24- VASO ÍNDIGO | Parte 1

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-Debería preguntarte específicamente que fue lo que ocurrió, pero como se te está dando evadirme cuando te pregunto, dejaré que tú misma me lo digas.

Jenna se acomodó su falda sobre sus muslos, alzando una ceja mientras me miraba con ojos acusadores.

¿Qué le podría decir?

Jenna, lo siento pero no es lo que parece. Verás, la verdad es que Blas es un buen chico pero no me agrada de esa forma, a decir verdad me agrada alguien más.

Abrí los ojos de par en par.

Me agrada alguien más.

Con ese alguien más me estaba refiriendo a un chico de una estatura alta, cabello dorado y ojos terriblemente azules. Sí, yo aún no me podía creer que Fitzgerald Keegan me pusiera nerviosa.

-¿O me equivoco?- me preguntó Jenna- Hay algo que no me estás diciendo y quiero saberlo.

Me volví a ella. Estábamos sentadas en el comedor de su casa, ya faltaba poco para irnos a la Lighhouse, así que estaba haciendo todo lo posible para cambiarle de tema hasta que llegáramos al instituto.

La madre de Jenna salió de la cocina alzando una ceja.

-Ya se está haciendo tarde, deberían irse.

Sonreí internamente dándole las gracias a su mamá. Jenna me tiró una última mirada antes de soltar un bufido.

-Gracias- chistó Jenna tirándome una última mirada- Maggie se ve diferente, ¿verdad mamá?

Los ojos de la señora Buckley miraron exasperados a Jenna, antes de irse hacia mí, suavizándose así, un poco.

-Mmm, es verdad, sí. Tus ojos brillan, Maggie.

Parpadié varias veces, atragantándome un poco. Le mostré una débil sonrisa antes de que Jenna me jalara hacia el Berlina.

En el camino la mantuve ocupada, preguntándole cosas como el nuevo pintalabios que cargaba, de Ander y la nueva fiesta que sería dada el fin de semana. Pero al bajar del Berlina y notar un peculiar auto negro aparcado en la entrada del estacionamiento, mi respiración se paró momentáneamente haciéndome imposible resguardar mis expresiones y delatarme perfectamente.

-Vamos, Maggie. Soy tu mejor amiga, te conozco como la palma de mi mano, no me puedes ocultar nada.

Me volví a Jenna que me esperaba con los brazos cruzados mientras daba pisadas al asfalto con una sola pierna.

Me recompuse de inmediato. Ya casi terminaba con todo esto, muy pronto me olvidaré de todo esto y en unos meses seré siendo la misma, ordinaria e inocente Maggie.

-Estoy perfectamente bien, Jenna. Eres mi mejor amiga y deberías saber que la verdad me encuentro bien.

Jenna no lucía convencida, pero mi sonrisa la aplacó por un momento e igualmente la llegada de Ander.

-Hola chicas. Nos saludó llevando su brazo sobre el hombro de Jenna

Le sonreí a modo de respuesta antes de que Jenna le tirara el problema que estaba teniendo conmigo.

-Vamos, bebé, Maggie sabe lo que hace- dijo mientras le agradecía mentalmente- ¿No es así Maggie?

Su mirada lucía tranquila, pero cuando sus ojos buscaron los míos noté preocupación de ellos. Entonces la noche de la primera fiesta a la que asistía vino a mi mente.

Me había dicho que Fitz estaba en malos pasos.

Traté de no mostrar pánico en mis ojos, así que solo asentí rápidamente mostrándole una convincente sonrisa.

Lo Que Esperan [LQE #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora