CAPÍTULO 31

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Brexley Monroe

El agua de la ducha cae por mi cuerpo, el frio cala todas mis extremidades pero no me permito que el frío del agua y lo tarde que es me derrumbe. Mama no llega y tengo miedo, como nunca antes lo había tenido.

Eran apenas las tres de la mañana y yo estaba sentada en el suelo de la ducha mientras observaba el agua correr hasta la pequeña alcantarilla que poseía el piso, me había despertado al sentir que me habían llamado o despertado.

Realmente me es un poco difícil de decirlo ya que, de un momento a otro me desperté al sentir que me habían movido y observando. Luego de aquello no pude dormir, había despertado sudando frio con la fiebre súper alta y dolor de estomago

Lo que me faltaba era que hubiese agarrado alguna infección estomacal, y me vaya a morir como pendeja por haber tragado quien sabe que vaina. Mis dientes tiritaban por el frio, el agua estaba congelada pero era importante ya que así me bajaría un poco más rápido la calentura

Había vomitado y sentía mis labios resecos, no podía llamar a nadie― más bien no quería llamar a nadie― ya que la hora que es no creo que alguien quiera solo despertarse para venir a cuidarme.

Luego de la gran charla con los Keller los hermano se macharon y yo termine dormida sin repetir la película, no sabía muy bien como era el juego de los Keller pero quería intentar descubrir que tan malo sería jugar un juego con distintos competidores.

Tampoco sabía a qué hora llegaba mamá y posiblemente Damián no venga ya que lo más seguro es que tenga ropa y sus cosas en la casa de Gregory. Esto sería difícil no quería levantarme del suelo porque me sentía demasiado débil, tampoco quería llamar a Leah porque son dos putas horas las que tiene que manejar y no me gustaría que le pase algo en medio de la madrugada por mi culpa

En fin, prefiero morir yo antes que los demás. Me levanto del suelo sosteniéndome de las paredes al sentirme débil, cierro el grifo y cojo la toalla y seco mi cuerpo. No pensé que me despertaría a media noche para bañarme, jamás lo vi venir, al terminar de secar mi cuerpo salí del baño y en toalla abrí la puerta del cuarto

El frio golpeo mi rostro y mi cuerpo, que era tapado por la toalla, mis parpados pesaban y podía jurar que si bajaba las escaleras terminaría rodando por ella como cual pelota. Solté un suspiro lastimero y baje las escaleras con cuidado, tenía miedo que...

―¿Qué carajos?―susurre asustada las luces de la casa estaban encendidas y se podía escuchar que alguien estaba en la cocina

Por un momento pensé que sería mi madre, ya que ella suele llegar a esta hora pero...ella siempre dejaba la pequeña mochila que lleva consigo en la mesa que está en la puerta principal y...y esta vez no estaba. Con el corazón en la mano termine de bajar las escaleras y en silencio camine hasta entrar en la cocina.

Sí, eso fue muy suicida de mi parte; entrar a la cocina sin nada con que defenderme y que posiblemente si es un asesino serial y termine muerta por ser tan pendeja y no utilizar el cerebro antes de entrar a la cocina. Mis ojos se abrieron como platos al ver quien comía frescamente de mi mermelada de durazno

―Hijo de perra, ―murmure caminando hacia él, le quite el frasco de las manos y lo deje encima de la isla―¿Qué haces acá?―pregunte.

La voz se me oía cansada y ronca, como si hubiese llorado por horas. Podía imaginar mi rostro y lo fatal que me estaría viendo en estos momentos; ojerosa, con los labios resecos, la piel pálida y la mirada perdida.

Así era como me sentía por lo cual deduzco que así estoy, porque ni siquiera tuve la valentía de verme en el espejo, pero luego lo haría porque me es importante verme fatal; para así luego recordarme porque jamás debo dejar que algo o alguien me trate mal o me humille. Soy el tipo de personas que aprovecha ese bajón de emociones para sacar todo dentro de mí así luego darme cuenta de lo que valgo y de lo que los demás se perdieron por no valorar lo que tenían al lado.

Inefable [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora