6 - VASO MORADO

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La  fiesta  terminó para  mí, hasta las 3 de  la madrugada. Ander  se ofreció  a  llevarme,  pero  resulta  que  ya  había  tomado demás, igualmente  que Sergi, Stella y Kaspar. El plan de Jenna  era  que Kas me  llevaría , pero el plan se  esfumó  cuando  lo  vi bailando encima de la  mesa  de  la  cocina  con una  botella en la  mano. Seré honesta,  al principio me asusté, ya  que nunca lo había visto ebrio, pero  Jenna  me calmó  diciéndome que  él no  llegaba a puntos extremos.

En fin, Jenna me hubiera  podido prestar  el Berlina, pero he aquí  el problema,  no  se  conducir.

Gracias mamá, papá.

Después  de  todo, Jenna me llevó a casa, diciendo que  estaba demasiado cansada y quería volver. No  le  creí nada, Jenna  no  se  cansa de las fiestas,  pero  era  la  única que  por  razones  sorprendentes estaba algo sobria, es  decir  que  podía conducir. Después de todo lo sabría mañana, así que  me despedí de ella y entré a la casa.

Subí a hurtadillas hacia mi habitación  y al llegar, cerré la puerta detrás de mí y  me desparrame en mi cama. La puerta de mi habitación se abrió sin previo aviso, haciéndome enderezarme de la cama como resortera. Mi madre se encontraba parada en el borde de la puerta, su pelo castallo oscuro, casi más oscuro que nada, igual que el mío; se encontraba amarrado tipo cebolla, llevaba una bata rosa pastel  cubriéndola.

-Hola mami. Dije sentándome en la esquina de la cama, mientras que  le otorgaba una sonrisa

Ella hizo una mueca, para que luego soltara un largo bostezo.

-Sabes es lo malo de tener una hija que está empezando la preparatoria. Ella me  dijo

Su rostro parecía neutral, por  lo que  no sabía  si estaba siendo sarcástica o  si simplemente estaba molesta.

- La Maggie que conozco no iría a una fiesta- dijo ella- pero como dije, estas entrando a otra etapa y las fiestas a tu edad son  lo primordial, y más si llegas tarde a tu casa.

Me quité una pelusa imaginaria del vestido.

- No estoy acostumbrada a esa Maggie, por lo que  no tienes un horario de llegada-  siguió diciendo-  así que pensé que llegarías temprano.

Ella suspiró y se rascó con sus  dos dedos en sus cansados  ojos.

- Solo dinos cuando llegues  tarde ¿sí?- terminó ella

Asentí tan rápido como pude. Ella se dio una media vuelta y antes de  poder salir, se giró en sí y me vio.

-Te vez hermosa Maggie.

Y luego se fue arrastrando sus pasos hacia su cuarto, sin esperar alguna respuesta mía.

Unos  segundos  después me encontraba acostada en mi cama, absorbida por las suaves sabanas  que  me cubrían.

Siempre he pensado que la mente es poderosa, al igual que engañosa, y  mi mente es engañosa. Y ahora siento que estoy en un limbo, no sé  qué  quiero ser,  la  Maggie  que  era o  una nueva, una a la  que  le gustaría  ser como  una  chica  de  su edad. El problema es que,  la Maggie que siempre fui, la que  soy a hora, me gusta.

Nunca me han gustado las fiestas, la  bebida y  todas esas cosas que  a  los chicos de ahora  les gusta, no soy una  santa, y  si me catalogan así , no me importa,  no  me importa  lo que  digan y  me gusta  que  no me gusten esas cosas. Solo  hay  un detalle, hay un mundo nuevo  que estoy atravesando  y en ese, para  poder  sobrevivir, tengo que  ser una  nueva  Maggie, una  que no soy  pero  que puedo  llegar  a ser y  temo que llegue a  no reconocerme.

Lo Que Esperan [LQE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora