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Si no fuera por la vibración no hubiera sentido mi celular sonar, el ruido de los disparos hacia imposible que sintiera algún otro sonido. Me aseguré de que JungKook estuviera pendiente del entrenamiento y me aparté lo suficiente como para escuchar la voz a través del celular. Fruncí el entrecejo al ver el nombre de la hermana de mi madre en la pantalla.

—Hola, tía—saludo emocionada por su llamada, es algo fuera de lo común, tenemos una buena relación, pero no como para llamarnos cada día.

—Hola cariño. ¿Cómo has estado? Tu madre me ha dicho lo mucho que has logrado, está orgullosa de ti—sonreí sin evitarlo.

—Estoy sobreviviendo—solté una carcajada—. Por desgracia no he hablado últimamente con mamá, no sé mucho sobre ti.

—Lo comprendo, el ejercito toma todo tu tiempo, me sorprendería que te relacionaras con alguien fuera de tu base—eso me incomodó. Tenía razón, desde que entré no he hablado más con mis antiguos amigos, o bueno, compañeros de clases. Ni siquiera se sobre la vida de mis parientes, sé de mamá y lo mínimo. Jamás me había tomado un momento para pensarlo.

—Si. ¿Para que llamabas? Tienes que tener una razón más grande que solo saber sobre mí—trato de acortar la charla.

—Como sabes dentro de dos días es el cumpleaños de tu madre—me quedé quieta. ¿Qué día es hoy?—. Iremos a visitarla, solo quería estar segura de que te veríamos ahí. Sería una buena sorpresa para ella.

Claro que quiero estar presente. Es mi madre, no quiero que piense que no la amo o que tengo cosas más importantes que ella. Pero está la cuestión de cómo salir de aquí. Me tomaría casi un día en la carretera llegar y no puedo estar solo unas horas y luego irme. Como mínimo necesitaré cuatro días de descanso, no creo poder conseguirlo.

—Estoy haciendo todo lo posible para poder estar ahí—miento. Es imperdonable que lo haya olvidado.

—Te creo, sé que la amas.

—No me perdonaría si me lo perdiera.

—No seas tan dura contigo misma—asiento aunque no me vea—. Te amo, recuerda que eres mi sobrina favorita.

—Soy la única que tienes—sonrío con tristeza. Antes éramos dos.

—Siempre fuiste mi favorita—no, no quiero hablar sobre él.

—Te dejo, debo irme. Te amo—cuelgo antes de que saque el tema de mi hermano.

Mi tía no es mala, es demasiado sentimental y le gusta ayudar a todos. Siempre ha tratado de que le hable sobre mis sentimientos, que me desahogue con ella. Cuando sucedió lo de mi padre me llevó a su casa para que me sintiera mejor, y cuando lo de mi hermano se quedó una semana durmiendo con mamá y tratando de que le contara como me sentía. Nunca consiguió ni una palabra mía.

Volví a verificar que JungKook supiera hacer mi trabajo y caminé a la única persona que podía darme los días que necesitaba. En casos como estos se debe ir a Hoseok, es mi superior directo, pero aún no estoy preparada para enfrentarlo. Nos hemos dado unas miradas, nada más. Tengo miedo de perderlo, no puedo perder a otro amigo. No ha dejado de enviarme mensajes y yo trato de evadirlos la mayoría de las veces, algunos no me ha quedado más remedio que responderlos. Mi principal objetivo es que Nam Joon no sepa lo qué pasó entre nosotros.

Toqué la puerta antes de abrirla y sonreírle al chico tras el escritorio.

—¿No te cansas de estar en esta aburrida oficina?

—No todos tenemos la entretenida tarea de cuidar a un montón de niños—rodé los ojos.

—No son niños.

No me llames princesa [KNJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora