♔ Capítulo quince ♚

129 19 2
                                    

Baby I got issues, but I love myself

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Baby I got issues, but I love myself.

◞───────⊰·•·⊱───────◟

Ambas volvimos a tomar asiento en la oficina. Frente a frente. Con mi escritorio en el medio.

A mí también me extrañaba que este chico hubiera aparecido de la nada y conociera tanto sobre el ambiente. Sin embargo, me permití no ser tan desconfiada.

Cheryl me observó unos instantes en absoluto silencio, cómo acomodando sus ideas, y entrelazó sus dedos sobre el brillante escritorio.

—Sé que hace apenas unos minutos estaba defendiendo este negocio como si fuera el mejor trato de nuestras vidas, pero… Lo que me contaste ayer me mantuvo toda la noche en vela.

Rodé los ojos, mi prima era la reina del drama.

—Ya te he dicho que no hay nada de qué preocuparse. Mírame, sigo viva y sin un rasguño— me auto señalé.

—Por favor, déjame terminar.

Decidí darle el gusto.

>>Me has dicho que buscan el punto débil de la mafia neoyorquina y que ese punto eres tú, debido a la estrecha relación que tienes con los chicos y en especial con el jefe— tomó aire y continuó— Pero no creo que todo ese circo sea solo porque Jughead ganó una estúpida partida de póker.

Medité sus palabras medio minuto.

—Tal vez Jughead le ha hecho otra cosa y ni se acuerda. Su pasión es joder a los demás, ya sea directa o indirectamente— me encogí de hombros— Seguramente el tipo se enzañó con él por alguna estupidez. O, más seguramente, lo del poker sea cierto y tú estás paranoica— sonreí— De todos modos a Jug no le pasará nada, quédate tranquila.

—Betty, creo que no me estás entendiendo…— me miró con una preocupación profunda— Me importa tres carajos si a Jughead Jones le pasa algo o a toda su pandilla de tontos, la única que me importa eres tú.

Estuve a punto de reprocharle que mis chicos no eran una pandilla de tontos, pero no me dejó hablar.

>>Tengo la sospecha de que Hiram Lodge está buscándote a ti y te quiere hacer daño. Jughead es solo una estrategia para que no te lo veas venir— su convicción me dejó momentáneamente muda.

—¿Para qué haría tanto circo?

—Para que no lo veas venir— repitió— Si nos sentamos a pensar. La mafia italiana tiene mucha más trascendencia en el bajo mundo que la mafia neoyorquina. Y tú padre, que en paz descanse, era un grandísimo hijo de puta. Peor que Jughead, peor que tú… peor que cualquiera de nosotros.

Genial, lo que me faltaba. Que mi padre me dejara más problemas que resolver. ¿No le bastaba con dejarme traumas?

Es que era un tipo muy considerado. Preferible que sobre y no que falte.

—¿Y que tiene que ver Chadwick Gekko en la ecuación?— pregunté luego de un rato.

—Gekko trabaja para Lodge— alcé una ceja— Piénsalo. Él chico sale de la nada misma, y viene directamente a la mansión de una de las mafias más poderosas en el bajo mundo, con mucho conocimiento sobre ello. No quitemos lo importante, que conoce la dirección. Cuando lo investigamos, lo único que encontramos es que estudió en una universidad prestigiosa y ninguna conexión con la mafia o siquiera un puto diller. Lo siento si, lógicamente, dudo.

Bajé la mirada a mi vaso de whisky, meditando sobre la hipótesis de mi prima.

Un poco de sentido tiene.

Lo tenía, sin embargo, algunos puntos no me cuadraban. Cómo, por ejemplo, ¿Dónde estaba la conexión entre el científico arrogante y el mafioso novato?

Quizás no la podían ver.

O quizás esa conexión era inexistente.

Expresé mi duda en voz alta.

>>Aún no logro descifrarlo. Puede que no exista tal conexión y realmente estoy paranoica— suspiró con pesadez.

—Espero que sea eso porque, si esta noche la venta sale bien, voy a considerar el trato.

Cheryl se limitó a asentir. No porque estuviera de acuerdo, sino porque respetaba mi decisión. No es que le quedaran más opciones que esa.

Me puse de pie y caminé hacia la puerta. Volvió a detenerme, pero esta vez con sus palabras.

—Por favor, prima, prométeme que te cuidarás. Te amo demasiado como para soportar verte mal de alguna manera.

Volteé para verla a ella y a sus hermosos ojos de corderito, brillantes y engañosos. Pero ahora estaban siendo más sinceros que nunca.

Mi prima estaba genuinamente preocupada y su amor incondicional hacia mi estaba hablando por ella. Pidiéndome por favor que le prometiera algo que no sabía si podría cumplir.

—Te lo prometo, Cher.

Mi voz salió en un susurro suave y tranquilizador.

Corrí a abrazarla y ella me estrujó entre sus brazos.

—Ti amo, prima mía.

—Ti amo— respondí.

◝───────⊰·•·⊱───────◜

The mafia bitch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora