8

332 33 5
                                    

Abrí los ojos con pereza. Lo primero que ví al despertar fue el rostro babeado de Ji Woon. Sonreí ante esa imagen. Ella dormía en una litera junto a la mía. Me levanté y ya todas las chicas estaban corriendo para alistarse y comenzar su día. Fui hasta la menor y la moví del brazo. Soltó un gruñido.

—Déjame dormir—pide en susurros. Rodé los ojos. Apenas lleva una semana aquí y ya se ha hecho costumbre que yo la levante en las mañanas.

—Mueve antes de que te castiguen y te hagan correr por una hora—le digo dándole un pequeño golpe en el brazo. Se levantó rápido y comenzó a correr en busca de sus cosas.

Ahora debo alistarme yo o Jin me regañara a mí. Puede que sea comprensivo con mi trabajo en la cocina, pero no con las llegadas tardes. Él es una persona muy puntual y simplemente por la vergüenza que me da hacerlo esperar, llegó temprano siempre.

Una vez lista salí con Ji Woon de muestra "habitación" hablando sobre lo que tal vez deberían cocinar hoy para el almuerzo. Estoy deseando comer un pastel, pero eso se que es imposible.

—¡Jimin!—grita la enana de repente a un chico. Fruncí un poco el entrecejo al verlo. Jamás los había visto juntos, tal vez es porque no tengo mucho tiempo libre. El chico corrió hacia nosotras y le dió un abrazo a mi acompañante. Él no era alguien muy alto, de hecho me llevaba solo unos pocos centimetros, si me pongo tacones bajos podría superarlo perfectamente—. Él es mi hermano—me lo presenta y la miré sin comprender. No sabía que tenía un hermano.

—Mucho gusto—estira su brazo hacia delante para que yo pueda tomarlo. Le doy un apretón de manos y seguí mirando sin comprender. La verdad es que si se parecían mucho, y no solo en su baja estatura. Tenían el mismo color de ojos y hasta de cabello. Los rasgos de sus narices y sus ojos rasgados parecían copias exactas.

—El gusto es mío, soy Eun Yeong—Jimin asiente y me fijé en que todos estaban corriendo hacia la puerta que da al patio—. Debo salir—la señalo y sin darles tiempo a responder me mando a correr. No quiero llegar tarde nunca más.

—Al fin te dignas a llegar—dice al verme y hago una mueca.

—Llegué a tiempo. Deberías felicitarme por eso—sonríe.

—La próxima semana será tu primer examen de piloto. Tendrás que hacerlo en un simulador. ¿Ya sabes de memoria todos los controles?—solté una carcajada.

—¿Pasa algo si asesino a 300 pasajeros imaginarios?—niega con la cabeza en modo juguetón.

—Si suspendes tendrás que enfrentarte a la furia de Nam Joon.

—Y si lo hago bien también—me cruzo de brazos. Estoy cansada de su mal trato hacia mí. Ni que le hubiera hecho algo.

—Tendré que irme por unos días. Me trasladarán—abrí mucho los ojos.

—¿Quién me entrenará?—si no logro mi objetivo seré expulsada sin piedad. No puedo volver a casa diciéndole a mamá que fracasé.

—El Capitán General de Aire—sonríe como si no supiera a quien se refiere.

—¡No puede ser!—grito para nada exagerada—. Ese hombre me odia, creía que ya lo sabías.

—No te odia, es así con todos—gracias Jin, ahora me siento menos importante—. Deberías hacerle caso en todo lo que dice y dejar de estar en su contra. Es nuestro superior y puede hacer lo que le dé la gana con nosotros. Puede que yo sea muy amigo suyo, pero si un día está de malas no podré defenderte como siempre.

—¿Tienes que defenderme de él?—frunzo el entrecejo.

—No tienes idea de cuántas veces a querido expulsarte y no lo ha hecho por mis ruegos. Lo tratas como si fuera uno más y su opinión no importara para tu carrera.

—¿Por qué me defiendes? No necesito un príncipe que me rescate, yo puedo hacerlo sola.

—No exageres las cosas, lo hice porque sé que tienes potencial—avanza hacia mí, pero me alejo.

—Si el quiere echarme es porque no lo ve—traté de aguantar las lágrimas. Se que no soy de su agrado, pero si seguía aquí creía que era porque veía mi esfuerzo.

Cuando caí al suelo, cuando limpiaba todo sin rechistar y apenas dormía. De hecho ahora limpio las armas y soy mejor que las personas a las que si le pagan por eso. Creí que estaba aquí por mis ganas de convertirme en un soldado y no porque el mejor amigo del jefe le hablara bien sobre mí.

—No tienes porqué seguir protegiéndome—fueron mis últimas palabras antes de marcharme de ahí.

Soy consiente de todas las veces que le he faltado el respeto como mi superior. Estoy consiente de que tiene más de un motivo para echarme de este lugar. Pero aún así tenía esperanzas de triunfar.

Sin pensarlo bien abrí rápidamente su puerta y agradecí mentalmente por no verlo penetrar a una chica sobre su escritorio.

—¿Qué haces aquí?—pregunta al verme. Hace poco tuvimos un encuentro demasiado incómodo. Me propuso cosas indecentes y me negué a ello. Ahora, viéndolo así de concentrado frente a su escritorio, me dan ganas de suicidarme por semejante estupidez que hice. Deseé ser la chica que estaba penetrando ese día que lo ví desnudo por primera, y única, vez.

—Vengo a decirle que si quiere echarme puede hacerlo ahora mismo—me mira con notable confusión.

—¿Habla de echarla de mi oficina?

—Hablo de echarme del ejército. No necesito que nadie esté defendiéndome. No soy una damisela en apuros en espera de un príncipe que la rescate. Soy un soldado y aunque usted no lo crea estoy poniendole todas mis ganas a lograr mi objetivo en este lugar. Y si usted no lo ve así exijo que me eche ahora mismo.

—Entiendo lo que me dice. Pero más de una vez le he llamado princesa, así que ya sabe que no estoy de acuerdo con sus palabras.

—No me llames princesa—escupo con rabia.

—Demuestreme lo contrario entonces—se levanta para caminar hacia mí. Su tamaño por primera vez me pareció intimidante. Me siento enana frente a él.

—Le juro que se tragará sus palabras.

—Hagame tragarlas—recorrió mi cuerpo con sus ojos y por alguna razón siento que esas palabras tienen un doble sentido.

—Se arrepentirá.

—Ya no tendrás a Jin para defenderte. Primera prueba, el examen de vuelo. Suspendes y estás fuera de este lugar—se giro para volver a su silla. Le di una sonrisa desafiante.

—Estoy aquí para ser piloto.

—Demuestrelo—vuelve a repetir, y tomé esas palabras como el cierre de la conversación.

No me llames princesa [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora