Capitulo doce.

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El tiempo para Macarena era cada vez más corto e inexistente en su vida, volaba como quería y la abandonaba cuando mas lo necesitaba.

No era el mejor momento de Macarena, sus penas la ahogaban y sus pensamientos la mataban, vivir mirando aquello que no podía tener era una muerte lenta y segura.

Tantos factores para hacerla caer eran los que rondaban en su mente, pero lo sucedido con la chica era aquello que más le afectaba, una parte de ella murió, una parte de ella por primera vez sintió el que era sufrir por amor.

La chica había conseguido un pequeño trabajo en un bar junto al rubio, todo gracias a Jacinta la cual le indicó algunos lugares donde conocía gente que podía ayudar a entrarlos fácilmente. La amistad con Jacinta, Nicolás y Tomás había florecido de una manera impresionante, con veracidad por fin podía decir que pertenecía a un grupo. Durante toda su vida, Maca, no tuvo amigos reales los cuales la apoyaran, la escucharan o mínimo la hicieran sentir parte, por fin se dió cuenta de que su circulo siempre había sido tóxico y fue parte de algo.

Con aquel grupo de amigos solían juntarse una que otra vez, todos tenían sus ocupaciones y Macarena lidiaba con un padre estricto, pero aquello no les impedía pasar buenos ratos y salidas divertidas.

Tomás, no había nadie que pudiera negar la cercanía y compatibilidad que compartía la rizada y el rubio, eran de esas personas que calzaban como anillo al dedo. Hasta Nicolás y Jacinta eran consientes de ello. Macarena y Tomás salían notablemente más seguido juntos, eran una especie de mejores amigos.

La rizada logró profundizar en la historia de Tomás y conoció muchas cosas de el, como el chico conoció muchas cosas de Macarena. Esta, amaba el hacer sonreír al chico ya que no era algo que hiciera con total frecuencia, aquel recibía ayuda psicológica constante, no era alguien que estuviera bien;

La familia de Tomás era desequilibrada, sus padres peleaban la mayoría de el tiempo, en aquellas peleas llegaban a utilizar la violencia, reiteradas ocasiones esta violencia caía en el joven, actualmente no era algo que le impresionará o diera peso, solo creaba rabia en el, pero cuando era pequeño y tan solo tenía ocho años, si le impresionó. Moretones, rasguños, heridas, noches de llanto, traumas, desvelo, autolesiones, problemas para relacionarse, problemas de ira, ansiedad y miles de cosas más estaban instauradas en el chico gracias a su familia, solo le quedaba lidiar con ello y buscar una salida o escape, pero para el ya era demasiado tarde.

La única persona que logró entrar en él, fue Maca. Maca ayudaría siempre al chico, como el chico siempre ayudaría a Maca.

Su amistad evolucionó tanto que llegaron a aquel punto donde contarse todo ya era una rutina, y gracias a esto ya hace más de una semana la insistencia de el rubio inundaba a a la rizada.

                                   *****

Junio 17, 2021.

-Dile, o le voy a decir yo. -Luego de terminar aquellas palabras caló el cigarro que se encontraba en sus dedos.

-No, ni se te ocurra hacer eso o te saco los cocos. -La rizada apuntó con su índice al chico entonando seriedad.

El rubio expulsó el humo acompañado de una tos, las palabras de la chica le causaron gracia. Al terminar de expulsar totalmente el aire y calmar la tos, habló -Es que Maca, ¿cuándo le vas a decir? Me dijiste hace como dos semanas que te gustaba, ¿sabes lo son dos semanas?

-Lo se, pero es que aún estoy procesando lo de Rubí, y no quiero parecer apresurada o como que fuera una distracción.

-Pero mira, tu tenías claro lo de la Rubí.

Paralelas - RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora