CAPÍTULO 13

654 70 18
                                    

Adriel Keller

Mi mirada no se despegaba de su culo, era algo realmente fantástico, mi sonrisa no se borraba de mi rostro encantado de la vista tan...espectacular que me proporcionaba el día. Su propuesta me pareció un poco rara ya que ninguna chica solo había pedido ir al estacionamiento a solo ver el auto, usualmente ellas siempre pedían que les enseñara el interior de este y lo bonito que era.

No sé en qué carajos estaba pensando cuando decidí stalkearla y de paso aparecerme casualmente en la cafetería que siempre postea algo, por un momento pensé que no la encontraría ya que muy pocas veces he visto que ha frecuentado el lugar. Ya que segundo varios de sus amigos le comentaba que debía pasar más seguido por la cafetería.

No la perdía de vista y me mantuve en una distancia precavida entre los dos, ya que mis manos picaban por tocarla al igual que mis labios volver a sentir aquel exquisito sabor en mi paladar. Por breves momentos pensé que no recordaba nada de lo sucedido en la fiesta y aun mantengo mi argumento, ya que su mirada o su actitud no detona algún rastro de vergüenza o timidez.

Y me jodio aquel hecho, ya que quería que se mostrara ante mi susceptiblemente para poder volver a sentir su cuerpo contra el mío de una manera...mucho más íntima y caliente.

Me detuve un momento al ver que ella hacia lo mismo, me acerque a ella pasos lentos.

Coloque mi mano en su espalda baja incitándola a que caminara.-¿Sucede algo?―pregunte

Ella alzo su rostro y me observo, su cabello estaba atado en una cola alta mal hecha; por la cual escapaban mechones de su cabello.―No, camina delante de mi o a mi lado. Decide cuál de las dos porque no pienso caminar delante de ti.―comento cruzándose de brazos, no parecía incomoda ante mi tacto en su espalda por lo cual deje mi mano ahí

―Bien, caminemos ―murmure sin despegarme de su lado. Si esperaba que caminara delante de ella, está loca, no dejaría jamás que alguien que no sea yo mire el espectáculo que da.

El camino hacia el centro comercial no era tan largo por lo cual llegamos rápidamente, por un segundo la idea de que Brexley me diría que quería ir un momento al centro comercial, que ya se encontraba raramente abierto.

―¿Dónde está el tuyo?―pregunto directamente cuando entramos al estacionamiento del lugar.

Se alejó de mi para plantarse delante de mí, maldije por lo bajo, no quería despegar mis manos de ella. Quería tener cualquier tipo de contacto con ella, no importaba cuan mínimo fuera, me sentiría cómodo. Solo quería que permaneciera a mi lado, como si fuese su padre y ella mi niña pequeña.

La tome de la mano y en silencio la conduje por el lugar hasta llegar al lugar en donde estaba mi auto, y el de mis hermanos estacionados. Cada uno a mi lado, el único que no había traído auto era Aleissandro quien se había venido conmigo, y que sabía que no tendría ningún inconveniente de que tuviéramos una pasajera más en el auto.

Volví a maldecir cuando soltó mi mano, paso la yema de sus dedos por el auto fascinada por él.

Se volteo a mirarme con una sonrisa de oreja a oreja, como si estuviese sorprendida.―¿Te confieso algo?―pregunto volviendo su vista al auto, no dije nada, a la espera de que siguiera hablando.―Me sorprende bastante de que tengas tan buen gusto, no pensé que vería contigo un Nissan GT-R―mis ojos se abrieron como platos al escuchar lo último que dijo

Jodida mierda, ella enserio...¿ella enserio supo la marca de mi maldito auto?

Se volteo a mirarme con una sonrisa triunfante en sus apetecibles labios.―¿Sorprendido cariño?―pregunto acercándose

Inefable [COMPLETA ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora