CAPÍTULO 21

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Brexley Monroe

Luego de la charla con Sofía, me fui de su habitación y me decidí que lo mejor que podía ponerme era el short y la camisa, que luego de meditarlo bien. Me coloque la parte de arriba de uno de los bikinis que Sofía me había mostrado, ya que quiero agarrar color y no parecer una hoja.

Toda blanca y pálida.

De los hermanos Keller no he sabido mucho o me he cruzado con alguno de ellos, Sofía simplemente me dijo que estaban en la sala jugando. No le preste mucha atención ya que en lo mismo vivía el idiota de Damián.

-Hablando de eso... -susurre recordando que no los había llamado.

Busque mi celular por el desorden de ropa que había encima de la cama ya que no me acordaba bien donde había metido el short y al parecer muy inteligente no soy ya que prácticamente tuve que sacar toda la ropa para poder tomarlo.

-Hola. -salude cuando atendieron la llamada.

En la pantalla de mi celular apareció mi madre junto a Damián, quienes por lo visto estaban en la cocina.

-Hola, y eso que llamas. -pregunto Damián comiendo de algo.

Me moví por la habitación en busca de los auriculares que tampoco me acordaba si los había traído y donde los había dejado. Definitivamente mi vida es un desastre.

-Hola Damián ¿Cómo estás?, yo bien gracias por preguntar -comenté con ironía.

-Ajá. -comento sin importancia.

Rodé mis ojos y sonreí al encontrar los auriculares en el bolso. -¿Qué tal la noche? -pregunto mi mamá.

Mis mejillas se encendieron, los ojos de mi mamá no se despegaba de mi y no sabía que responderle. -Pues...

-¡Por dios ni un día duraste!

-Se cuidaron ¿cierto? -Pregunto - Recuerda que sin gorrito no hay fiesta. Y recuerda que aún no estoy preparada para ser la envidia de toda la urbanización por tener un nieto de ojos verdes y...

-¡¿Qué?! -Grite sorprendida, mi mamá reía a fuertes carcajadas al igual que Damián -Por dios mamá.

-Ay ya, no sabía que eras tan sensible -comento restándole importancia.

Cerré mis ojos y negué divertida, daba gracias a Dios por tener los audífonos porque sino la vergüenza que hubiera pasado si alguien hubiera escuchado hubiese sido grande.

-¡Eres mi madre! -Exclame con obviedad -Se supone que debes saber todo de mí.

-Y lo sé, por eso me burló -comentó ella.

Abrí mi boca para refutar, pero la cerré inmediatamente cuando la puerta fue abierta; por ella entró Alessio con una franela de color negro y unos shorts, como siempre se veía espectacularmente bien. Su cabello estaba desordenado y como siempre su muñeca era adornada por un reloj. Su rostro estaba siendo adornado por una sonrisa angelical.

-Hola Alessio. -hable observándolo.

-Hola Brix. -saludo el acercándose

-Brix, eh -hablo mi madre.

Apreté mis labios y correspondí el beso en mi mejilla que me dio Alessio, casi -casi - me quedo sorda con el grito que dio mi madre cuando volví a observarla por breves momentos en los cuales mis mejillas estaban más rojas que nunca.

-¿Sucede algo? -pregunté desordenado mi cabello.

El negó y apoyo su peso en el umbral de la puerta observándome-No, sólo que Adriel me mando a decirte que ya vamos a ir a la playa. Y Sofía está desesperada por ir ya. -fruncí mi ceño -Ya que segundo ella el sol está en su mejor momento -explicó.

Inefable [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora