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La rubia estaba mejor después del juicio y de la destitución del alcalde, ahora podía sentir que su amada tía estaba descansando en la cálida luz de Rao después de que se hizo justicia, ahora después de todo la rubia empezó a actuar con normalidad.

Volvió al trabajo como usualmente, convivía como usualmente y su desempeño laboral y social seguía totalmente intacto así que cualquiera podría pensar que todo volvió a la normalidad pero la morena no era cualquiera, ella convivio con la rubia en su punto más fuerte y en el más vulnerable así que sabía que algo andaba mal con ella.

La rubia sabía que su novia había notado sus inusuales comportamientos que inconscientemente o no tan inconsciente hacia cuando estaba con un humano nuevo cerca, no tenía problemas con los no humanos pero cada que algún humano desconocido se le acercaba un poco ella tomaba un comportamiento defensivo y lo evitaba.

La rubia sabía que eso estaba ocasionando problemas en ella pero simplemente no podía evitarlo, cada que miraba a algún desconocido terricola miraba a su tía mirándola con esos ojos débiles y con amor sabiendo que son sus últimos suspiros, podía ver en sus manos aquella daga brillante manchada de la sangre de su familia, ella se llenaba de furia y quería atacar pero sabía que ellos no eran los culpables, que ellos no la mataron pero aun así su mente no le creía por lo cual tomo la mejor opción que creía, empezó a evitarlos.

Es lo mejor ¿No? Si no interactúa con humanos desconocidos no pierde el control.

Quizá su comportamiento parezca grosero y lo es, ella lo sabe y también está consiente de que si habla las cosas con su comprensiva novia todo se resolvería pero ese es el problema. Ella no quería resolverlo, su corazón seguía ardiendo con furia culpando a los humanos por la muerte de su tía y ella no quería perdonar pero tampoco quería venganza, simplemente quería seguir odiando a los humanos porque eso la hacía sentir mejor.

Su tía era la única que la entendía, sus padres eran muy importantes para la civilización de Krypton, su madre era una importantísima jueza/abogada que sentenciaba a los más peligrosos y mortales criminales espaciales, su padre era un científico muy importante por sus Miles de descubrimientos e inventos por lo cual era evidente que ellos no tenían mucho tiempo para su hija, en cambio su tía era una militar de alto rango y si bien ese también es un puesto importante debido a su planeta pacífico casi nunca estaba distante, habían algunas veces que tenía misiones fuera de Krypton pero ella siempre regresaba con regalos.

La rubia creció desde su infancia hasta su adultez con su amada tía, se atrevía a decir que ella la amaba incluso más que a su madre verdadera y la razón por la cual ahora su partida le dolía tanto era porque antes cuando creía que ella era la única superviviente no tenía tan presente a su tía ya que está estaba encerrada en el Fort Rozz, ya había asimilado su partida desde los años que habían pasado pero ahora, ella la recupero y se volvió a encariñar la diferencia es que está vez la perdió por la culpa de un humano no por su propia culpa.

El rencor ardía en su pecho pero ella sabía que no podía hacer nada, el recuerdo de la morena la mantenía a flote para evitar perder la cordura y hacer alguna locura.

Estaba cansada así que salió a caminar para despejar su mente de esos pensamientos intensivos, la ojiverde estaba en una reunión así que estaba libre durante un tiempo antes de ir con ella a comer, suspiró mientras presionaba sus sienes cansada, cruzo esquivando el tacto con los humanos a su alrededor lo cual era difícil ya que estaba en la calle en una ciudad por la tarde.

— Ayuda! Ese hombre se llevó mi bolso! — una joven mujer Humana grito llamando la atención de varios pero nadie pudo atrapar al escurridizo hombre quien era muy rápido.

El ladrón con su velocidad paso junto a la rubia y ella simplemente lo esquivo ignorando el pedido de ayuda de aquella humana, apretó los dientes mientras susurros en su cabeza le decían que se lo merecía, ellos mismos merecen destruirse.

FROM THE SKY • SuperCorp •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora