♔ Extra ♚

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Baby I got issues, but I love myself

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Baby I got issues, but I love myself.

Esta es la continuación del flaskback de Betty en el capítulo 64.
Lo que van a leer a continuación sucedió 5 años antes de que comenzara la historia. Enjoy.

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Ya había pasado una hora desde que salí de la ducha, mi cabello seguía húmedo y envuelto en una toalla. Aún no me había vestido porque estaba demasiado ocupada vendando mi muslo izquierdo.

¿Qué me había pasado?

Esa tarde tuve entrenamiento, como todas las de mí vida, mas este entrenamiento no fue como los demás. Era día de pruebas, donde tenía que enfrentarme a un profesor experimentado en todas las áreas.

En la lucha sin armas me fue bien, en la lucha con armas blancas... bien también pero en un segundo de distracción el tipo me enterró una daga en el muslo.
Eso no impidió que continuara con la prueba así que finalmente obtuve un 8 de 10, bien pero no perfecto, así lo dijo el profesor.

Mi padre ni siquiera me felicitó, no lo merecía, si seguía de esta manera nunca podría quitar la expresión de decepción de su rostro al mirarme.

No entendía por qué intentaba enorgullecerlo después de todo lo que me hacía pasar día tras día, pero no podía evitarlo. En algún momento de mi vida se convirtió en una necesidad demostrarle a él y al mundo que ser mujer no me impedía ser fuerte y merecedora de mi legado.

Cuando terminé de vestirme y peinar mi cabello, alguien golpeó suavemente mi puerta.

—¡Pase!

Una mujer de unos 60 años se dejó ver, llevaba la vestimenta de mucama. Era Elsa, la señora que se encargó de la limpieza desde el momento en que pisamos terreno neoyorquino.

—Señorita Cooper— terminé de colocar mis tacones y levanté la mirada hacia ella—. Su padre le envía esto.

Por primera vez le presté atención a la caja roja que traía en sus manos. Era de un tamaño mediano y no muy alta, como fuera otro collar de rubíes para obligarme a "cumplir una misión" me ahorcaría con el.

Me acerqué a la puerta para recibir el regalo, después de agradecerle le cerré la puerta en sus narices.

Tomé asiento sobre mi edredón para estar más cómoda a la hora de descubrir mi nueva adquisición, me llevé una increíble sorpresa al quitarle la tapa a la caja.

En lugar de un collar de rubíes, descansaba sobre una almohadilla negra una preciosa Glock 19 personalizada. Era negra pero tenía detalles rojos, parecían relámpagos y truenos de color rojo que atravesaban todo el elemento. Me enamoré al instante.

Apunté a la pared de enfrente y apreté el gatillo, el cargador estaba vacío, por supuesto.

Dejé de admirarla para tomar en mis manos la nota que se escondía debajo de ella.

The mafia bitch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora