó pálido.

— ¿Cierta persona?— Preguntó, en un pequeño murmuro.

— No tengo ningún cliente o lo que sea, pero no importa.— Dijo señalando al chico frente a él.— Lo que es importante aquí, es que se están interponiendo en el camino camino ToMan.— Un fuerte golpe en la mesa retumbó por toda la habitación.— No quería obligarte a hacer esto, pero si no se hace, Kisaki va a estar detrás de mi.— Chifuyu chasqueó la lengua por lo bajo. Le repugnaba el simple hecho de escuchar ese nombre.— ¿Está claro, Atsushi?— Atsushi... y pensar que hace una década atrás, Takemichi siempre llamaba Akkun de cariño a ese chico.

— Como diga, señor.— Y una década atrás, Sendo llamaba a Takemichi por su nombre, con una sonrisa y feliz de seguirlo.

Como cambian las cosas...

La reunión fue corta y breve. Hanagaki no le dijo como debía eliminar a esa persona, sólo le dijo donde estaría esa misma noche para que así cumpliera su objetivo. Antes de las 00:00 debía estar cumplida la orden, fuera como fuera. Cuando Sendo se fue de la habitación, Takemichi dio un largo suspiro de cansancio, agobiado por tener que dar tal orden a alguien que en realidad no quería hacer que se manchara las manos, pero Kisaki estaba sobre él. Takemichi era uno de los importantes ejecutivos, claro que si, pero Kisaki estaba en un puesto superior al que Takemichi manejaba y lo quiera o no, estaba por encima de él y podía darle órdenes libremente.

Al ver a Takemichi de esa forma, tan agobiado, Chifuyu empezaba a comprender que, tal vez, ese Takemichi de sonrisa perversa no era el verdadero y que simplemente era una fachada para ocultar al chico débil, pero de corazón fuerte. Ese mismo Takemichi Hanagaki de hace una década atrás, que no bajaba los brazos nunca, dándole igual cuanta sangre bajara por su nariz o por la comisura de sus labios, dándole igual cuantos moretones brotaran de su piel, porque de igual forma lloraba todo el tiempo. Kisaki hizo que ese héroe llorón se perdiera. Y pagaría por ello.

Luego de esa tarde, el día pasó sorpresivamente rápido para Chifuyu, tanto que sólo fumó dos cigarrillos en todo el día y terminó el papeleo antes de lo previsto. Miró la hora en su celular, eran las 19:28, bastante temprano a su parecer. Guardó sus cosas, listo para irse. Tomó su chaqueta del traje y salió de su oficina cerrando la puerta tras su espalda. Caminó hacia el ascensor y esperó unos segundos, hasta que las puertas se abrieron, mostrando a un Takemichi algo nervioso.