CAPÍTULO 6

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Brexley Monroe

Ya habíamos llegado al lugar en el cual se iba a dar la fiesta, el camino a la casa se me hizo un tanto largo ya que no estaba rodeada de las risas y las bromas de los chicos; pero aun así, no cedí y me mostré molesta ante ellos. Era una buena actriz y nadie me lo iba a negar.

Entre en la casa acompañados por los tres, el aire fresco que sentía fuera de casa se extinguió al entrar. Calor fue la primera sensación que sentí, los cuerpos estaban bailando y gritando eufóricos por el momento. Podía sentir la buena vibra del lugar e inmediatamente me dieron ganas de unirme a ellos, pero me negué debía llegar sobria a la casa si no quería ver a mis amigos borrachos y posiblemente con ganas de llamar a sus ex.

Mi mano es tomada por Alex quien se niega a dejarme sola, y sinceramente lo entiendo, realmente en mis planes no estaba el alejarme de ellos. A veces creo superar lo anterior pero como todo ser humano me equivoco.

Leah y Luna siguen con nosotros, nos dirigimos hacia el bar que no se cómo carajos lo vio Luna pero aun, así estamos caminando por una dirección que ni se si realmente está correcta. Empujamos cuerpos y saludamos a algunos que nos llaman.

-¿Qué van a tomar?-pregunto Luna al llegar al lugar que efectivamente si era un bar.

Yo negué.-Paso, esa vaina en estos momentos no entra en mí.

Ella asintió sin ganas de insistir, dirigió su mirada a Alex quien solo le dijo algo a ella y se alejo de inmediato en busca de la bebida de él.

-¿Qué pediste?-pregunte. Esto era lo que no me gustaba tenía que estar gritando para que se me escuchará ya que mi voz de por sí era baja y dulce, por lo cual no ayudaba en nada efectivamente.

-Vodka.

Mis ojos se abrieron a la vez que enarcaba una ceja.-Coño chamo, desde ahorita aviso que no soy niñera de nadie. Ya estás advertido.-advertí bromeando

-Te faltó el conchale vale.-dijo en mi oído.

Reí y negué divertida.-Es innecesaria.

El asintió y tomo del trago que le ofreció Leah en un vaso desechable de color rojo, moví mi cuerpo al ritmo de la música malísima que se escuchaba pero que era movible.

Creo que eso de estar siempre en Venezuela y venir de un momento a otro a Estados Unidos en dónde no perrean o no escuchan reguetón, a afectado mi audición. Leah y Luna empiezan beber de no sé qué y tan pronto como la buena música empieza los gritos eufóricos llegan.

-Ya vengo.-Alex asintió y me soltó.

Sentí que me miraba por lo cual mire hacia todos lados en busca de la persona, pero no la encontré solo veía nada. Todo estaba oscuro solo las luces en rojo, morado y azul alumbraban el lugar así que nada sirvió.

Seguí mi camino esquivando cuerpos sudorosos, en busca de la cocina. No conocía nada de la casa por lo cual estuve rondando todo el lugar, hasta llegar a la cocina. Habían varios chicos hablando pero no ninguno noto mi presencia o eso creo.

Camine hasta llegar a la refrigeradora y la abrí.-Santa cachucha.

Mis ojos miraban todo con fascinación había de todo; chocolates, pizzas, leche, yogurt, mermelada, y...muchas cosas más que tome y lleve a la mesa. Busque en los cajones de arriba en busca de galletas o pan. Lo encuentro en una de las gavetas de arriba y los rellene.

-Oye guapa, ¿no compartirás? -la voz de uno de los chicos hace que mire en su dirección.

¿Por qué la gente gringa no viene con subtítulos?

Inefable [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora