CAPÍTULO 23

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Brexley Monroe.

La tarde en la playa se me hizo súper increíble luego de darme cuenta de los celos de Adriel tuve que sacrificarme para quitarle los celos y el enojo de una manera satisfactoria para ambos.

Estaba tirada en la cama de Adriel mientras él apoyaba su rostro en mi pecho, estábamos viendo Frozen, literalmente tuve que obligarlo para que viera la película ya que él quería ver una de terror y soy lo suficientemente cobarde como para no querer verla.

Mi mente estaba en otra en realidad, la cabeza me dolía, y sentía ese ligero disgusto corporal como cuando hice por primera vez ejercicio. Sabía muy bien porque estaba empezando a sentir esto, pero me negaba a que me volviera a suceder. Todo estaba bien. O eso creo, las palabras de Sofía seguían resonando en mi cabeza sin obtener algún sentido por el momento.

-¿Estas bien?

Parpadee un par de veces, antes de mirarlo. -Eh... si, ¿Por qué lo dices? -pregunté tocando su rostro.

-Estas muy callada, y no estas gritando por cada vez que aparece una de las muñequitas. -comento con el ceño fruncido.

Reí un poco y negué. -Tengo un poco de dolor de cabeza. -comente acercándome a su rostro.

Era cierto, en ese aspecto no mentía, el dolor de cabeza que tenía al inicio del día aún se mantiene. El entrecerró sus ojos en mi dirección y acuno mi rostro entre sus manos.

-Iré a comprar algo, para que no te duela más. -murmuró.

-No, está bien, ya me tome algo. -masculle dejando un beso en sus labios.

―¿Segura?

Volví a sentir dejando otro beso en sus labios, me separe del cuándo la puerta fue tocada tres veces. El resoplo irritado antes de levantarse e ir hacia la puerta

―¿Qué sucede?―intente mirar quien era la persona, pero me fue difícil ya que la espalda de Adriel me tapaba cualquier alcance de poder ver.

-Necesitamos hablar.

Mi cuerpo entero se erizo al escuhcar la imponente voz de adrián, Adriel se volteo y me observo como si pidiera permiso con la mirada. Asentí mirando fugazmente la televisión, el salió de la habitación y cerró la puerta detrás de el

Luego de la llamada que había tenido con Nick, el ambiente con Adrián se había puesto tenso, como si el simple hecho de haber hablado con Nick, le hubiera molestado

Deje que la curiosidad ―como siempre―, me ganara y me arrastre sobre el piso. El piso estaba frio, y como no tenía las chancletas de vieja que me había traído. Tenía mucho más contacto con el suelo. Sabía que esto luego me iba a costar bien caro, cuando me bajara el periodo.

Al llegar a la puerta pegue mi oreja a la puerta de madera, pero no podía escuchar nada. Ni siquiera murmullos o algo por el estilo, ahora era cuando más deseaba ser un fantasma y atravesar paredes sin que los demás sin den cuenta. Resople derrotada antes de tomar el pomo de la puesta y girarlo con cuidado.

Espera...

Antes de hacer esto tengo que pensar en planes alternativos. Mmm, ¿Qué mentira le puedo decir?, porque lo mejor que puedo tener es una jodida cuartada para que no me vean como una chismosa y metiche

Eso es lo que eres, estúpida

Cállate, mira quien le dice pendeja, a otra pendeja.

Ladee mi cabeza antes de asomar mi cabeza por el pequeño huequito que había hecho con la puerta. Al observar hacia ambos lado note que no había nadie, solo la puerta de la habitación del cuarto de Aleissandro estaba abierta, ya que la luz de la habitación iluminaba gran parte de la habitación

Inefable [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora