Capitulo 33

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Había estado observándola toda la jodida noche, como un maldito halcón, trataba de ser discreto pero mi pareja lo noto después de un rato, era incómodo y aunque ella no estuvo pegada a mi toda la noche cuando lo hacía era extraño e incómodo, aun así se esforzaba y yo solo me sentía cada vez más miserable, solo me quise obligar en una ocasión dejar de mirarla cuando se sumergió en un rincón aún más sombrío, pero aun así solo mantuve mi mirada fija en ese punto, después de un rato que a mi parecer fue una eternidad, salieron a un punto más iluminado, sus mejillas estaban rosadas y con tan solo de pensar en sus manos sobre su cuerpo me hizo sentir un peso sobre el pecho, también me percate de como una chica la jalaba lejos de él y eso me hizo sentir que podía respirar mejor, pero aun así ella estaba incomoda, no la deje de observar y menos cuando subió sola las escaleras, primero pensé que iría al baño pero cuando minutos después un sujeto subió cauteloso las escaleras, me hizo sentir que algo estaba mal, jamás lo había visto en la vida y podría decir que conocía cada cara del pueblo, trate de no ser paranoico, mire hacia la dirección donde estaba el recargado en la barra, platicaba con alguien que tampoco pude reconocer, fruncí el ceño y al igual que yo, lanzaba miradas furtivas hacia donde ella debería estar pero no la encontraba, pasaron minutos y cuando mi vista capto movimiento en las escaleras dirigí mi mirada hacía ese punto pero solo logre ver a una Addy molesta y asustada, joder, eso ya no pintaba nada bien, ella salió casi a escondidas de la casa, no lo pensé dos veces y subí, detrás de mí, mi cita me hablo pero no tuve tiempo de responder, corrí al segundo piso y no la encontré por ningún lado, con el corazón latiendo más fuertemente subí al siguiente piso, estaba oscuro y solitario, avance y cuando la escuche gritar corrí sin pensarlo, frente a la puerta tampoco me tome el tiempo de pensar, patee la puerta y lo que vi dentro solo hizo que mi estómago se revolviera y mi cuerpo se llenara de ira pura.

......

Había estado observando a Cass desde que aquella chica la había alejado para hablar, me serví algunos tragos mas, que no lograban ni siquiera ponerme un poco ebrio, suspire, me voltee a servir un poco de wisky solo, cuando un chico se acercó, jamás lo había notado antes.

-Hey, amigo, esas jugadas fueron asombrosas- me dio un saludo típico y sonreí sin darle mucha importancia.

-Si, gracias- trate de deslizar mi mirada hacia Cass y aunque seguía hablando con la misma persona, el desconocido insistía en mantener una conversación.

-Vivo a nos tres pueblos de aquí, también soy parte del equipo de americano, pero en verdad siendo sincero no somos tan buenos como ustedes- el siguió y siguió hablando, me estorbaba cuando quería ver hacia la pista de baile pero trate de relajarme, no quería que ella se sintiera incomoda o vigilada como un novio toxico y aunque no me interesaba su plática para nada, trate de seguirle aquella conversación.

Pasados algunos minutos, me había hartado por completo, después de un rato todo lo que decía parecía solo con el fin de distraerme, cuando algo me puso inquieto lo aleje sin remordimiento buscado a Cass, no estaba, seguí recorriendo la planta en busca de ella, no había rastros de ella por ningún lado, subí a la segunda planta para ver si la encontraba en el baño, nada, absolutamente nada, dude pero aun así subí las escaleras, cuando estaba por llegar al tercer piso tres tipos pasaron corriendo al menos esos intentaban, sangraban de la cara y se veían mal, una punzada hizo que mi pecho se comprimiera, deje que se fueran a trompicones mientras seguía avanzando más rápido hacia la única puerta abierta, joder por favor no, cuando asome la cabeza por la puerta la primera silueta que encontré fue la de una de las chicas del equipo de porristas, pero había alguien más, escuche la voz de Owen al fondo.

-Todo está bien ángel- el tono de Owen estaba lleno de ira, pero cargado de sentimiento, mantenía a alguien abrazada, su cabello lo reconocería en cualquier parte, la presión en el pecho se hacía más fuerte entre mas procesaba toda la escena, estaba envuelta en una sábana, sus hombros, se agitaban y mantenía su cabeza hundida en sus manos, maldita sea, joder, por favor no.

-Evan- la otra chica susurro cuando noto mi presencia, eso hizo que el alzara su vista, al igual que ella, cuando la vi su hermoso rostro contornado, lleno de dolor y miedo, su labio partido, todo mi cuerpo se llenó de ira, sentí como mi mirada se oscureció aunque trate de luchar contra eso, di un paso hacia atrás y note como su mirada se tornada más decepcionada.

-Los voy a matar- mi voz solo destilo odio, jamás dejaría vivir a alguien que aunque sea se haya atrevido a lastimar un solo de sus cabellos.

Mis pisadas eran firmes, sabia como cazar, joder, ellos iban a sufrir como nadie, de eso me iba a encargar yo, un diminuto cuerpo se atravesó a la mitad de mi trayectoria, la chica de antes.

-Entra ahí de nuevo, dile que todo estará bien, ella te necesita, Owen ya no su novio- y aunque note los celos en su voz, ella estaba siendo honesta y estaba preocupada, respire profundo, sabia como cazar, los encontraría tarde o temprano y tendrían su final, regrese de nuevo a la habitación, ellos seguían en la misma posición, me acerque a paso firme y me puse en canclillas frente a ella.

El Ángel PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora