19

317 31 9
                                    

Antes que nada...
¡¡¡LLEGAMOS FINALMEMTE A LAS MIL VISTAS!!!
Gracias por leer esta historia y darle todo el amor que me motiva a seguir escribiendo a pesar de saber que no soy la mejor en esto💜
______

Acomodé las gafas de sol y fruncí el entrecejo porque el sol seguía molestando. Subí mis piernas y me coloqué en posición de yoga. Estaba viendo un lindo atardecer desde un banco en el patio trasero de la base. Algunas avionetas estaban frente a mí y hacía el paisaje más interesante.

Los soldados pasaban corriendo o hablando con sus compañeros y compartiendo carcajadas. Extraño esos momentos con Ji Woon y JungKook en mi antigua base. Y definitivamente antes no tenía tantos problemas como ahora.

Era mi día libre en la cocina por lo que no tenía ni la menor idea de que hacer, lo que me daba más tiempo para pensar. Odio pensar.

Una chica de cabello rojo pasó corriendo y me congelé por unos segundos, creí que era Jiyu.

Con respecto a eso, llevo unos pocos días sin ver a Kim, lo estoy evitando. Trato de no acercarme a los lugares que frecuenta. Aún debo seguir pensando sobre lo sucedido. No puedo dar por hecho que el siente algo por mí y por eso me invitó a tener sexo. Obviamente lo hizo porque quería darle alegría al cuerpo y yo estaba cerca. O tal vez le gusto solo para una vez. Aunque dijo que yo no merecía ser el revolcón de nadie.

Odio pensar, x2.

Me pegué en la frente.

—Soy tonta—hablo en voz alta.

—Si te sigues pegando así, si que te quedarás tonta—con eso a broma Hoseok hace su aparición, toma asiento a mi lado con una enorme sonrisa. Bajé mis piernas para darle más espacio.

—Hola—saludo—. Supe que te darán otra medalla, felicidades.

—Gracias—su sonrisa aumenta—. No sabía que te interesaba mi vida.

—Eres un buen amigo—hace una mueca de dolor, luego sigue sonriendo.

—¿Qué te sucede?—se atreve a preguntar. Me encojo de hombros un poco incómodo. Contarle mi vida a las personas no es un pasatiempo que me guste mucho. Para hablar con mi mejor amiga paso trabajo, no quiero imaginar con él.

—Problemas de una simple humana.

—Tal vez este dios te puede ayudar—se señala y sonrío con ganas.

—No creo que puedas.

—¿Y si hacemos el intento?—insiste.

—¿Tanto te interesa mi vida?

—Siempre es bueno ayudar a los humanos. Me dejaría bien ante todo el consejo del Olimpo—niego con la cabeza con gracia.

—He hecho algo muy malo...—me iba a interrumpir, pero me adelanto—. No diré que es—lo señalo dejándolo más que claro—. Y no se como sentirme al respecto. Sé que no merezco perdón, pero también está que yo no soy la única culpable de lo que sucedió. ¿Debería sentirme tan mal?—por primera vez lo vi serio, sin saber que decir o que mueca hacer.

—Sinceramente, no entendí lo que me quisiste decir...

—Eso me temía.

—Pero si sé qué hay rumores de que hasta a Hitler le perdonaron la vida. No creo que lo tuyo sea tan grave como para ser imperdonable.

—No me tranquilizas—apoyo mis manos sobre mis muslos.

—No vivas pensando en tus errores, o jamás podrás tener aciertos—fruncí el entrecejo sorprendida por sus palabras.

No me llames princesa [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora