Brexley Monroe
Mire con cierto fastidiado la clase, la profesora no paraba de hablar, preguntar y regañar a los chicos de atrás. Estaba a nada de que mi paciencia se terminará y lo sacara de las orejas del aula.
Los días habían pasado rápido, y la invitación hacia el parque de atracciones seguía en pie, ya habíamos llegado a jueves y lo único que podía hacer era hablar con lo que decían ser unos compañeros de la clase, y pasarme el rato en la cafetería y cuando no tenía clases. Me explotaba en el gimnasio, y las prácticas.
Alexander y yo, aún mantenemos nuestra distancia. Habían pasado cuatro días desde la discusión, y lo único que se repetía en mi mente era que solo quería que él lo aceptará. Y que se sintiera cómodo consigo mismo, sin importarle las opiniones de los demás.
Solo la de él, y sus gustos. Porque al final, es un ser un hermano al igual que el resto, solo que el hecho de que su inclinación sexual sea distinta no significa que sea un extraterrestre o algo por el estilo.
Entendía su miedo, conocía muy bien a sus padres, sobre todo a Alejandro, su padre, el señor era muy amable, carismático y cariñoso. Eso es lo que notan todos, pero no ven cuando mira mal y trata mal a su hijo y esposa. Nadie ve las cosas que les grita y dice sin medir el daño que pueden causar, siempre se mostraba como lo que no era.
Un padre cariñoso, un esposo respetuoso y la verdad es que toda la gente se come aquello como si fuera la verdad; en las fiestas o reuniones de caridad siempre se muestra así, cauteloso, respetuoso, con una mirada de amor a su esposa.
Esa familia era desastre total y Alex lo sabía, y por eso mismo no vivía con ellos. El ya en menos de tres meses será mayor de edad y podrá disponer de la fortuna que ha creado desde los 16 sin necesidad alguna de depender de su padre, por lo cual no entendía muy bien su miedo.
Resoplo irritada cuando la profesora se voltea nuevamente y su vista se fija en los asientos de atrás. Juro que si ella no los saca de la clase lo haré yo, y no me importa si tengo que ir a la dirección.
Al parecer la profesora no tiene ganas de hacer mas de niñera ya que simplemente resopla y se quita las gafas que siempre tiene y las coloca encima de su cabeza, es una de las profesoras que mejor me caen bien. Es la única que tolero y no me dan ganas de decirle que mejor se valla a jubilar o que simplemente deje su amargura y arrechera afuera de la clase porque la contagia.
A decir verdad, es la única que siempre está "en las nubes", no suele ser ese tipo de profesoras que le gusta joderte la existencia con miles de proyectos y tareas.
-Esto sería todo por hoy... -todos se levantan como cual niños apuntó de ser regalados por su madre con urgencia por salir del salón, la profesora Collins chasqueo sus dedos negando. -Nadie saldrá del salón, hasta que yo lo diga.
Todo miraron mal a la profesora antes de abuchear y de mala gana sentarse nuevamente, a la espera de que hable.
-Desde el día de mañana, hasta el día lunes. No tendrán clases y... -los gritos y aplausos escandalosos por parte de los alumnos hacen que la profesora se quede a mitad de frase. Luego de lo que parece una eternidad la profesora vuelve a hablar cuando todos se calman. -... Y por lo tanto les dejaré un trabajo.
Una carcajada brotó de mi llamado la atención de todos. -¿Qué? -pregunté ante sus malas miradas.
Estaba claro que yo no iba a presentar nada, por lo cual tomé el bolso y me lo enganche en mi hombro. Tomé el cuaderno que tenía encima de la mesa y camine por el estrecho lugar que me permitía pasar por donde estaban mis compañeros.
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Inefable [COMPLETA ✔️]
RandomLo inflable, es aquello que no podemos describir con palabras ya que lo maravilloso de este no los impide. Ellos eran eso, algo inefable que pocos entendían pero que ellos sabían a la perfección lo que son, lo que éramos No confíes en lo que lees, n...