Capitulo seis.

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Las miradas de las dos chicas chocaron por unos segundos, la castaña se separó de él chico y rodeo la mesa de ping pong en busca de acercarse a la rizada.

-Hola -La castaña se acercó a la rizada de manera peligrosa y besó la mejilla de esta -Pensé que no ibas a venir.

-No po' literalmente yo fui la que te invitó, medio raro que no viniera. -Agregó hablando con una pequeña risa la contraría.

-Ah si po' -pausó -ven para que estés con los del edificio -La mayor intento tomar la mano de la castaña rozando su mano.

-Es que espérate... Se me perdió la Sofia.

-¿Ah con ella veniai? -Soltó para luego relamer sus labios.

-¿Si?...

-Osea es que el Miguel nos dijo que tu poppy no te dejaba venir y que...

-Hola, ¿tú eres? -Interrumpió.

-Ah Sofi, ella es Rubí, Rubí ella es Sofia -Agregó la rizada jugando con sus manos apuntando a cada una.

La castaña escaneó con la mirada a la chica, el silencio se acúmulo en el momento, se comenzaba a tornar incomodo hasta que la misma rizada rompió el silencio.

-¿Y que estaban jugando?

-Ah ven... Osea vengan.

La castaña les presentó el juego a las dos chicas, comenzaron a jugar pero al pasar el rato cada vez todos perdían mas seguido, lanzando las pelotas a lugares sin sentido por el mareo que comenzaba a causar el alcohol de los shots, las cervezas y las extrañas bebidas que las mismas personas fabricaban.

La mayoría de los presentes eran hombres, los retos que los hombres les hacían a las mujeres se basaban casi siempre en besarlos o estar con ellos, por esto mismo la rizada, su amiga y la mayoría de chicas se iban de shot en shot. Igualmente había una diferencia, la castaña y la rizada no acostumbraban a tomar, el padre de la menor era estricto y la mayor simplemente no disfrutaba de ello.

Al pasar de el rato la gente se comenzó a retirar del bird pong, ya que cada vez se hacía mas repetitivo y las personas no estaban haciendo más que beber.

La chica rizada se encontraba hablando con su acompañante, estaba un tanto ebria, su costumbre no era tomar, no sabía muy bien de que hablaban pero las palabras rebotaban en su cabeza y ella escupía más palabras, de vez en cuando se volteaba buscando con la mirada a la chica castaña con la que había hablado seguido los últimos días, se encontraba con aquellos que vivían en el edificio, la menor se llevaba bien con todos, pero no era un ambiente totalmente cómodo para ella, estudió con la pelicorta, Catalina y con el ruliento de Miguel, pero jamás estableció una relación de amistad tan fuerte, tal vez en algún punto lo hizo con la pelicorta, pero no fue más allá de transitar por los recreo del liceo juntas y hacer trabajos.

-Pero Maca péscame!

-¿Mhh? -Respondía la rizada con los ojos entrecerrados para luego echarse a reír.

-Maca si estay así yo cacho que te voy a dejar botada acá y me voy sola pa' la casa.

-Oh... Que eris pesa, si solo estoy un poco ida pero que alguna vez me pase po' -Respondió para luego sorber de una bombilla la cual estaba conectada a un vaso el cual contenía un líquido que ni ella sabía con exactitud lo que era pero contenía alcohol y sabía bien.

-Oye, Maca no es que quiera sonar pesa' ni nada pero como que no se po' quiero hablar con las cabritas de en frente. -Agregó cabizbaja.

-Ay si yo me se cuidar, tampoco quiero un perro guardián -Sonrió -Ve tranquila, tampoco me voy a ir corriendo.

Paralelas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora