CAPÍTULO 26

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Como el rubio había solicitado, Tony se lo cogió por todos los rincones del penthouse, incluso en el taller, en ese preciso momento se encontraban ahí, respirando de forma irregular, Steve se encontraba desnudo sobre el sofá cubierto desde su abdomen hasta su rostro con su esencia mezclada con la del genio, sonrió al sentir lo viscosos que se sentía su trasero gimió gustoso.

Mientras que Tony se encontraba en su silla giratoria, sintiéndose desfallecer, Steve le exigía demasiado y no podría soportar una ronda más de sexo ya que en cualquier momento podría desmayarse.

———Tony...——— lo llamó el rubio mientras se sentaba en su regazo y frotaba su pene erecto junto al semi-erecto del genio.

———No puedo más——— dijo con dificultad, pero el rubio lo ignoró y siguió frotando sus miembros hasta endurecer el miembro del genio seguido de eso lo introdujo en su interior, Tony jadeo, todo su cuerpo dolía, hasta su miembro ardía por la exagerada cantidad de sexo que había tenido, pero ahí estaba gozando de la entrada del rubio.

———Jodeme Tony——— gimió el rubio sobre su oído, y como si hubieran encendido un interruptor en él, tomó al rubio y lo sentó sobre la mesa para empezar a embestir con fiereza.

Steve gemia con cada embestida que recibía, le encantaba esa sensación quería tener al genio así con él para siempre, necesitaba sentirlo en su interior. Tony mordía y lamía el pecho del rubio había dejado varias marcas en este y otras partes de su cuerpo, pero no podía evitarlo, cada porción de piel blanca lo invitaba a dejar su marca, demostrando que ese hermoso rubio tenía dueño y se lo cogían de una y mil maneras.

Las horas pasaron, ni Tony, ni Steve se presentaron al trabajo se la pasaron encerrados en el penthouse perdiéndose en el cuerpo del otro. Steve gemia fuerte al sentirse de nuevo lleno con la semilla de genio, tocó su estómago y podría jurar que sentía un pequeño bulto por todo el sexo que habían tenido, mientras que Tony miraba la entrada del rubio, cómo está expulsaba su semen, preguntándose cómo era posible que siguiera produciendolo después de tantas corridas que había tenido. Steve se percató de lo que hacía el genio y llevó sus manos hasta su trasero y lo abrio para él, Tony gruñó sabiendo lo que significaba y cuando vio como el agujero del rubio se abría y cerraba, haciéndole una clara invitación para penetrarlo, su miembro se endureció de nuevo y se dejó llevar como un animal en celo, estaba tan perdido en el cuerpo del rubio, le encantaba que Steve fuera así, le fascinaba ese lado ninfomano que había descubierto en él, ese apetito insasiable de sexo lo volvía loco, tanto que no podía parar de cogerselo cada vez que esté se lo pidiera.

Ya estaba anocheciendo, el estómago de ambos rugió, Tony hizo un esfuerzo para pedir algo de comer, pero el rubio se le acercó y comenzó a engullir su miembro, endureciendolo en el proceso, Tony jadeó, tomó el cabello del rubio y lo guío, haciendo los movimientos más rápidos y profundos generando sonidos obscenos y antes de correrse Steve se separó de él y se colocó en su regazo introduciendo su miembro en su interior.

———Mierda... aún sigues estrecho...——— jadeo el genio una vez tuvo todo su miembro en el interior del rubio.

Steve gimió gustoso y comenzó a dar brincos sobre su regazo, Tony podía sentir el organismo formándose en su vientre amenazando con explotar en cualquier momento.

———Tony...——— gimió el rubio ———Jodeme...——— esas dos palabras parecidas mágicas ya que el genio sacaba fuerzas para cambiar de posición y dejar al rubio debajo suyo y darle como cajón que no cierra ———Ah! Mierda! Justo ahí!——— gritó sintiendo como el genio arremetía con su punto.

Steve sabía que después de eso no podría caminar en días, pero no le importaba valdría la pena cada maldito segundo, nada se podía comparar con el placer que se sentía al tener al genio hundiéndose en lo más profundo de su ser.

Profesor StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora