2 - VASO AZUL

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Por el rabillo del  ojo pude ver la luz  de  la  mañana, que  traspasaba en  las  cortinas blancas  que adornaban mi habitación. La  alarma  sonó para que  después  me  estirara para apagarla.

Como pude,  me escurrí  de la  cama despegándome  de las  sabanas, hasta  poder  sentir  el  frio piso, de las  mañanas  típicas  en  la  ciudad Jefferson, Missouri. Mientras sentía el frio  piso me  metí  a mi  baño, aproximándome  a el lavabo para  mojar mi  rostro  y limpiarlo, para que luego saliera  y me  propinara  a darme un tiempo,  buscando un  conjunto de ropa y  terminando  ello, venia lo  que  era acomodar  mi  cabello. Finos  y suaves cabellos oscuros se iban amoldando cada  vez que pasaba las  cerdas del  cepillo, para que  luego los  juntara en una dona,  haciendo  una coleta  de  caballo. Luego  venia lo que  consistía en “maquillaje”,  una  crema humectante y unas cuantas  pasadas de rímel negro, para después  ponerme  una  pequeña cantidad de Lip Gloss  y  para finalizar unos  roses  de perfume olor  lavanda, si,  ese  era  mi olor  favorito y  por  una  extraña poderosa  razón  siempre olía así sin  siquiera rociarme  el  perfume, según  mama es mi olor  natural. ¿Se  puede  tener  un  olor  a perfume  natural? Si es  así,  el  mío  es la lavanda.

Luego  de  haber terminado  mi rutina, me  aproximé  al comedor de la cocina , donde  estaba  reunida  mi  familia.  Mi  papa estaba  sentado  en la mesa  leyendo el periódico mientras le  daba sorbos al  café, Gregory desayunaba  en la  barra  de  la cocina  y  mi mama  preparaba rápidamente  el  desayuno,  que consistía  de huevos  revueltos con  tocino  y  para beber jugo  de  naranja, si  ya  se, el  típico desayuno.

Al entrar  mi madre  me sacó  una sonrisa.

-Buenos  días.                                                                                            

-Buenos  días. Le  respondí

Pasé a lado de Gregory para  luego  alborotarle  su  pelos  de las mañanas, él  se quejó   y  yo  terminé  dándole  unos  pellizcos en sus mejillas. Me aproxime  a mi papa dándole  un  beso es su mejilla izquierda,  para que luego  terminara  desayunando a  lado de  Gregory.

- ¿Y  cómo  te fue anoche? –Me  preguntó mi mama sirviéndome  una porción  de huevos revueltos.

Vaya,  si  no me hubiera recordado  ella lo de  ayer, hubiera sido  un recuerdo vago.

- Estuvo  bien- dije  haciendo una  mueca  jugueteando  con  el  huevo  revueltos – los  maestros pueden parecer aburridos, pero  una  vez que  convives con  ellos te llegan  a agradar. 

Saqué una media  sonrisa.

Mi papa, que  estaba  concentrado  en  el  periódico se  dejó  ver  sus  ojos que  se movían  como  resortera de lado  mío a  el de  mi  mama.

- Ah vaya, pues que  bien,  aunque… ¿si recuerdas  a  mi amiga…Sarah?- negué con  la cabeza, tratando  de entender a qué  quería  llegar con  eso – pues  ella,  es maestra en  la  Ligthhouse y  le  comenté  de  su “fiesta”  y puedes creer que  ella  no  sabía nada  de  eso. Comentó sarcásticamente  de lo cual  yo  casi me  atraganto con  el huevo

- ¿enserio?-  le pregunté  lo más normal  que podía

Mi mama  paró drásticamente lo  que  hacía  para luego  mirarme  fijamente  a los  ojos.

- Maggie… ¿a dónde exactamente  fuiste anoche? – me  exigió ella

Apreté  mi  boca  negando la  cabeza,  asiéndome  saber que no entendía.

Lo Que Esperan [LQE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora