Epílogo.

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Dedicado a todos los que siguieron esta historia hasta el final💗
Infinitas gracias por la espera de este epílogo, intenté transmitir todo lo que quería sin perder la esencia de la historia, gracias por el amor a este fic y enormes disculpas por la demora, sufrí una fractura en mi brazo derecho y todo se complicó, espero este final les guste.
-Con mucho amor se despide, Sam.

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Junio 12, 2024

Rubí.
Mis piernas se movían en conjunto con gran rapidez, mi corazón se encontraba al borde del estallo, seguía sin entender cómo había ocurrido todo. Mi vista se deslizaba entre la pantalla de avisos y el reloj puesto en mi muñeca, con ansias deseaba que el parlante anunciara la llegada de su vuelo.

Prender la pantalla de mi celular y ver aquel fondo en este con nuestras cabezas juntas, desataba mil emociones que aún no acababa de entender, a partir de hoy por fin comenzaría a descifrar las cosas como realmente lo eran. Absorbí todo el aire posible con mis narices y cerré los ojos, aquel momento se sentía como no lo fue hace mucho, verla otra vez tras una gran espera, la única y gran diferencia era que mis sentimientos a día de hoy eran diferentes.

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Diciembre 20, 2022.
La castaña, inmersa en su propia soledad, mostraba todo aquel síntoma posible de ansiedad, aquello era algo que ya manejaba pero las circunstancias le impedían que esto fuera así.

Brincaba el sonido de notificación en su celular, sus movimientos frenéticos y angustiantes se detuvieron, la chica se distrajo. En la bandeja de notificaciones se encontraban algunos mensajes de Matthew, aquel chico de ojos azules la mensajeaba por asuntos laborales, Rubí ignoró a su compañero.

La chica se encargó de tomar un último bocado de aire antes de desechar su ansiedad al completo , ató su cabello y rebuscó entre el desordenado living la escoba, era temprano y aún tenía tiempo de limpiar antes de salir para dirigirse al apartamento de su familia.

Vivir sola era algo nuevo todavía para Rubí, si su trabajo no le hubiera dado aquella oportunidad probablemente esto ni si quiera se encontraría en su opciones.

Su cabeza divagaba mientras barría, discutía consigo misma si su consulta con el psicólogo era este viernes o el otro, la castaña no se acostumbraba del todo a que Gerardo cambiara sus consultas de semanales a mensuales, al fin y al cabo, esto era bueno, Rubí estaba mucho mejor después de todo. En un colapso esta le gritó al hombre y huyó, tras la ida de Macarena en un par de días volvió y confesó con el todo aquello que sentía y jamás fue capaz de decir.

La escoba había quedado de lado, Rubí se encontraba sentada en el sillón ya pensando a profundidad, durante todos los meses transcurridos desde la ida de la rizada, ella se encontraba mejor, disfrutaba las cosas que hacía, su trabajo, su familia, había vuelto a sentirse feliz, solamente que algo la mentía intranquila

Rascó su cabeza y mordió sus labios al recordar el como la chica por mensajes le pedía limites, o implantaba estos sin ni si quiera decirlos. Un respiró ofuscado salió de Rubí al recordar todas las emociones que estaban en ella cuando envió aquel mensaje que detonó todo, ella verdaderamente pensaba que Macarena correspondería.

Comprendía la distancia, los horarios, los deberes, los diferentes enfoques de cada una, Rubí lo entendía todo, justamente por ello se había adaptado a la decisiones de la chica. Eran amigas, muy buenas amigas, solamente que lo sucedido aquel día que Macarena se fue era un punto y coma, una situación totalmente aparte.

Paralelas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora