Celos

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Miraba con total concentración a sus alumnos rendir el exámen, Kook estaba ya un poco cansado, aquel día fue realmente agotador y solo quería ir a descansar a su casa.

Había pasado ya un mes desde que habló con Tae, su corazón se sentía mucho más tranquilo, mucho más liviano. Aunque no negaba que cada intento de reconquistar su corazón por parte del pelinegro le encantaba, pero el quería seguir haciendose el difícil. Le gustaba ver los pucheros de Tae cuando no aceptaba alguna cita con el. Cada día recibía un presente por parte del pelinegro, por ejemplo ese día le llegó un gran ramo de flores el cual contaba de algunos girasoles, unas tigridias que eran sus favoritas, algunos calicantos, había unas orquídeas rojas, rosas y amarillas, tambien habían rosas rojas y en el centro una rosa morada. El arreglo era muy lindo y su corazón latió fuertemente al leer la nota que tenía:

Mi amor por tí se parece a la inmecidad del mar, se puede ver el incio pero nunca el final.
El único final será cuando mi vida sea arrebatada, pero a pesar de eso el día que yo muera mi amor quedara grabado en el tiempo, mi alma y la inmesidad, cuado reecarne te búscare para amarte de otra vez y mi amor por tí llegara a ser demasíado fuerte que el sol y la luna estaran celosos de nuestro gran amor. Te prometí que volvería a conquistarte y aquí esta uno de mis intentos, busca el significado de cada flor, son importantes, por que es lo que yo siento y pienso de tí.

Tu loco enamorado KTH.

Se ruborizó al recordar aquella nota y más al saber que si buscó el significado de las flores y le había encantado su significado; ya se encontraba saliendo de sus clases, su día fue muy agotador, por lo que se dirigió rápidamente a la sala de profesores a recoger sus cosas, pero apenas entro vió a YugYeom con otros compañeros conversando cerca de su escritorio.

- Buenas tardes.- saludó dando una ligera reverencia.

- Jeon, te esperabamos para informarte que hoy en la noche nos reuniremos todos los docentes de la institución en el Hotel Millennium Hilton Seoul, allí será la recepción; el motivo es que el señor Choi dueño de una de las editoriales más importanes del país realizara una donación de libros y de dinero para toda la institución y bueno la señora Lee dijo que durante aquella celebración daran a conocer la noticia.- explicó uno de sus compañeros.

- ¡Oh!, me parece perfecto tener nuevos libros.- dijo sincero el castaño.

- Así que a pesar de que no es obligatorío deberás ir.- le dijo su compañera rubia.

- No, yo creo que no....- y fue interrumpido por YugYeom.

- Nada de negarse Kook, tu trabajas duro y mereces divertirte.- aparte que muy en el fondo deseaba que vaya para pasar junto al castaño y comportarse como un caballero llevandolo hasta la puerta de su casa.

- Si, eres de los mejores maestros y al que más le encanta leer así que sería bueno que vayas.- volvio a decir la rubia.

- Esta bien, ire por un momento.- surpiró aceptando ir. El pelirrojo quiso saltar de felicidad, tenía planeado alejarlo de la fiesta para poder tener una "cita" con el castaño.

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Eran las seís de la tarde y Kook se encontraba arreglandose sus hebras castañas, se había puesto un traje negro, camisa blanca y sin corbata, zapatos casuales negros.

- Bebé, tu taxí llegó.- le dijo su madre desde la puerta de su habitación.- Te ves realmente guapo.- acarició su mejilla.

Mi humilde guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora