Capitulo dieciocho.

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Octubre 29, 2021.

Rubí.
La noticia no me había llegado hace mucho, aún me encontraba un tanto atónita y procesando lo que había oído en la llamada, les conté aquello a la Esmeralda y a mi mommy, tampoco lo creían del todo.

El chico no era mi amigo, ni mucho menos, no había compartido con el algo más que pequeñas y simples conversaciones en el lobby del edificio, todo se me hacía raro.

Su madre me llamó, me contó la situación y lo que había sucedido a grandes rasgos, podía oír a la mujer rota, quebrada y triste. Dijo que el motivo de su llamada era el chico, tenía algo para mi lo cual necesitaba entregarme, me indicó la dirección de el lugar en el que se velaría a Tomás para que fuera y así poder entregarme aquello, eran casi las diez de la noche y el velorio comenzaría a las once, mi mommy y la Esme se ofrecieron a hacerme compañía pero me negué, creí que el ir sola era la mejor opción.

Cuando se aproximaba la hora me preparaba para dirigirme am lugar, mi mommy con una vecina logró conseguirse un ramo de flores para no ir con las manos vacías, agregamos que este iba parte de la familia Cardenas. Por la hora que ya era iría en el auto, la dirección era cercana, el tráfico de autos a esta hora disminuía por el sector así que ir sería algo rápido, era en una villa o algo así.

Jamás me hubiera esperado recibir esa noticia y menos de esa forma, ¿qué quería entregarme el chico?, la noticia causo un tanto de estragos en mi pero no los suficientes como para hacerme llorar, el chico no era lo suficientemente cercano a mi, aunque estaba consiente de que tal vez en el velorio soltaría una que otra lágrima.

Al estar llegando al lugar, el gps me enviaba hacia la última calle de una gran avenida un tanto oculta, era una casa, al parecer era su casa. La calle se encontraba con una gran cantidad de autos estacionados sobre la vereda, replique aquello para así estacionar el auto.

Al bajarme busqué el número de la casa, era obvio cual era ya que varias personas se dirigían a esta, tenía que buscar a Rocío la mamá del chico, ¿pero cómo era? Jamás había visto a la mujer como para saber quien era.

Entré con cautela al patio de la casa, me daba un tanto de vergüenza hacerlo ya que no era tan cercana del difunto y no venía con compañía, a simple vista choqué la mirada con alguien, con la Cata. La pelicorta con la cual solía tener algunas veces contacto me miró y sin pensarlo pude ver como se acercó hacía mi.

-Rubí hola... -Apegó su rostro contra el mío y busco dejar un beso en mi mejilla.

-Hola Cata, ¿cómo estás? -Pregunté.

-Bueno igual un poco shockeada pero no tanto, estoy con mi pololo, quedó mal.

-Pucha el Nico verdad... -Refuté mostrando pesar, la verdad es que no me interesaba demasiado -Oye Cata, de casualidad ¿no sabes quién es la mamá de Tomás?

-Mmm... Igual no cacho, mi pololo si, le puedo preguntar si quieres o también puedes venir con nosotros para estar en grupo, estoy yo el Nico y la Jaci, aún no ha llegado la Ma...

-No, si vine a algo puntual. -Interrumpí.

-Ah ya po' déjame ir a hablar con el Nico y te busco, ¿vas a estar aquí afuera no ma'?

-Entraré mejor, para dejar esto. -Elevé mi brazo así haciendo notar las flores.

-Ya, ahí te busco.

La chica se fue nuevamente dejándome a la deriva, entré a la casa y con inmediatez pude observar como el pequeño living se encontraba colapsado de gente, observé de lejos el ataúd y me di ánimos de acercarme, frente a este toda la gente dejaba sus flores y arreglos, hice lo mismo, dejé el ramo con la tarjeta junto a las demás, ¿por qué sólo recibimos esta cantidad de flores cuando morimos?

Paralelas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora