- Capitulo 24 -

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-- Debes darnos muchas explicaciones Mariano -- dijo una voz que no pude reconocer.

-- Es cierto, de esta no te escapas.

O eso creo que escuchaba.

Todo se oía distorsionado y no entendía lo que decían con claridad.

Esto me pasa por volver a hacerlo.

Por bruta...

Mi conciencia tenía razón, no me gustaba admitirlo pero así era.

Poco a poco fui a abriendo los ojos.

-- Ya despertó -- dijo una voz y esta ves si pude reconocerla, era la tía Julieta y parecía muy preocupada.

Que habrá pasado?

Flaca, se que estas mal pero despavilate mamita.

Si si, okey.

Sentía la garganta un poco seca pero por lo demás me sentía "bien"

-- Agua... -- dije casi inaudible pero Dolores pudo escucharme y me alcanzo un vaso con agua.

Lo tome y lo bebí.

Mi garganta te agradece mucho Dolores.

Me senté un poco ya estando mejor.

Observe que estaba en la habitación que tenía en la casa Madrigal.

Tenia a todos y casa uno de ellos pendiente de como me encontraba.

-- Para ti --dijo un pequeño Antonio dándome una rosa congelada.

Yo le di una sonrisa y el me la devolvió.

Ese niño es un sol.

-- Tienes mucho que explicar querida -- dijo la tía Julieta amable.

Yo solo asentí, no podía culpar a Mariano por que se enteraran, era mi culpa por volverlo a hacer y el supongo que quiere lo mejor para mi.

Era mi mellizo después de todo.

Prometí no volver a golpear un árbol tan fuerte que me sangren los nudillos y que no apretaria las manos tanto que levemente las uñas se me clavaran al golpear el árbol...

Pero golpear algo me quitaba un gran peso de encima.

Era eso o contarle a alguien y no pensaba hacer eso.

Estaba por decir algo cuando me interrumpieron.

-- Saben cómo es mi hermana, algo impulsiva y se lastimó de nuevo jugando con unas sanguijuelas. -- dijo rápidamente.

Lo miré atónita y me limité a asentir con una sonrisa que demostraba arrepentimiento.

Asintieron no muy convencidos pero no volvieron a preguntar.

Luego Mariano me llevó a casa.

-- Lo lamento mucho. -- dijo antes de que yo pudiera irme a mi habitación.

-- Yo igual -- y sin más me dirigí a mi habitación con lágrimas que amenazaban por salir.

No quería pensar en eso.

Talves solo exageraba.

-- Hola... -- dijo Mariano entrando a mi cuarto sin aviso pero con un gran recipiente de helado.

Okey, eso me ayuda.

No le respondí pero recibí el helado y la cuchara que me dio.

-- Una visión de Bruno -- dijo de repente.

Ecos De Amor (Dolores Madrigal x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora