Cuando mi mejor amiga toco la puerta de mi habitación, yo no podía ni con mi alma, había estado toda la madrugada pensando en el porqué del extraño comportamiento de Evan, tenía algunas teorías, primero: tal vez era esquizofrénico, segundo, le asusto que hubiera algún animal en el bosque, tercero, solo estaba cansado y quería regresar rápido a casa, no sabía exactamente que pensar, pero en el fondo ninguna de las opciones me convencía del todo.
-Ay por dios, yo te voy a matar.
-Lo siento, no pude dormir- creo que algo en mi voz hizo que inmediatamente se relajara y no quisiera asesinarme.
-¿Por qué?
-Es solo que...- no sabía si debía contarle el encuentro con Evan, se sentía como algo privado- solo tuve una pesadilla, eso es todo.
-Cass- se abalanzo y me envolvió en un cálido abrazo, lo recibí incomoda, no quería mentirle y en realidad no sabía porque lo estaba haciendo, entre ella y yo no había secretos.
-Estoy bien, casi no la recuerdo, pero dime, ¿Qué harás para que tu mejor amiga no se vea tan mal en el baile?
-Bueno ya que eres como un oso que necesita invernar te dejare dormir hasta poco más del medio día- eso me alegro, de hecho demasiado.
-Gracias- inmediatamente me volví acomodar debajo de mis colchas al igual que ella, no tarde ni cinco minutos en quedarme totalmente dormida, me sentía segura a lado de mi mejor amiga.
Sin embargo tuve otro de esos sueños, llenos de angustia, miedo, pero este sería el primero que recordaría, todo está fundido en la oscuridad absoluta, mis piernas pesaban, pero no paraba de correr, dirigí mi mirada hacia atrás y vi fuego a lo lejos, un carro estaba volcado, el auto de mi madre.
Desperté con un dolor de garganta y sudando, no me había dado cuenta que estaba gritando y mi mejor trataba de tranquilizarme.
-Cass, es solo un sueño, todo está bien, estoy aquí, vamos C, tranquila- me envolvió en un fuerte abrazo que tenía dos propósitos inmovilizarme y calmarme.
Yo solo sollozaba, no podía alejar esa imagen de mi mente, se veía tan real, sentí todo como si alguien me mostrara que iba a ser de mí, de mi familia, el dolor me llenada hasta los huesos, mi corazón se encogía de dolor de solo pensar que algo le podría pasar a mi única familia. Después de lo que pensé fueron horas, ya me había logrado tranquilizar un poco, Jaz había bajado a prepararme un té para calmarme y ahora estaba mojando mi cara para despejarme y diciéndome que solo había sido un sueño y solo eso, cuando escuche una taza ser puesta sobre el buro, me enderece, sonreí y salí.
-Bien ¿Ahora, que?- pregunte con entusiasmo.
-¿Estas segura, C? no tenemos que ir si no quieres, podemos quedarnos a ver un maratón de terror y comer montones de helado.- su propuesta era tentadora pero ella quería esto y no lo arruinaría.
-Estoy completamente segura, digo vamos, si nos perdemos este baile, ellos se perderán de ver a este par de chicas hermosas en esos vestidos, no puedo negarles eso a los mundanos.- reí y ella me siguió negando con la cabeza.
-Deberías dejar esas series Cass- rio y yo la golpee.
-Bueno basta, empecemos.
Cuando terminamos eran las 7:45, faltaban quince minutos para que Evan y Trent pasaran a recogernos, así que decidimos (y por decidimos me refiero a ella) hacer una pequeña sesión de fotos, aunque en realidad fue bastante divertido, cuando terminamos aún faltaban algunos minutos así que me dispuse a imprimir algunas fotos y puse mi favorita a lado de la de mi madre, no me había dado cuenta del parecido que teníamos, acaricie su retrato, sentí lagrimas nublar mi vista al igual que una mano posarse sobre mi hombro seguido de un leve pero firme apretón, el timbre se hizo presente, sonreí, limpie mis lágrimas, jazmín se había adelantado y para cuando yo estaba bajando las escaleras ella ya estaba junto a su novio, desvié mi mirada hacia Evan y debo admitir que me dejo sin aliento, seguí bajando pero no podía dejar de verlo, con sus ojos azules, su sonrisa, debía reconocer que se veía demasiado atractivo con esmoquin, desperté de mi trance cuando una luz me cegó después de un sonido que indicaba una foto, dirigí mi mirada hacia Jaz, tenía pintada una sonrisa en su cara y la cámara frente a ella, le lance una mirada.
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El Ángel Perdido
FantasyCassandra Marshall fue maltratada en su infancia hasta que consiguió una nueva vida, una vida que ella solía llamar normal, la protección y amor que siempre deseo estaban ahí, sin embargo todo se distorsiona, nadie puede mantener las apariencias dem...