Los pasillos de la Ligthhouse eran eternos, casillero por casillero pasaba, escalera y pasillo pasaba. Luego a lo lejos encontré mi casillero, el pasillo estaba solitario.
Me aproxime a él, lo abrí sacando mi libro de historia y sin más me dirigí hacia la clase. Solo pedía en silencio que no me topara con Kaspar o con el chico, al igual que con Jenna e incluso con Ander y Sergi o Stella. Quería estar sola y gracias al cielo, ni el chico, Kaspar, Jenna o Ander, Sergi y Stella me topé. Toda la clase me la pasé pensando en lo tonta que había sido, en lo rara que me había visto al salir tan despavorida de la cafetería. Las clases pasaron y cada vez más rezaba, para no tener que toparme con ningún conocido mío.
Volví a mi casillero, a guardar mis libros y agarrar mis notas de Literatura Avanzada, mientras caminaba por los pasillos pegada con mis libros al pecho, pude sentir que todos me observaban, obviamente eso era producto de mi imaginación, quien en su santo juicio pondría atención en mí, pero mis nervios jugaban conmigo haciéndome creer que me veían como el punto rojo, en un tiro al blanco. Al entrar sana y salva a la clase de Literatura Avanzada, me desplomé en mi siento sintiéndome más relajada, esta era mi última clase del día, por lo que después de esto terminaría mi tortura de encontrarme con uno de ellos, para que luego saldría corriendo hacia mi cueva - es decir, mi habitación- para que nadie me encontrara, y para que luego mi miseria empezara el día siguiente. Estaba exagerando, pero lo único que menos quería, era empezar un chisme o algo por el estilo, lo mejor de esto, es que ninguno de mis conocidos venía a esta clase, porque como he dicho es Literatura Avanzada, y ellos no están avanzados en esto.
El profesor entró, mientras que mis compañeros tomaban su lugar. Aquel señor me agradaba, no era el típico maestro viejo sin pelo y con cara de pocos amigos, de hecho lo consideraban las chicas de la Ligthhouse como "El profesor atractivo" claro, a su modo, ya que aunque no quisieran, sigue siendo más mayor que todas ellas.
Como siempre, antes de empezar el profesor nos mostró aquella sonrisa que hace, cuando muestra todos sus dientes como si acabaran de decir algo chistoso, el profesor empezó a anotar en el pizarrón, para cuando terminó se volvió hacia su clase y antes de que pudiera pronunciar alguna palabra, unos pasos por la puerta del salón, hicieron que todos nosotros quitáramos la atención al profesor, para ponerla en la puerta de entrada. Parado en ella se encontraba un chico, parado se encontraba Fitzgerald Keegan. Inmediatamente noté las hormonas de las chicas esparcirse por doquier, mi corazón dio un vuelco, si él está aquí ¿Quién lo acompañará? Pero por mi suerte no había nadie ni a su lado y ni a atrás de él.
-Joven Keegan más tarde que nunca - le expresó el profesor- es mejor que vaya agarrando lugar .
El hizo caso omiso y se sentó hasta la parte atrás del salón, justo cuando pasó a mi lado, inmediatamente volteé hacia otro lado. El profesor después de esperar a que se sentara, siguió con la clase, dando a conocer lo que había escrito en el pizarrón.
- Emily Brontë.- habló el profesor apuntando con su dedo el nombre escrito en el pizarrón - ¿alguien sabe quién es ella?
- Una escritora. Se escuchó una voz en el fondo del salón
El profesor asintió formando una sonrisa en sus labios.
- Claro que sí, pero ¿saben que libro escribió?
Silencio.
Me escurrí en mi asiento, esperando a que alguien dijera la respuesta y que ese alguien no fuera yo.
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Lo Que Esperan [LQE #1]
RomanceQuerer a Fitzgerald Keegan es como desear mi propia muerte. ¿Pero qué puedo hacer cuando aquellos ojos azules buscan mi mirada? ¿Qué puedo hacer cuando su piel roza la mía? ¿O cuando simplemente pronuncia mí nombre? Definitivamente sería...