Muchos me llamaban la perra de la mafia.
Nunca descubrimos de dónde salió o el por qué me llamaban así. Podría ser porque era muy fiel, o porque era una grandísima hija de puta.
Prefiero dejarlo al criterio de cada uno.
Soy Betty Cooper, la que da...
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Baby I got issues, but I love myself.
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Pasaron dos noches más desde que Jughead le había hablado a Verónica por primera vez.
Esta era la tercera y él ya la había traído con nosotros. Bueno, aún no, pero nos había avisado que lo haría.
Nada lento, por suerte.
—¿No es emocionante?— chilló Dorian.
Por supuesto, él amaba ver chicas nuevas.
Finge sorpresa.
—Si, Dor. Es emocionantemente una mierda— rodé los ojos.
—¿Por qué te molesta tanto?— me dió dos golpecitos con el codo mientras me sonreía como un diablillo travieso.
—Porque le quita toda la atención de Jughead— respondió Mark en mi lugar y lo asesiné con la mirada.
—Oye, ¿Tú no tienes algún trabajo que hacer o alguien a quien golpear?
—No, hoy estoy libre— me sonrió con malicia.
—Claro, que conveniente— ironicé.
Miré hacia la barra, donde estaban Sweet Pea e Ivy conversando.
Parece que la niña buena si se lo pensó.
Bueno, al menos eso me había salido bien.
Cuando le conté a Sweet Pea que había convencido a Ivy para que le diera una oportunidad, me abrazó por una hora, e incluso, se ofreció a hacer todo lo que yo quisiera por un mes.
Innecesario, porque a eso lo viene haciendo desde hace ya unos bastantes años.
—¡Chicos, chicos, chicos!
Miré a Fangs, que venía sonriendo maliciosamente y con pasos apresurados. Tenía su computadora bajo un brazo.
Oh, oh. ¿Qué hizo ahora?
—¿Qué hiciste ahora?— preguntó Mark.
Mi amigo se dejó caer a mi lado y abrió su laptop, tecleando rápidamente algo.
—Hice travesuras, Marky. ¿Me vas a castigar?— sonrió divertido.
—Yo quiero ver— Dorian se tiró prácticamente sobre mí— Chisme es chisme.
Me giré hacia la pantalla y... digamos que no me sorprendí al ver que había hackeado el Instagram a la nueva acompañante de nuestro jefe.
—¿Quieren ver los elementos archivados?
Ni siquiera esperó respuesta y entró en la opción.
—Upa— soltó Dorian, que no parecía querer moverse.
