El silencio era tan sepulcral que parecía que estábamos en un velorio.
Bueno, perecíamos solamente nosotros tres ya que la gente a nuestro alrededor estaba vitoreando y aullando sin ser partícipes en lo que estaba aconteciendo en ese momento.
Lo que me estaba pasando a mí.
Pero eso no importaba, lo que importaba era el hecho que enfrente de mí, estaban dos chicos y no eran cualquiera. Más bien, eran los chicos más populares del instituto, chicos de los cuales yo no solía convivir, pero para rematar estos chicos hacían cosas malas.
Si, cosas malas.
Cosas en las que yo solo veía en las películas de Hollywood.
Tenía miedo, sí, pero algo más que eso se apoderó de mí.
Curiosidad.
Ellos me veían expectantes mientras que yo sentía que me iba para atrás, pero como dije, tenía curiosidad y a decir verdad, ya me estaba hartando de no decir nada. Así que tomando todas mis agallas posibles, suspiré abiertamente.
Entonces exploté.
-A ver....déjenme ver si entendí- puse mis manos sobre la mesa tratando de volver a respirar, pude ver de reojo que Blas me miraba preocupado – Ustedes, hacen cosas...cosas malas- tragué gordo sintiendo una vez más que todo me daba vueltas- ¿yo que tengo que ver con eso?
Fitzgerald frunció el ceño, pero no se expresaba con algún tipo de enojo o algo así, no. Es más, se le veía preocupado.
Él juntó sus manos mientras me daba cuenta que cargaba su navaja y en esta él pasaba las yemas de sus dedos como si tocarla lo tranquilizara.
- Como hemos repetido- empezó a hablar Blas sin quitarme la vista de encima- esas personas que te vieron... bueno, hicimos un trato para que no te delataran.
Yo fruncí la ceja aún más confundida, Keegan al notar, creo yo, mi como estaba casi asfixiando, puso su mano en el hombro de Blas.
-Primero que nada- se metió él parando un momento mientras en su rostro podía ver su batalla interna, de la cual no duró mucho ya que alzó su cabeza para darme paso para ver sus ojos, el torció un poco la boca antes de hablar- tenemos que contártelo.
¿Contarme qué?
Pero por la cara de Blas, supe que se refería acerca de su trabajo. Entonces Blas se acercó un poco a mí llevando casi todo su cuerpo hacia el frente.
-Esto no puede salir de aquí ¿entiendes?- tomó la palabra Keegan mientras que este no se movía ni un poco, pero a la vez no me quitaba su mirada ni un segundo, algo que me llegó a cohibir.
Me sacudí como pude ese pensamiento, estaba aquí para otra cosa.
Asentí indecisa mientras veía como él se recargaba en la mesa con sus codos. Precia tranquilo, a la vista claro, porque si lo mirabas mejor, podías ver que su mandíbula estaba tensa y sus nudillos blancos.
Yo les tiré una miradita para darles entender que procedieran. A continuación hubo una batalla de miradas entre Blas y Keegan, en la cual Blas resultó el ganador.
-Bien- gruñó Fitzgerald irguiéndose hacia adelante para tomar más nota de mi rostro. Entonces esté, soltó un leve sus suspiro mientras sus yemas seguían masajeando su navaja de la cual podía ver a hora que era de la marca Victorinox. Cerró los ojos un segundo hasta que yo me percaté como su boca se abría lentamente, al momento que lo escupía- Nos llamamos Costa Horizonte.
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Lo Que Esperan [LQE #1]
RomanceQuerer a Fitzgerald Keegan es como desear mi propia muerte. ¿Pero qué puedo hacer cuando aquellos ojos azules buscan mi mirada? ¿Qué puedo hacer cuando su piel roza la mía? ¿O cuando simplemente pronuncia mí nombre? Definitivamente sería...