19. Interrogatorios

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Benjamín Moreno, 47 años y una larga lista de delitos a la que se le sumaba el atentar contra la vida de un niño y colaborar en múltiples secuestros. 

Llevaba arrestado diez horas. Diez horas en las que habia hablado sin parar, no habia dicho nada que les sirviera para encontrar a los niños o saber que harían Begoña y Andrea. 

Él mismo habia sido el infiltrado en la rueda de prensa que habia dado Carla tras el atentado de su hijo. Gracias a su descripción consiguieron encontrarlo y al registrar su casa se sorprendieron con las pruebas que lo incriminaban en lo sucedido con Itzan

Tenia una estantería llena de cuchillos, navajas y en el primer estante tenia seis dagas, pero faltaba una, la que tenían ellos. Con eso consiguieron saber que habia sido el quien habia apuñalado al niño y se lo llevaron preso para interrogarle.

-¿Sigue sin decir nada?- pregunto Samuel

Llevaban gran parte de la mañana allí esperando a que ese hombre confesase algo importante pero el hombre no ayudaba en nada y eso ponía de los nervios a Samuel.

-Aun no suelta palabra- se lamento Marina- Solo nos recita versículos de la biblia y cosas religiosas

-¿Por que no me dejas entrar ahí?- cuestiono enfadado Samuel- Veras como le saco información de forma rápida

-Samuel cálmate- le pidió Carla

-Puedo pedir permiso para que entréis en la sala de observación pero no podéis hablar con el- dijo Marina para después ir a hablar con Ernesto

Carla asintió y miro a Marina hasta que desapareció del pasillo. Desde que habían llegado no habia hecho otra cosa que pensar en lo que podían descubrir ese día. Pero al parecer, el hombre no les permitía saber nada.

Suspiro conteniendo las lagrimas que llevaba acumulando en sus ojos durante toda la mañana. Se habia alegrado cuando le comunicaron que el culpable del estado de su hijo estaba encerrado y bajo la custodia del CNI, pero esa alegría se iba esfumando cada vez que Marina no le contaba algo nuevo.

-¿Se sabe algo?- le escribió en un mensaje su hija

-Aun nada- le contesto- si sabemos algo te contamos

-Vale- decía en el siguiente mensaje- Os quiero

Sintió las manos de su esposo sobre sus hombros, acariciándolos y atrayéndolos hacia su cuerpo para fundirse en un profundo abrazo. 

Ningún padre debería pasar por eso, pero a ellos les habia tocado y debían aguantar por sus hijos.

-Chicos- les llamo Marina para que la siguieran

Acompañaron a Marina hasta una pequeña sala en la cual habia una mesa con ordenadores y altavoces, los cuales manejaba un chico que le dio unas indicaciones a Marina. También habia un gran espejo ocupando casi toda la pared por el cual podían ver la sala que estaba al lado.

En ella se encontraba Ernesto arreglando unos papeles y al frente suyo, Benjamín Moreno estaba sentado firme en una silla de metal con las manos esposadas y una sonrisa cínica en la cara.

-¿Que me puedes contar de esto?- pregunto Ernesto enseñándole una foto- ¿O vas a seguir dándome una clase de religión?

-¿No le parece una daga bonita?- cuestiono el prisionero-¿ Y a ustedes, les gusta?- pregunto directamente mirando al espejo

-Respóndeme a mi- dijo el comisario para que le mirase- luego si quieres haces amigos

-Yo solo soy amigo de los hijos de Dios- aclaro él- ellos son pecadores hijos de ángel caído

El Pasado Que Arrastramos | Elite |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora